martes, 27 de septiembre de 2016

septiembre 27, 2016
Jesús González*

Uber empezó a morir en México al intentar meterse a trabajar a Campeche. Otras entidades como Tabasco, Durango, Chihuahua, y Quintana Roo, ya imitan a Campeche en su lucha contra esta empresa. Ya empezaron a organizarse y a defenderse, a evitar que los pocos dineros de sus estados se lo lleven al extranjero.


En estos lugares no le funcionaron a Uber sus campañas de odio, los engaños con sus páginas falsas y troles que crean para confundir a los enojados usuarios de taxis. Campeche fue la tumba de Uber, aquí se inició la lucha contra Uber en todo el país.

Uber estaba desplazando a los taxistas en todo el país, se logró meter a la Ciudad de México, a Nuevo León, a Jalisco, y a otras grandes ciudades; empezaba a invadir Quintana Roo, Tabasco, Durango, Chihuahua y no encontraba más que una débil defensa; las leyes de esas entidades tenían lagunas legales para frenar a la trasnacional y aunado al enojo social contra los taxistas que han dado un servicio insuficiente -lo que deja claro que urgen algunas centenas de concesiones nuevas- y el malinchismo, la empresa fortalecía su presencia.

Los locales que apoyan a Uber no entienden el daño que le hacen a la economía local, no se dan cuenta que no pueden pensar sólo en el servicio; tienen que observar las consecuencias económicas y sociales para la entidad, por ejemplo, Uber disminuye los ingresos de los taxistas, los lleva a la quiebra, y son miles las familias afectadas, y a diferencia de los taxistas que aquí gastan su dinero, el dinero de Uber en una gran parte se va a al extranjero, a Estados Unidos y otra parte a los dueños del dinero, que están en Yucatán; los señores empresarios que adquieren flotillas de autos y contratan choferes Uber, de tal suerte que el único dinero que se queda en la entidad es lo que le pagan a los empleados.

Uber se convertiría en una especie de monopolio, pero privado, a diferencia de los taxistas que representan a numerosas cooperativas. La diferencia es que el dinero de la ganancia se reparte en numerosas personas y no se queda en un empresario foráneo y abusivo.

Y todo les hubiera funcionado bien a los malinchistas y traidores de su gente; todo les hubiera salido bien a los empresarios yucatecos, si no se hubieran venido a meter a Campeche, pues en Yucatán aplastaron a los taxistas, los desplazaron.

Las leyes de Campeche especifican en su artículo 16 de la Ley Estatal del Transporte la prohibición que existe para que los particulares brinden el servicio de transporte; además aquí las autoridades no se dejaron intimidar por la trasnacional, y es que los empresarios gringos están acostumbrados a saquear aprovechándose de su poderío económico, y de la facilidad con que engañan a los mexicanos con sus campañas de publicidad.

De tal suerte que desde el primer día en que intentaron circular en la entidad con 50 unidades, en ocho días les fueron recogidas 46, al parecer los otros cuatro suspendieron sus actividades, porque ya se dieron cuenta de que el supuesto apoyo que les daría Uber si eran detenidos, era falso; Uber no ha pagado ninguna infracción. Está pensando la trasnacional que litigará y evitará el pago de las sanciones. Creemos que Uber nunca se imaginó que la entidad contara con leyes tan completas en materia de transporte.

Uber ya pasó a la siguiente etapa, da patadas de ahogado, ahora se inventan numerosas páginas cada día, desde donde escondidos en el anonimato y con troles, ofenden a las autoridades locales y culpan de eso a los taxistas; crearon páginas simulando que son de los taxistas, pero fueron detectados y su engaño tampoco les funcionó. Cooperativas y el mismo Frente del Volante, se han deslindado de las ofensas que vierten en las redes los de Uber, ofensas de las que quieren hacer responsable a los taxistas.

El nivel de desesperación que muestra Uber para atreverse a inventar y falsear información, deja claro que sienten que no podrán quedarse en Campeche, pero eso no es sólo el problema, el verdadero problema es que el ejemplo de Campeche ya cundió en el país y seguramente que en otros estados, donde ya funcionan, empezarán a ser enfrentados y tendrán que dejarlos también.

El odio de Uber ya se extiende en contra de los periodistas, la gente de Uber fotografía a los periodistas cuando acuden a las conferencias en el Instituto Estatal del Transporte.

* Comentario publicado en el grupo de Facebook 'Que todo Mérida se entere'.