miércoles, 18 de mayo de 2016

mayo 18, 2016
Carlos Loret de Mola Álvarez / Historias de reportero

Imagínese un periférico lleno de semáforos. No sirve como libramiento. Así estuvo por años el de la zona norte de Morelia hasta que, en el marco del plan federal para rescatar a Michoacán de la violencia, plantearon construir puentes que agilizaran la vialidad.

Cuatro de ellos —jugoso y cuestionado negocio— quedaron en manos de un desconocido empresario constructor mexiquense, hoy vuelto famoso tras sus abusos a bordo de su lujoso vehículo Rolls Royce. Esta es la historia:

El 25 de marzo de 2014, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal publicó en el Diario Oficial la convocatoria de licitación para esos cuatro “pasos superiores”.

Las futuras obras eran parte del “Plan Michoacán”, lanzado por el presidente Enrique Peña Nieto con un presupuesto de mil millones de pesos para carreteras en el estado, y supervisado por el entonces comisionado para la Seguridad y el Desarrollo, Alfredo Castillo.

(tolucanoticias.com)

En medio de denuncias de constructores locales de poca claridad en el proceso, la mayor parte de la licitación benefició a una constructora del Estado de México: SARO Infraestructura S.A. de C.V., perteneciente a Emir Garduño Montalvo, hoy nacionalmente conocido como el #LordRollsRoyce, cuyo hermano es regidor de Metepec por el PRI.

Licitación en mano, Emir Garduño Montalvo llegó a Michoacán sin maquinaria ni empleados. SARO Infraestructura S.A. de C.V. subcontrató a quien le hiciera el trabajo. Los proveedores de materiales de construcción, camioneros, banqueros de arena y constructoras se abalanzaron ante este proyecto millonario que representaba un respiro a sus finanzas tras años de estancamiento por el control que mantuvo el crimen organizado en el sector de la construcción.

La sorpresa fue que apenas iniciadas las obras, la constructora de #LordRollsRoyce comenzó a incumplir en pagos. Ante la desesperación, transportistas, proveedores y constructores solicitaron al gobierno interceder en el caso.

En un inicio, según denunciaron los constructores locales, el subsecretario de obras públicas de la SCT en Michoacán (lo sigue siendo), Martín Valenzuela, les cerró la puerta ajo el argumento de que era un conflicto entre particulares y que por tanto la dependencia no podía interceder. Valenzuela fue contactado para esta columna, pero no respondió las llamadas.

En medio de los reclamos, Emir Garduño Montalvo acudió a las obras en Morelia, donde se reunió con al menos nueve de los proveedores de servicios y materiales afectados. Cuando el encargado de colocar la tubería de protección en los costados de los puentes le reclamó el adeudo, según su denuncia, #LordRollsRoyce lo amenazó de muerte y lo intimidó asegurando que era cercanísimo a Los Pinos.

Más ahogados, los constructores michoacanos tocaron la puerta del entonces delegado de la SCT en Michoacán, Roberto Cervantes. Al enterarse de las presunciones de Garduño, Cervantes ordenó retenerle alrededor de 9 millones de pesos y destinarlos a pagar a un primer grupo de sus proveedores. No fue suficiente. Al paso del tiempo, #LordRollsRoyce recibió todo el dinero, hizo los puentes con créditos y dejó sin saldar grandes adeudos a ingenieros eléctricos, casas de materiales y obreros quienes aseguran haberse quedado, hasta hoy, sin paga.

Quizá parte de ese dinero circula hoy en Metepec, en forma de Rolls Royce.

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