domingo, 17 de julio de 2016

julio 17, 2016
WASHINGTON D.C., 17 de julio.- El fallido golpe de Estado ocurrido en Turquía el viernes está tensando las relaciones entre este país y Estados Unidos.

Después de que Barack Obama pidiera ayer a "todas las partes" implicadas en la crisis turca que evitaran desestabilizar Turquía, así como el respeto al "estado de Derecho", el secretario de Estado John Kerry ha respondido a las autoridades turcas que "las insinuaciones públicas sobre el papel de Estados Unidos en el fallido golpe de Estado son totalmente falsas y dañinas para nuestras relaciones bilaterales".

Turquía ha sido desde hace tiempo un aliado clave para Estados Unidos pero la relación entre ambos países se ha tensado en los últimos años. La nota más reciente de este declive han sido las declaraciones del gobierno de Erdogan sobre la participación del clérigo Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos desde 1999, en la asonada fallida. El primer ministro Binali Yildirim dijo que cualquier país que apoyara a Gülen podía considerarse en guerra con Turquía y el propio Erdogan solicitó a Washington que deportara al clérigo.

El arresto de uno de los militares implicados en el golpe de Estado. (lapresse)

Además, este domingo, Turquía anunció la detención del comandante de la base de Incirlik, Bekir Ercan Van, por "complicidad en el golpe". Estados Unidos realiza en esta base del sur de Turquía una parte importante de sus operaciones aéreas contra el IS y tiene allí estacionados a unos 1,500 militares y personal civil de defensa estadounidense. Ayer, las misiones aéreas estadounidenses contra IS desde esa base fueron suspendidas por el cierre del espacio aéreo turco, pero hoy la base ha sido reabierta y las operaciones se han reanudado.

Turquía y Estados Unidos colaboran estrechamente en la lucha contra el terrorismo, una alianza que los últimos acontecimientos podrían hacer peligrar. Ambos países, además, están distanciados respecto al apoyo estadounidense a los rebeldes kurdos que combaten en Siria, que Ankara considera representantes de los separatistas kurdos, con los que mantiene una guerra despiadada en la que han muerto miles de civiles.

La Alianza por los Valores Compertidos, el grupo liderado por Gülen desde su exilio, calificó por su parte las acusaciones del gobierno de Erdogan de "sumamente irresponsables". Kerry contestó que Estados Unidos quería ayudar a Turquía a identificar a todos aquellos que estuvieran involucrados en el golpe y reiteró que sólo actuaría contra Gülen en caso de que hubiera pruebas de su implicación.

"Anticipamos que habrá cuestiones que surgan sobre Gülen y obviamente invitamos al gobierno de Turquía a que nos presente pruebas legítimas que soporten un escrutinio" de la participación del clérigo, residente en Pennsylvania, en el intento de golpe, declaró Kerry. Gülen condenó ayer la asonada fallida y negó cualquier participación en la misma.

Kerry llamó a la "continuidad" durante el golpe

La llamada a la “continuidad” en pleno golpe en Turquía revela la conformidad de EE.UU. con el fallido derrocamiento de Erdogan, señala un reconocido analista ruso.

“Las recientes palabras de John Kerry, secretario de Estado estadounidense, al anunciar que Turquía debía propiciar las condiciones necesarias para el traspaso de poderes puede significar que Washington está de acuerdo con la llegada al poder de otra facción, y la ratifica”, ha declarado este domingo Konstantín Sívkov.

El viernes, habiendo anunciado mandos militares turcos la toma del poder por el Ejército, Kerry dijo esperar que hubiese “estabilidad, paz y continuidad”, en aparente consonancia con los llamados a la calma y la pasividad hechos de los golpistas.

En una conversación con el segundo canal de la televisión estatal rusa, Sívkov añadió que, al pronunciar esas palabras en vez de condenar sin fisuras lo que ocurría, Kerry estaba expresando de modo indirecto la aceptación por la Casa Blanca del traspaso de poder, respaldando así en realidad el golpe.

Las recientes palabras de John Kerry, secretario de Estado estadounidense, al anunciar que Turquía debía propiciar las condiciones necesarias para el traspaso de poderes puede significar que Washington está de acuerdo con la llegada al poder de otra facción, y la ratifica”, observa el analista ruso Konstantín Sívkov

Por otra parte, el analista observó que la condena al golpe del designado por Ankara como su cerebro, Fethulá Gülen, se produjo sólo después de que el fracaso de la tentativa quedara ya claro.

“Además, la tendencia y la composición de los golpistas pone de relieve su querencia por una forma de gobierno occidental y no religiosa, siendo Estados Unidos su patrón”, observó igualmente.

En efecto, señaló, la mayoría de los militares que apoyaron el golpe se cuentan entre los simpatizantes de Mustafá Kamal Atatürk, que defienden el regreso de Turquía a un gobierno secular, además de que los sargentos y oficiales golpistas han sido instruidos en centros de entrenamiento estadounidenses.

Según las últimas cifras, en el golpe de Estado fallido de la noche del viernes en Turquía y la operación de respuesta perdieron la vida 260 personas, y otras 1500 resultaron heridas. Están detenidas, acusadas de participar en el intento de derrocamiento, unas 3000 personas.

La difusión de análisis que señalan una posible responsabilidad de Washington en el golpe fallido llevó el sábado al secretario de Estado norteamericano a hacer un desmentido oficial. (El Mundo / Hispan TV)