martes, 18 de octubre de 2016

octubre 18, 2016
MOSCÚ, Rusia, 18 de octubre.- "Oink, oink! Con esa nariz pareces un cerdo." Estas fueron las últimas palabras que hicieron desbordar el vaso. Anna ya no podía soportar los insultos de su marido, de quien ya se había separado. También corría el riesgo de perder la custodia de su hijo Gleb, de sólo ocho años de edad. Y así decidió acabar su vida y se lanzó desde el octavo piso con su bebé en brazos. Los hechos ocurrieron en Omsk, Siberia, el 13 de octubre, publicó el Komsomolskaya Pravda.

Anna Ozhigova con su hijo Gleb. (Picture: East2West News)

Anna Ozhigova, de 33 años, murió así, llevándose a su pequeño hijo. Ella se suicidó al no aceptar más las consecuencias de una cirugía que se reveló inútil. Se había operado la nariz con el consejo del cirujano, pero a partir de ese día su vida cambió para peor. "Me esfuerzo por sonreír - escribió en Facebook en uno de sus últimos mensajes - y cuando intento hacerlo, las ventanas de la nariz se me alargan y mi marido me dice "oink" cuando me ve. Operarme fue una idea estúpida."

Se lanzó desde el octavo piso y dejó una nota de despedida. "Quiero que la felicidad y la paz para Gleb, que se crió en la rabia." (Metro UK)