martes, 26 de julio de 2016

julio 26, 2016
Eduardo Ibarra Aguirre / 27-VII-16

El estado de México es la entidad con el mayor número de homicidios (2,671) cometidos durante 2015, seguido por Guerrero (2,402), Chihuahua (1,541), Jalisco (1,229), Sinaloa (1,089) y la Ciudad de México (1,079); como parte de un total de 20,545 homicidios, 17 por cada 100,000 habitantes, lo que refleja la misma tasa registrada en 2014, de acuerdo con el muy impugnado Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, a partir de que cambió sin previa consulta con el Coneval los criterios metodológicos para medir la pobreza extrema y “descubrir” que los ingresos de los más pobres de México aumentaron 33.6 por ciento en un año. En las estadísticas por supuesto.


Con 15.18 millones de habitantes resulta normal que el estado de México tenga el mayor número absoluto, no el relativo, de homicidios y no Guerrero con 3.5 millones de habitantes, por lo que estas mediciones son realizadas con base a cada 100,000 habitantes, como lo muestra cualquier estudio serio. Excepto los de María Isabel Miranda (Wallace), quien se ahorra correlacionar los secuestros con el número de habitantes, a pesar de que la asesora un experto en el fenómeno delictivo.

El estudio del INEGI ratifica que la cantidad de homicidios en México mostró una sólida tendencia al alza a partir de 2008, después de 17 años de baja constante. En 2007 alcanzó el más bajo nivel desde 1990, al ubicarse en 9,000 homicidios por 100,000 habitantes.

Pero en 2008 las muertes violentas se dispararon a 14,006, justo con la “Guerra contra el narcotráfico”, decretada en forma autocrática por Felipe Calderón. Bueno, la acordó con George W. Bush, el invasor de Afganistán e Iraq para reconfigurar el mapa del Medio Oriente y garantizar la hegemonía estadunidense en el siglo XXI, a cambio del madrugador reconocimiento que hizo el tejano del gobierno del dipsómano.

En 2009 los homicidios ascendieron a 19,803; para 2010 llegaron a 25,757 y en 2011 alcanzaron el máximo registrado en años recientes, al ubicarse en 27,213 homicidios. De ese tamaño fue el éxito de la aventura belicista del bautizado como Felipe del Sagrado Corazón de Jesús.

Es a partir de 2012, con el esposo de Margarita Zavala aún en Los Pinos, que el INEGI registra una tendencia a la baja, al mostrar 25,967 homicidios, 23,063 en 2013; 20,010 en 2014 y 20,525 en 2015, cantidad con un repunte y a la que falta agregar los datos de las estadísticas completas.

Con 3,673 homicidios en Morelos cometidos en tres años y nueve meses, de los cuales 1,992 son dolosos y 1,681 son culposos, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, crece el hartazgo de franjas activas de la población, sobre todo en Cuernavaca, y se expresa con fuerza mediática en la capital del país.

La promesa del  hoy presidenciable Graco Ramírez de “recuperar seguridad, justicia y paz en los primeros 18 meses” de gobierno, al parecer quedó en eso y el mando único policial –la Comisión Estatal de Seguridad, encabezada por Alberto Capella Ibarra–, hasta ahora no da los resultados que se fijaron y su renuncia ya es demanda que enarbolan miles de ciudadanos, porque –me informa un colega de Jiutepec–, “ya forma parte del problema de la inseguridad. Ése es el negocio del mando único”.

En tanto que el secretario de Gobernación “condena enérgicamente” el asesinato, en menos de 24 horas, de los alcaldes de San Juan Chamula, Chiapas, tierra de caciques, y Pungarabato, Guerrero. Durante este sexenio suman 15 los alcaldes asesinados, y 75 los funcionarios locales en una década.

Acuse de recibo

“¿Don Eduardo? ¡Qué bello está eso de ‘¡Pinche vieja, cómo te quiero!’ que pone Teresa Gil sobre Miguel Aroche Parra!”, dice la editora María Teresa Menéndez Monforte (http://www.informaciondelonuevo.com/2016/07/utopia-1706-homicidios-dolosos-y-122.html)... “Además de lo que aquí (22-VII-16) escribe Eduardo Ibarra, en la página: www.enciclopediagro.org/index.php/indices/indice-de-biografias/77-aroche-parra-miguel, reseñan su biografía. Nació en Tlapa, Guerrero, en 1915. Fue alumno y profesor de la Escuela Regional Campesina de Ayotzinapa. Ingresó en la primera mitad de los años 30 al Partido Comunista Mexicano (PCM), del que fue dirigente en Guerrero e integrante del Comité Central hasta su expulsión en 1948. Cofundó el Partido Obrero Campesino Mexicano (POCM) en 1950, y fue su secretario general. Participó en el movimiento ferrocarrilero y fue detenido el 24 de octubre de 1959 (…) Salió de la prisión en 1967.” Apunta la doctora Elba Pérez Villalba... Falleció César Buenrostro Hernández, hermano de mi amigo Héctor e integrante del Grupo María Cristina… “Gracias estimado Eduardo: Por la recomendación del texto de Julio Gómez (o Ramírez), donde se citan a personajes de la talla de Rafael Carrillo, Julio Antonio Mella, Diego Rivera, Hernán Laborde, entre otros, ligados al PCM. Ya la estoy revisando con gran interés”. La liga es: http://www.forumenlinea.com/columna/utopia/julio.html