sábado, 2 de julio de 2016

julio 02, 2016
LONDRES, 2 de julio.- Mosha tenía solo siete meses de edad cuando perdió una pata al pisar una mina en la frontera entre Birmania y Tailandia, en el sudeste asiático.

Esta semana, la elefante recibió su novena pata artificial, que se ajusta a su peso y tamaño.
Voluntarios de la ciudad santuario de Lampang (Tailandia) señalaron que la ausencia de la extremidad creó una serie de complicaciones médicas en Mosha.


"Sin caminar, ella iba a morir", tras haberle instalado una de las patas artificiales a Mosha en 2009.

El ortopedista Therdchai Jivacate, quien ayudó a diseñar las prótesis para Mosha y otros elefantes, le dijo al diario británico The Daily Telegraph  quien ayudó a diseñar las prótesis para Mosha y otros elefantes, le dijo al diario británico The Daily Telegraph que "sin caminar, ella iba a morir", tras haberle instalado una de las patas artificiales a Mosha en 2009.

Mosha es solo uno de varios elefantes que han resultado heridos por minas en la región fronteriza, según la fundación Amigos del Elefante Asiático.

Los rebeldes se han enfrentado al gobierno de Myanmar por décadas en la frontera con Tailandia.

La fundación creó en Lampang el primer hospital para el cuidado de los elefantes en 1993 y actualmente cuenta con 17 pacientes.
Motola

Una de las compañeras de Mosha, Motola, también fue víctima de una mina en 1999 mientras servía como transporte de madera de los trabajadores locales.
Desafortunadamente, no ha sido tan receptiva como Mosha con las patas artificiales debido a la naturaleza de sus heridas, indicaros sus veterinarios en el centro de cuidados en Lampang.

Motola probó esta semana una nueva prótesis, que es crucial para que su crecimiento se dé sin interrupciones.(BBC/TNYT)