miércoles, 19 de octubre de 2016

octubre 19, 2016
DUBÁI, Emiratos, 19 de octubre.- Arabia Saudí ha ejecutado a uno de sus príncipes por un asesinato del que se declaró culpable, según anunció anoche el Ministerio del Interior del reino. El ajusticiamiento de Turki Bin Saud al Kabir, que hace el número 134 este año, es el primero de un miembro de la familia real desde hace cuatro décadas. La noticia, ampliamente difundida este miércoles en los medios saudíes, envía el mensaje de que todos los ciudadanos son iguales ante la ley.

Un tribunal condenó hace tres años al príncipe Turki por haber matado de un disparo a Adel Bin Sulaiman Bin Abdulkarim al Mihaimid, también ciudadano saudí, durante una disputa. La legislación saudí, basada en la ley islámica (Sharía) castiga el asesinato con la pena muerte, aunque también deja abierta la posibilidad del perdón de la familia de la víctima a cambio de una compensación, el llamado dinero de sangre. De acuerdo la información oficial, en este caso los parientes rechazaron las ofertas en ese sentido y pidieron que se hiciera justicia.


La ejecución hace la 134 de este año, según un recuento de la agencia France Presse, muy cerca de las 151 que Amnistía Internacional contabilizó durante 2015, la cifra más alta en las últimas dos décadas. El comunicado del Interior no explica el método. Aunque lo más habitual en Arabia Saudí es la decapitación por espada, también se usa el fusilamiento para las mujeres o los miembros de la familia real.

Tal fue el caso de la princesa Mishal Bint Fahd, una sobrina del rey Jaled, que en julio de 1977 fue ajusticiada por adulterio, junto a su presunto amante, en un parque público de Yeddah. Su historia dio lugar al documental británico Death of a Princess. Dos años antes, se produjo la ejecución del príncipe Faisal Bin Musaid al Saud, por el asesinato de su tío el rey Faisal.

En ambos casos se trató de “asuntos de familia”. Pero muchos saudíes tienen la percepción de que los miembros de la familia real (entre 5.000 y 40.000 príncipes y princesas, según el grado de pureza de sangre que se considere) gozan de impunidad ante la ley. Aunque dentro del país las quejas no pasan de rumores, los excesos de algunos integrantes del clan suelen salir a luz cuando cometen algún abuso en el extranjero.

Así se ha evidenciado en las redes sociales donde algunos ciudadanos del reino expresaban su sorpresa por la medida, mientras otros la interpretaban como una muestra de la calidad de sus sistema judicial (que las organizaciones de derechos humanos critican por su falta de garantías procesales).

Significativamente, el Ministerio del Interior subraya en su comunicado la voluntad del Gobierno del rey Salmán de “mantener el orden, garantizar la seguridad y lograr la justicia mediante la aplicación de las reglas prescritas por Dios para quien agrede a inocentes y derrama su sangre”. (El País / Arab News)