viernes, 23 de septiembre de 2016

septiembre 23, 2016
WASHINGTON / CHARLOTTE, 23 de septiembre.- Cuando el vídeo llega al minuto y 40 segundos, se oyen 4 disparos. Son los cuatro disparos con los que Brently Vinson - policía de raza negra - mata a Keith Lamont Scott, un ciudadano también negro, en Charlotte, en Carolina del Norte, un estado que era la imagen del 'Nuevo Sur' de EEUU - libre de racismo, con una economía moderna basada en los servicios financieros, en la educación y en la tecnología - y que, con esta muerte y con su estricta política en relación a los homosexuales se ha convertido en el reflejo de las visiones contrapuestas que los estadounidenses tienen de lo que su propio país debe ser.

El vídeo fue grabado por la mujer de Scott, Rakeya Scott, y ha sido cedido al diario 'The New York Times' por los abogados de la familia, Justin Bamberg y Eduardo Curry, que han declarado al diario que la grabación "no da pruebas acerca de si el tiroteo fue justificado o no", aunque sí da "otro punto de vista".

En el vídeo, la mujer de Scott insiste en que éste no va armado, y que sufre una lesión cerebral traumática. Sin embargo, lo que hacen Vinson y Scott no se ve. Lo que sí parece claro es que Scott no estaba obedeciendo las órdenes de los policías de salir del coche. Y, en EEUU, desobedecer a la policía es una actividad de alto riesgo, independientemente de la raza ala que se pertenezca. Mientras la policía insiste en que la víctima mostró una actitud arrogante al salir del coche a instancias de los agentes y que llevaba un arma de fuego; la familia de Scott dice que solo tenía un libro.

Enlace al video que grabó Rakeya Scott, esposa de Keith Scott.

La muerte de Scott ha provocado dos días de disturbios, aunque la calma parece haber vuelto a la ciudad, en los que al menos una docena de personas, entre policías y manifestantes, resultaron heridas. Un manifestante, Justin Carr, quedó en estado crítico por un balazo en la noche del miércoles y falleció este jueves. Las autoridades han anunciado este viernes la detención de Rayquan Borum, de 21 años, al que han acusado formalmente del asesinato de Carr. Tanto Borum como Carr son de raza negra.

Más allá de las muertes, el hecho de que los disturbios se produzcan a falta de 7 semanas para las elecciones de EEUU tiene implicaciones políticas. Carolina del Norte es un estado del Sur y de los Apalaches, lo que lo sitúa firmemente dentro del campo republicano. Sin embargo, un 21,5% de su población es negra, y cuenta con grandes ciudades como Charlotte y Raleigh y con un área de fuerte presencia de empresas tecnológicas y de universidades de élite, el llamado 'Triángulo de la Investigación', en el que están, entre otras, las Universidades de Duke y el campus de Chapel Hill. Y, en EEUU, ciudades, universidades e industria tecnológica son sinónimo de votos demócratas, escribe Pablo Pardo, corresponsal de El Mundo en Washington.

Ya en 1992, Bill Clinton perdió por apenas siete décimas en Carolina del Norte. En 2008, Barack Obama por 1,7 puntos porcentuales. En 2012, el Partido Demócrata llegó al extremo de celebrar la Convención en la que Obama volvió a ser nominado candidato en Charlotte. Pero el vencedor fue el republicano Mitt Romney. En los últimos sondeos, Donald Trump lleva entre 1 y 4 puntos de ventaja a Hillary Clinton.

Con los dos candidatos prácticamente igualados, Carolina del Norte es uno de los 16 estados que pueden dar la victoria en las elecciones. Así que los disturbios tienen importancia política. Y pueden beneficiar tanto a Donald Trump, que apuesta por el voto blanco y por la 'mano dura' en materia de orden público, como a Hillary Clinton, cuya baza para lograr la Presidencia es una coalición de minorías raciales y blancos de alto nivel educativo.

Más aún, porque han sobrepasado los límites de Carolina del Norte. El jugador de béisbol Steve Clevenger ha sido suspendido para el resto de la temporada por su equipo, los Mariners de Seattle, por colgar en Twitter comentarios como: "Negros apaleando blancos porque le pegan un tiro a un macarra negro que tenía una pistola delante de un policía negro. Me descojono". La distancia entre Seattle y Charlotte es de 2.800 kilómetros (como la que hay entre Madrid y Tallin, la capital de Estonia), lo que indica que la controversia tiene impacto a nivel nacional.
La escena transcurre así:

POLICÍA: ¡Manos arriba!

RAKEYIA SCOTT: No le dispares. No le dispares. No tiene ningún arma. No tiene ningún arma. No le dispares.

P.: No dispares. Tira la pistola. Tira la puta pistola.

R.S.: No le dispares. No le dispares.

P.: Tira la pistola.

R.S.: Él no ha hecho nada

P.: Tira la pistola. Tira la pistola.

R.S.: Él no tiene una pistola. Tiene una lesión cerebral traumática.

