martes, 3 de mayo de 2016

mayo 03, 2016
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de mayo.- La última noticia que Francisco Pacheco reportó en su vida fue el caos que provocaron varios narcotraficantes la noche del 24 abril con varias balaceras en la zona más turística del puerto de Acapulco, Guerrero. A la mañana siguiente, este reportero de 49 años fue asesinado en la puerta de su casa en Taxco, a 170 kilómetros de la Ciudad de México. Un par de disparos terminaron con la vida de un periodista que escribía para un modesto portal de noticias y colaboraba con periódicos locales. La precariedad laboral y la debilidad del Estado mexicano en algunas regiones del país son una mezcla letal para el oficio. Pacheco se convirtió en el quinto periodista asesinado en lo que va de 2016.

Según el mapa de RSF, México está en situación "difícil". Ver información sobre el mapa global en infobae.

No existe organismo internacional que no haya criticado la facilidad con la que quitan la vida a los periodistas en México. La ONU, Reporteros Sin Fronteras, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) han denunciado “el clima de impunidad” que lleva a los violentos a cobrar la vida de quienes informan. Artículo 19, una ONG que vela por la libertad de expresión, contabilizó 397 agresiones en 2015 que iban desde golpes a reporteros, intimidaciones, ofensivas cibernéticas contra los portales digitales de medios y hasta ataques con granadas contra estaciones de televisión. Hubo siete homicidios. En total, se registró un ataque cada 22 horas.

Tres periodistas están desaparecidos y otros 19 han sido asesinados desde el inicio del Gobierno de Enrique Peña Nieto, en diciembre de 2012. La cifra aumenta a 92 informadores muertos si se cuenta desde el año 2000. Esto hace a México el lugar más peligroso de América para ser periodista según la CIDH.

Este año, además de Pacheco, han muerto los periodistas Moisés Dagdug Lutzow, en Tabasco; Reinel Martínez y Marcos Hernández Bautista en Oaxaca, y Anabel Flores en Veracruz. Esta última entidad es la más peligrosa para el oficio. 16 periodistas han sido asesinados allí desde que llegó al poder el gobernador Javier Duarte, del PRI, en 2010.

Y según Reporteros Sin Fronteras, durante 2015 continuaron las amenazas, el acoso y los homicidios contra periodistas y defensores y defensoras de derechos humanos en México. A pesar de la existencia del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, aprobado en 2012, la falta de recursos y coordinación provocó que no se ofreciera la protección adecuada.

Así, la cifra de peticiones de protección en virtud del Mecanismo se mantuvo constante y, aunque aproximadamente el 90% de ellas fueron aceptadas, persistió la impunidad por amenazas y agresiones. Según datos de RSF, ocho periodistas fueron asesinados en 2015 -en cinco casos aún se desconoce la razón de su muerte-. En lo que va de 2016, ya han sido asesinados cuatro periodistas.

El periodista maya Pedro Canché fue puesto en libertad, en junio, tras pasar nueve meses encarcelado en espera de juicio por cargos infundados de sabotaje, presentados contra él como represalia por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión.

El reportero gráfico Rubén Espinosa Becerril, la activista Nadia Vera Pérez y tres mujeres más aparecieron sin vida en un apartamento de Ciudad de México, en julio. Tanto Rubén Espinosa como Nadia Vera habían abandonado el estado de Veracruz meses antes a causa de amenazas de muerte.

Además, otros periodistas continuaron sufriendo el hostigamiento de las autoridades y algunos de ellos huyeron de sus lugares de residencia o abandonaron su trabajo por temor a las represalias. (Luis Pablo Beauregard / El País / Repoteros Sin Fronteras)