domingo, 10 de julio de 2016

julio 10, 2016
BUCARAMANGA / CÚCUTA, 10 de julio.- Once meses después de que el gobierno de Nicolás Maduro ordenó desde Venezuela cerrar todos los pasos fronterizos con Colombia, ante el auge del contrabando y supuestos ataques de paramilitares en su territorio, las autoridades del vecino país permitieron que los habitantes de varios estados entraran este domingo a Cúcuta para abastecerse de los medicamentos y alimentos que escasean en su país.

A las 7 a.m, hora colombiana, se permitió el paso de miles de personas que desde la noche del sábado se encontraban en San Antonio y Ureña (estado Táchira) apostadas frente a los puentes internacionales Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, que comunican a esos pueblos venezolanos con la capital nortesantandereana.

“No tenemos comida, ni medicina y hay mucha inseguridad. Necesitamos que los países nos ayuden porque estamos sufriendo…venimos por champú, crema de dientes, arroz, leche, pañales y medicina…”, fueron algunos de los testimonios que presurosos dieron esta mañana algunos de los venezolanos tras su ingreso al territorio colombiano. 

"No tenemos comida, ni medicina y hay mucha inseguridad. Necesitamos que los países nos ayuden porque estamos sufriendo...", fueron algunos de los testimonios de venezolanos que cruzaron a Colombia para abastecerse. (Schneyder Mendoza / EFE)(Más fotos en Facebook)

Entre el 19 de agosto y mediados de septiembre del 2015 Venezuela cerró la frontera y en los últimos meses había establecido unos corredores humanitarios para permitir, con cuentagotas, el paso de pocas personas que requerían cruzar la frontera.

Según el gobernador del estado Táchira, José Gregorio Vielma, el paso peatonal se permitió este domingo, durante doce horas, porque, según él, "se ha planificado un segundo ingreso de venezolanos a Colombia organizados por la derecha venezolana, con el pretexto de comprar comida y medicamentos".

El funcionario, al parecer, se refería al ingreso forzado de más de 500 venezolanas procedentes de la ciudad de Ureña,que el lunes pasado lograron sortear los cercos de la Guardia Nacional e ingresaron a Cúcuta durante varias horas para abastecerse.

Cancillería y Dian hacen presencia

El gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, indicó que a esta hora más de 35,000 personas han cruzado los dos puentes internacionales en Cúcuta, ciudad en la que los transportadores públicos y los cambistas se situaron en los dos pasos fronterizos para llevar a los venezolanos a los centros comerciales, tiendas y centro de la capital.

“No pensábamos que se fuera a presentar esta situación en donde más de 10,000 han pasado por los puentes. Esto hace pensar que es necesario y urgente que se abra la frontera de forma permanente y no a través de un corredor humanitario parcial. Estamos en los puentes con funcionarios de la Cancillería y la Dian para que la gente pueda hacer sus trámites y regresar a Venezuela”, agregó el gobernador.

A esta hora miles de venezolanos se agolpan en los sectores comerciales de Cúcuta, ciudad que por el cierre de la frontera atraviesa una aguda crisis económica. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, visitó a la capital nortesantandereana el miércoles pasado anunciando que buscará con su homólogo, Nicolás Maduro, buscar una salida a la situación y que permita reabrir definitivamente los pasos limítrofes.

Este lunes, en la Gobernación de Norte de Santander, comenzará la actividad de las mesas de trabajo que tras la visita de Santos fueron establecidas para definir las pautas de los trabajos que se ejecutarán contra el contrabando y para mejorar en la región en aspectos como la educación, seguridad y salud.

El sábado pasado el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, dijo en Cúcuta que este año se han capturado 44 personas en la frontera, de las cuales 7 son de alto valor, se han decomisado mercancías por 125 mil millones de pesos y se han capturado en flagrancia, por contrabando, 301 personas con la inmovilización de 385 vehículos.

Según Villegas, el contrabando en la frontera ha tenido una baja del 70 por ciento, comparado con el año 2015. (El Tiempo)