lunes, 2 de mayo de 2016

mayo 02, 2016
CARACAS, Venezuela, 2 de mayo.- Agobiado por señales de que sus propias filas le están dando la espalda, el gobernante venezolano Nicolás Maduro instó a la clase obrera del país a declararse en rebelión en caso de que él fuese separado del poder.

El curioso llamado del líder de la revolución bolivariana coincidió con las versiones publicadas el lunes por el presidente de la Asamblea Nacional, el opositor Henry Ramos Allup, quien develó la negativa de los militares de salir a reprimir a la población en caso de producirse un estallido social.

Maduro, quien es visto por la mayoría de los venezolanos como uno de los principales responsables de la crisis económica, también enfrenta los esfuerzos de la oposición para poner fin a su presidencia a través de un referendo revocatorio y el distanciamiento de distintos sectores del chavismo, que piensan que llegó la hora de sacrificar al mandatario para salvar al movimiento.

"Esta semana fueron testigos de que a Washington fueron unos diputados venezolanos vendepatria a solicitar a los Estados Unidos que sancione a Venezuela y lo lograron. No vayan a creer que aquí hay inmunidad para la traición a la patria, tiene que haber justicia con los traidores a la patria", advirtió el presidente bolivariano.

El domingo, Maduro dio muestras de su preocupación en un evento realizado para conmemorar el Día de los Trabajadores.

“¿Ustedes van a dejar que derroquen al gobierno de Nicolás Maduro? […] Ese es el objetivo de la derecha”, expresó.

“Si la oligarquía algún día hiciera algo contra mí y lograra tomar este palacio, por una vía o por otra, yo les ordeno a ustedes, hombres y mujeres de la clase obrera, declararse en rebelión y decretar una huelga general indefinida, hasta obtener la victoria frente a la oligarquía. Una rebelión popular con la Constitución en la mano. Unida la Fuerza Armada y la clase obrera, la Milicia nacional obrera”, agregó.

Una venezolana grabó el momento en que funcionarios de una alcaldía en el estado Apure, fronterizo con Colombia, vendían bolsas de comida a cambio de firmas contra la ley de amnistía aprobada por la Asamblea Nacional. La táctica fue denunciada por diputados de la oposición como una "manipulación del sufrimiento y de la crisis del país con fines políticos".

El pronunciamiento del gobernante bolivariano da muestra del grado de desesperación por el que atraviesa, observó desde Nueva York el ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Diego Arria.

“Se siente perdido. Debe intuir que tiene un desenlace por delante y debe estar sintiendo que el agua ya no la tiene en el cuello, sino que ya le está llegando a la nariz”, dijo Arria.

La presidencia de Maduro saldría muy mal parada en un revocatorio.

Según las últimas encuestas, entre un 70 y un 80 por ciento de los venezolanos está dispuestos a votar contra el gobernante.

La popularidad de Maduro ha estado descendiendo gradualmente de la mano con la crisis económica que estremece al país y a una escasez sin precedentes que está llevando a millones de venezolanos a pasar la mayor parte de sus días haciendo colas para ingresar a los supermercados.

La crisis, ya definida formalmente como la más severa en la historia del país, también le ha estado restando respaldo dentro de los cuarteles, y a excepción de la alta cúpula militar, son muy pocos los oficiales activos que dan señales de respaldar abiertamente a Maduro.

Pero incluso el alto mando le ha estado indicando a Maduro que el respaldo que le tienen no es irrestricto, dejando entrever que si bien están dispuestos a acompañar al régimen hasta el cementerio, no están dispuestos a dejarse enterrar con él.

Diego Arria, analista y ex embajador de Venezuela ante la ONU, explica que es necesario que la oposición venezolana forme una gran alianza nacional para impulsar manifestaciones pacíficas en contra del "régimen miserable" de Nicolás Maduro, que no piensa entregar el poder y permitir que triunfe la institucionalidad en el país.

En una de las más recientes manifestaciones de ese tipo de señales, los generales y almirantes del alto mando le informaron a Maduro que no estaban dispuestos a reprimir a los manifestantes en caso de que se produzca el temido estallido popular, según una columna publicada por el diario el Nuevo País.

En una “reunión de emergencia” celebrada la semana pasada, los oficiales le advirtieron de “que no asumirían el costo de la represión contra el pueblo en caso de estallidos, reventones o disturbios por saqueos, y mucho menos en manifestaciones políticas, porque para eso estaban los colectivos armados y los grupos paramilitares equipados y entrenados por cubanos”, escribió Ramos Allup.

La negativa de los militares no sorprende al asesor en materia de seguridad Anthony Daquin, quien enfatizó que al igual que como sucede con el grueso de la población, también existe gran descontento dentro de los cuarteles, y particularmente a nivel de la tropa.

Los soldados también están pasando hambre, explicó Daquín desde Washington.

“Ellos disminuyeron el número de comidas en el personal de tropa. Anteriormente eran cuatro comidas, desde el momento que era el toque de diana hasta cuando se iban a acostar, hoy en día lo han disminuido a dos, solamente”, dijo el asesor.

El descontento se mantiene a lo largo de los cuadros de oficiales bajos y medios.

“Solamente en los cuadros superiores es que los oficiales han tenido posibilidad de conseguir productos”, pero los generales también se están dando cuenta de los graves problemas del país y presienten que ya la situación está llegando a extremos incontenibles.

Y el riesgo de un estallido social podría aumentar con el correr de las próximas semanas, ante la posibilidad de que la represa hidroeléctrica de Guri deje de operar, lo que dejaría a oscuras a las principales ciudades del país por periodos de más de 12 horas.

Los niveles de agua de la represa, que genera el 70 por ciento de la electricidad que se consume en el país, está a niveles realmente críticos, y las autoridades podrían verse obligados a paralizar las turbinas salvo que comience a llover masivamente en la región. (Antonio María Delgado / Nuevo Herald / DPA)