jueves, 26 de mayo de 2016

mayo 26, 2016
BARCELONA, España, 26 de mayo.- Iluminados con antorchas, los neandertales se adentraron en la cueva. Pasaron las primeras cámaras, que los osos utilizaban para hibernar. Recorrieron largas galerías hasta donde no llegaba ninguna luz del día. Eran lo bastante anchas para avanzar sin tener que agacharse. Bordearon los pequeños lagos del interior de la cueva. A 336 metros de la entrada encontraron una cámara enorme, como la nave de una iglesia, de 30 metros de longitud por 20 de anchura y 5 de altura.

Fue el lugar que eligieron para construir su obra. Dos anillos de piedras que levantaron con fragmentos de estalagmitas. En el centro del anillo más grande, de casi siete metros de diámetro, situaron dos pequeñas acumulaciones de estalagmitas. Como un Stonehenge en miniatura. Con la diferencia de que Stonehenge rendía culto al sol y estos anillos se crearon en un reino de oscuridad. Y de que Stonehenge fue construido por Homo sapiens hace 4.500 años y los anillos de estalagmitas fueron obra de neandertales hace unos 175.000 años.

Investigador en la Cueva de Bruniquel. (Etienne FABRE/ SSAC)

Son la obra más antigua que se ha descubierto de los antiguos pobladores de Europa. Un descubrimiento que demuestra que los neandertales tenían “un nivel de organización social más complejo de lo que se pensaba hasta ahora” y que eran capaces de realizar actividades en las profundidades de las cuevas, según los resultados de la investigación que se presentan esta semana online en la revista Nature .

 “Esto no era un campamento ni un lugar donde vivían. ¿Para qué iban a ir tan lejos de la luz del día?”, declara por correo electrónico Jacques Jaubert, prehistoriador de la Universidad de Burdeos (Francia) y primer autor de la investigación. Según Jaubert, “podríamos asumir algún tipo de comportamiento simbólico o ritual”, pero advierte que la función de los anillos de estalagmitas se desconoce.

Las construcciones fueron descubiertas en 1990 en la Cueva de Bruniquel, situada en el sur de Francia ante un meandro del río Aveyron. Sin embargo, no se han podido fechar hasta ahora. La datación de 176.500 años (con un margen de error de 2.100 años) es lo que indica que fueron obra de neandertales, ya que es la única especie conocida en el sur de Europa en aquella época.

Sin embargo, no se han encontrado fósiles de neandertales ni herramientas de piedra en la cueva de Bruniquel. Los investigadores tampoco han estudiado todavía si los restos de otros animales hallados en las cámaras de la cueva más próximas a la entrada tienen marcas de cortes o algún otro signo de actividad humana, informa Jaubert.

Las construcciones, que incluyen los dos anillos y cuatro acumulaciones de piedras, están formadas por unas 400 piezas. Sumadas, pesan 2,2 toneladas. La mayoría de estas piezas, con un peso medio de 5,5 kilos, tienen unos 30 centímetros de longitud, lo que indica que fueron talladas expresamente del mismo tamaño para elaborar las construcciones.

Si el anillo grande mide casi siete metros de diámetro, el pequeño mide poco más de dos. Las paredes, formadas por hasta cuatro capas superpuestas de estalagmitas, llegan a cuarenta centímetros de altura. Debió ser un trabajo de semanas o meses para un grupo de varios neandertales. El número de individuos que participó en la construcción no se ha podido determinar.

Muchas de las piezas presentan manchas oscuras causadas por fuego. Asimismo, en uno de los anillos se ha encontrado un fragmento de hueso de 6,7 centímetros de longitud, probablemente de un oso o de un gran herbívoro, que fue sometido a altas temperaturas. Todo ello demuestra que los neandertales de Bruniquel ya controlaban el fuego y explica que pudieran adentrarse hasta el fondo de la cueva.

“Es un descubrimiento excepcional”, declara Robert Sala, director del Institut de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Iphes) en Tarragona. “Se suma a otras investigaciones que en los últimos años han cambiado la imagen de los neandertales al demostrar que ya tenían comportamientos modernos. Pero tiene el gran valor de la datación de 175.000 años, porque los comportamientos modernos de los neandertales se habían observado en fechas más recientes y quedaba la duda de si los habían adquirido imitando a los Homo sapiens, que se extendieron por Europa hace poco más de 40.000 años. Ahora queda claro que los neandertales tenían comportamientos que consideramos modernos y que no los copiaron de nadie”. (Josep Corbella / La Vanguardia / Spiegel)