miércoles, 13 de julio de 2016

julio 13, 2016
Carlos Loret de Mola Álvarez / Historias de reportero


En México, como en Estados Unidos, la cobertura de la elección estadounidense sólo habla de Donald Trump. Es imposible no cubrirlo. El casi candidato republicano es un escándalo donde se para: que el muro en la frontera, que los migrantes son violadores y criminales, que sacar a Estados Unidos del TLC.

Trump es un peligro para Estados Unidos, para México y para el mundo. Afortunadamente parece difícil que gane la elección, pero independientemente de ello, dejará lastimada la relación bilateral. Es su funesta herencia.

1.- Complica más la reforma migratoria. Si gana, ni pensar en ella. Pero tampoco es algo asegurado si vence la casi candidata demócrata Hillary Clinton. El Presidente Barack Obama prometió una reforma, los latinos le dieron su respaldo para llegar a la Casa Blanca y reelegirse, pero Obama no fue un buen negociador y los republicanos lograron bloquear sus intentos de pasar una nueva ley migratoria. Recientemente la Corte Suprema de Estados Unidos bloqueó las medidas ejecutivas de Obama (DAPA y DACA) que protegían de la deportación a jóvenes indocumentados y sus familiares. Sin este clima antiinmigrante quizá el voto de la Corte hubiera ido en otro sentido. Así que puede que gane Clinton, pero el clima que ha propiciado Trump dejará un país dividido y con fuertes raíces cazamigrantes.

2. Los hijos políticos de Trump. Donald puede perder, pero sus seguidores se quedan y pueden votar por legisladores que apoyen leyes antimexicanos. El racismo permeará la política estadounidense aunque pierda Trump. México debe estar atento e implementar una estrategia. Se está consolidando un grupo de cabildeo en Estados Unidos para abogar por los intereses de México pero llega tarde.

3. (In)Seguridad. Estados Unidos anunció hace poco que recortaría en 5 millones de dólares la ayuda que entrega a México mediante la Iniciativa Mérida. Fue una acción simbólica por parte del Congreso estadounidense y el Departamento de Estado para mandar un mensaje por la crisis de derechos humanos. La cooperación de combate al narco ha tenido altibajos y el próximo presidente de Estados Unidos podría redefinir la estrategia. Además, la posibilidad de que un terrorista se les infiltre por la frontera sur es algo que preocupa a los estadounidenses. Se nos olvida que Hillary Clinton como senadora votó a favor de cercar ciertas partes de la frontera. Gane o no Trump, los políticos en la Unión Americana ya están presionados para fortalecer la seguridad en la frontera. Si el miedo gana le puede costar muy caro al comercio, el flujo de personas y la economía de México entero.

4. Los chivos expuiatorios. Gane o no Trump, su manera de hacer política será copiada por muchos. Logró catapultarse con un lenguaje simple, populista, grosero y usando a México como chivo expiatorio. Puede que esta estrategia lo mate en la elección general, pero a nivel local puede funcionar muy bien a muchos candidatos.

Buena parte del daño ya está hecho.