domingo, 1 de mayo de 2016

mayo 01, 2016
BERLÍN, 1 de mayo.- Galvanizada por una subida vertiginosa en los sondeos, la derecha populista alemana del AfD ha presentado este domingo su primer programa en tres años de existencia, adoptando una posición marcadamente hostil al islam y con la ambición de "conquistar la mayoría".

"El islam no forma parte de Alemania" y los minaretes, las llamadas del almuecín y el velo integral "deben ser prohibidos", según han decidido los 2,400 participantes del congreso de Alternativa para Alemania (AfD), celebrado este fin de semana en Stuttgart.

La asistencia, mayoritariamente masculina y de edad madura, ha abucheado a los pocos oradores de discurso más moderado, que llamaban a "detener el yihadismo pero buscando el diálogo con el islam".

"El islam en sí mismo es político", ha asegurado un interviniente, mientras otro aludía a "la sharia, los atentados suicidas y los matrimonios forzados".

Jörg Meuthen y Frauke Petry en el congreso de Stuttgart, donde el partido formalizó sus posiciones críticas a las políticas de la Unión Europea y a las del actual Gobierno alemán en materia de inmigración, integración y asilo. (DPA)

Como se esperaba, las cuestiones identitarias y religiosas han dominado los debates, mientras el ala más liberal del partido abogaba por proteger la "cultura occidental cristiana" frente al islam como elemento extranjero, según el discurso de su principal representante, Jörg Meuthen.

La AfD, estimulada por el reciente éxito de la ultraderecha austriaca en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y por la victoria de la extrema derecha francesa en los últimos comicios regionales, pone su mirada ahora en las elecciones legislativas de 2017 en Alemania, tras haber logrado entrar en la mitad de los parlamentos regionales.

"En verano de 2015, nos daban por muertos", recordó la copresidente del partido, Frauke Petry, el sábado en la apertura del encuentro: la AfD ha pasado del 3% al 13% de opiniones favorables, según una encuesta publicada el domingo por el diario Bild, lo que la coloca como tercera fuerza política del país.

Para "conquistar la mayoría", como promete su portavoz, el partido debe precisar su "contraproyecto", hasta ahora abstracto y en evolución permanente: su línea euroescéptica inicial se convirtió en una posición antimigración en el momento de mayor aflujo de demandantes de asilo en Alemania y posteriormente en islamófoba, tras el cierre de las fronteras. (AFP / El Español)