sábado, 24 de septiembre de 2016

septiembre 24, 2016
PROGRESO, Yucatán, 24 de septiembre.- Luego de una espera de muchos años, Progreso tendrá, al fin, una cámara hiperbárica que beneficiará a miles de yucatecos de la costa norte,  no sólo a los pescadores sino también a los pacientes con complicaciones de diabetes, quemaduras y otros padecimientos crónico- degenerativos.


Ante un  amplio sector representativo,  integrado por funcionarios municipales, encabezados por el alcalde José  Cortés Góngora, la Capitanía de Puerto, la IX Zona Naval, el sector Salud, diversas organizaciones civiles y representantes incluso de la Universidad Marista de Mérida, el diputado federal Jorge Carlos Ramírez Marín anunció que, con el apoyo de empresarios de varias partes del país, se comprará el equipo en Estados Unidos  y pronto se entregará al municipio.


Los aplausos de aprobación por el anuncio del legislador yucateco  no se hicieron esperar.

En animada reunión, en el Centro Stella Maris de Progreso, Ramírez Marín recibió el respaldo unánime para concretar el proyecto, pues se  requiere definir dónde se instalará el equipo, a cargo de quien estará, dónde se contratará al personal especializado para prestar el servicio y  como se garantizará el mantenimiento, entre otros detalles que es necesario resolver antes de traer la cámara de Houston, Texas.

Ante una serie de agradecimientos por atender un viejo anhelo de los progreseños, el diputado federal indicó que ya está en proceso de constitución un Patronato que se hará cargo del equipo, cubriendo desde la parte legal hasta la permanencia del servicio.

Al escuchar que en la IX Zona Naval hay especialistas en este tema, como el Teniente, Dr. Jesús Romero Hernández, quien participó en la reunión, el diputado invitó a sumarse a la Marina a un equipo técnico que definirá qué modelo de cámara hiperbárica es la más adecuada para Progreso y qué tipo de instalaciones se necesitan para adaptar el equipo y ponerlo en operación, a fin de que todos los requerimientos estén perfectamente cubiertos.

El presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Estado de Yucatán, José Luis Carrillo Galaz, fue el primero en agradecer a Ramírez Marín por responder a está añeja demanda del sector y por ayudar a resolver el grave problema de descompresión que sufren los pescadores buzos,  particularmente los que se dedican al pepino de mar. 

El directivo advirtió que se han registrado cientos de casos de descompresión en los últimos años, y han habido decesos por no recibir a tiempo el tratamiento.

Entre las numerosas intervenciones, el Dr. Sergio Bates Angulo, director del Centro de Salud, sugirió que la cámara se instale en ese edificio de la SSA, y la Dra. Nina Méndez Domínguez, profesora de la Universidad Marista, afirmó que en la Escuela de Medicina y Rehabilitación de esa casa de estudios, ya cuentan con programas de movilidad para formar especialistas en medicina hiperbárica y subacuática, que regresan certificados,  de manera que hay personal calificado para operar la cámara.

La Dra. Arisbel Gómez Ameca, presidenta del Club Rotario de Progreso, afirmó que la cámara hiperbárica no sólo será en beneficio de los pescadores con descompresión sino de muchos pacientes que requieren oxígeno para diversos padecimientos, comenzando con los que sufren pie diabético.

La gestión inicial de la cámara para Progreso surgió de un grupo de ciudadanos, que están en proceso de constituirse en la Asociación Civil Progreso Incluyente, Juan Miguel Castro. Ellos planteron al diputado la necesidad de contar con ese equipo y solicitaron su apoyo.

El diputado Ramírez Marín señaló que no basta con traer la cámara hiperbárica para atender a los pescadores con descompresión, sino es necesario tomar medidas para prevenir el problema, evitar que sigan habiendo casos y sobre todo que sigan habiendo víctimas mortales por este mal.

Asimismo, el legislador agradeció el amplio  respaldo y disposición de sus anfitriones para concretar la instalación del equipo, que sería en un plazo de tres meses. El costo de la cámara gira alrededor de los 2 millones 700 mil pesos. (Boletín)