P.: Tira la pistola

R.S.: Él no os va a hacer nada chicos. Se acaba de tomar su medicamento.

P.: Tira la pistola. Tráeme una puta porra aquí (a un compañero).

R.S.: Keith, no les dejes romper la ventana. Sal del coche.

P.: Tira la pistola

R.S.: ¡Keith! No lo hagáis.

P.: Tira la pistola

R.S.: Keith, sal del coche. ¡Keith! ¡Keith! ¡No lo hagáis! No lo hagáis! ¡Keith!

P.: Tira la pistola.

R.S.: ¡Keith! ¡Keith! ¡Keith! ¡No lo hagáis!

[Se oyen disparos]

R.S.: Joder. ¿Le has disparado? ¿Le has disparado? ¿Le has disparado? Espero que no esté muerto, joder. Espero que no esté muerto. Mejor que no esté muerto. No me voy a acercar a ti pero lo voy a grabar. Más os vale que esté vivo porque... más os vale que esté vivo. ¿Qué hay? Si, estamos aquí, alrededor del 50...50--- 9453 de Lexington Court. Estos son los agentes de policía que han disparado a mi marido, y más vale que esté vivo. Más les vale porque él no les hizo nada.

P.: ¿Está todo el mundo bien? ¿Estáis bien?

R.S.: ¿Él bien? Nadie.... él no ha tocado a nadie así que están todos bien.

P.: ¿Está bien?

R.S.: Será mejor que viva. Será mejor que viva. No voy a ir con vosotros chicos, pero será mejor que viva. Será mejor que viva. ¿Me oís todos? ¿Lo véis, verdad? Será mejor que viva.

R.S.: Será mejor que viva. Os lo juro, será mejor que viva. Maldita sea, será mejor que viva. Y no voy a ir a salir de aquí.... no voy a ir a ninguna parte. Me voy a quedar en este maldito sitio. Joder. Está bien, ¿habéis llamado alguno a la policía? Quiero decir, ¿habéis llamado a una ambulancia?

Así lo da ABC España: Un tiro certero terminó el pasado 21 de septiembre con la vida de Keith Lamont Scott, un ciudadano negro de la localidad estadounidense de Charlotte (Carolina del Norte). Brently Vinson, la agente de policía que lo mató –también afroamericana– disparó tres veces más para asegurar la diana. Un vídeo grabado por la mujer de la víctima, Rakeya Scott, y publicado por ‘The New York Times’ desvela los pormenores del trágico suceso, que ha desembocado en una nueva oleada de protestas en contra de la violencia policial.

En el vídeo, cedido a la cabecera estadounidense por los abogados de la familia, Justin Bamberg y Eduardo Curry, se ve cómo la mujer intenta impedir que los agentes abran fuego contra su marido, al que previamente habían exigido que permaneciera dentro de su coche con las manos en alto. «¡No disparen! –se le oye gritar en varias ocasiones– ¡El no tiene ningún arma, sufre una lesión cerebral!».

De nada sirvieron las súplicas de Scott, que fue testigo de cómo la agente, que iba acompañada de cuatro policías más, disparaba en reiteradas ocasiones a su esposo segundos después de exigirle que tirara al suelo su supuesta –e inexistente– pistola. Los disparos se pueden oír en torno al minuto de vídeo.

En ese momento, la mujer se acercó a los agentes para recriminarles la acción: «¿Le habéis disparado? ¡Voy a grabar esto!», les amenaza.

La muerte de Keith Lamont Scott ha provocado varias jornadas de violentas protestas contra el abuso policial. Hasta el momento, las manifestaciones se han saldado con dos muertes y decenas de detenciones. Es tal el descontrol que el gobernador de Carolina del Norte, Pat McCroy, se vio obligado a declarar el estado de emergencia en la localidad para intentar restaurar el orden.

Y La Vanguardia: La mujer de Keith Scott grabó todo lo que pasó antes y después de su muerte por disparos de la policía de Charlotte con un móvil. El vídeo, sin embargo, no permite aclarar si la versión de la policía -que llevaba una pistola en la mano- es verdad, ya que no se ven los disparos, según recoge el New York Times.

No se aclara la cuestión de si lo que llevaba el abatido era un libro, como sostiene la familia, o un arma corta. Lo que sí se ve (y se escucha) es cómo Justin Bamberg, la mujer, suplicaba para que no dispararan a su marido. Los abogados que están llevando el caso confirmaron el jueves en una entrevista que “el vídeo no servirá para demostrar si la muerte de Scott ha sido justificada o no”.En el vídeo, de algo más de dos minutos, se oye primero a un agente gritando a Scott. “Levante las manos”, le dice. Después la mujer les explica a los agentes que su marido no les disparará, y que toma medicación por un shock traumático.

Pero finalmente los agentes disparan a Scott, y entonces se escucha a su mujer sollozar: “¿Le habéis disparado? ¿Realmente le habéis disparado?”. Después les recrimina su actitud y les pide que llamen a una ambulancia.