sábado, 25 de junio de 2016

junio 25, 2016
Pedro Echeverría V.

1. El “dialogo” sólo debe servir para frenar la represión gubernamental y empresarial, así como para llegar a acuerdos que soluciones problemas inmediatos; pueden durar un año o cien años para evitar los choque violentos, pero deben ser de igual a igual. Frente a cualquier chantaje, tardanza o incumplimiento del gobierno la respuesta obligatoria es el movimiento de masas y los bloqueos que duelan, que sean fuertes, para que no sean una simple burla. En tanto las demandas básicas no sean resueltas la consigna de los trabajadores debe ser endurecer las luchas para que la clase dominante recuerde que su papel es servir, no servirse. 

2. Si las protestas y los bloqueos de los trabajadores se paran sin resolver todos los problemas, se ha asesinado el movimiento. Estos solamente pueden detenerse cuando dos terceras partes del movimiento, en asambleas, lo apruebe. La liberación de Ortega Madrigal y Eugenio Rodríguez (si es verdad lo publicado) sólo son dos de más de 40 profesores y apoyadores presos por las luchas de protesta. Con un simple telefonazo de dos minutos del secretario de Gobernación automáticamente saldrían de prisión todos los presos relacionados con el movimiento; con otro telefonazo de dos minutos se reinstalan a los cesados y se les paga todo el dinero que se les debe. 

3. ¿Piensa acaso algún iluso que no le bastó al presidente Peña un telefonazo para ordenar que la ley que reclamaron los empresarios la echaran a la basura? “Presidencialismo” significa poder total del Presidente, que la orden presidencial está por encima de los enanos del poder legislativo, judicial y los gobernadores. Por ello cuando los mandatarios preguntaban: “¿A qué hora es?, ¡la que ordene señor presidente!”. Si es lunes 27 de junio se ordena la salida de todos los presos relacionados con la Coordinadora, se reinstalan a todos los maestros cesados (¿más de ocho mil?) y se reintegra todos los pagos descontados y cheques retenidos, se puede avanzar. 

4. ¿Cuál es el punto básico? La privatización que se ha impuesto desde 1982 en todos los campos de la vida nacional. Si se ha privatizado los FFCC, los bancos, teléfonos, petróleo, las tierras, los transportes, la electricidad, los medios de información; si se ha privatizado todo, ¿Por qué no los servicios de salud, de educación, de vivienda? Si antes las escuelas privadas y confesionales sólo representaban el cinco por ciento, hoy son el 40 por ciento; las carreras, los programas y las materias son más técnicas y privatizadas. Lo mismo se registra en la salud sin presupuesto, médicos, medicinas y enfermeras en el IMSS, el ISSSTE, Salubridad. 

5. Los maestros no pueden seguir siendo simples “correas de transmisión” de la ideología de la clase dominante; no pueden seguir imponiendo su autoridad sobre los estudiantes para transformarlos en seres individualistas, obedientes y sumisos. Ahora las escuelas deben ser centros de análisis, de investigación, de construcción de conocimientos, de crítica social. Sí, hay que “mover” al pueblo de México pero para enterrar cualquier autoritarismo, imposición, órdenes sin discusión. México tiene que despertar para que pueda “moverse” en las calles, en las plazas, en las protestas públicas contra sus malos gobernantes y partidos y políticos oportunistas. 

6. Los maestros de la CNTE siguen siendo la vanguardia de todos los movimientos en México. Sus batallas apoyando a los electricistas, telefonistas, mineros, padres de los 43, zapatistas, incluso de pasadita a López Obrador, son las que indiscutiblemente han hecho avanzar las luchas sociales. Esperamos que el pueblo de México reconozca esas batallas de los maestros y sea consecuente en apoyarla. Así que hay que hacer un llamado a la Coordinadora para que continúe en las mesas de diálogo, pero “que no les vean la cara” de tontos manipulables. Hay que endurecer las luchas y bloqueos en las calles, así como bloquear radio y TV. (25/VI/16)