domingo, 23 de octubre de 2016

octubre 23, 2016
Los príncipes Carlos y Andrés.
LONDRES, 23 de octubre.- El príncipe Andrés, segundo hijo varón de la reina Isabel II, quiere que él y sus dos hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, tengan un papel oficial definido que lleve consigo una subvención del Estado y una vivienda oficial, según publica el dominical 'Sunday Express'. Las peticiones del príncipe topan con la negativa de su hermano mayor, el príncipe Carlos, que ya dibuja el futuro de su reinado a su gusto y a su manera.

Aunque el palacio de Buckingham no se ha pronunciado sobre la trifulca dentro de la familia que personifica la institución monárquica, el príncipe Andrés y sus hijas se mueven en las arenas movedizas de lo público y lo privado de la monarquía.

El segundo hijo de la reina abandonó su puesto en el ejército británico para dedicarse a hacer de embajador y representante del comercio y los negocios británicos en el extranjero, colaborando así al desarrollo de la economía británica y del país. Se le ha criticado por aprovecharse de su papel haciendo negocios privados en la Europa del Este.

Como refuerzo a la reina y a la monarquía, el príncipe Andrés preside organizaciones benéficas y atiende una agenda de actos oficiales por lo cual recibe una asignación, procedente de las ganancias del ducado de Lancaster, de su madre. Los desplazamientos y gastos como enviado del comercio y los negocios británicos, los sustenta el ministerio correspondiente.

El príncipe Andrés no recibe subvención estatal, conocida como Sovereign Support Grant, que se adjudica a la reina para financiar actos oficiales y mantenimiento de residencias.

El año pasado esta subvención fue de 37,9 millones de libras (45 millones de euros). La reina obtuvo además 12,5 millones de libras (15 millones de euros) procedentes de las tierras y viviendas del ducado de Lancaster, de las cuales pagó impuestos voluntarios y subvencionó a todos: hijos y nietos. A todos, excepto al heredero de la Corona, que se queda con los beneficios que genera el ducado de Cornualles, que el año pasado fueron de 19,1 millones de libras (23 millones de euros) para Carlos, Camilla y los hijos de Carlos.

Para la reina y su familia van destinadas también las ganancias que genera el Crown Estate (parte del suelo de centro del Londres y los barrios lujosos de Mayfair y Saint James, entre otros), valorado en 8.100 millones de libras (9.600 millones de euros).

Por lo público o por lo privado, no parece que el príncipe Andrés y sus hijas vayan a pasar estrecheces financieras, pero sí parece que quieren aclarar cuál es su papel dentro de la institución. A la princesa Beatriz se la conoce como 'la princesa ociosa' porque, sin trabajo después de varias experiencias laborales, sólo se la ve de vacaciones y en fiestas, y de vez en cuando ejerciendo de 'royal'.

La princesa Eugenia, como Eugenia Windsor, trabaja de directora adjunta en una galería de arte de Londres, aunque se la requiere también en actos oficiales o en apoyo de organizaciones benéficas, no lucrativas y patrióticas por ser miembro de la familia real. Entre lo público y lo privado y lo serio y lo frívolo, el segundo hijo de la reina Isabel quiere determinar su futuro en la monarquía que encabezará su hermano, el futuro rey Carlos III, quien opta por seguir los pasos de su nonagenaria madre y mantener a los hermanos y sobrinos dependientes del bolsillo real y de él. (Conxa Rodríguez / El Mundo)