jueves, 12 de mayo de 2016

mayo 12, 2016
BRASILIA, Brasil, 12 de mayo.- Son las 4 de la madrugada en esta capital. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se juega hoy su continuidad al frente de Brasil en la votación que está celebrando el Senado brasileño, que deberá decidir si abre un juicio político a la mandataria por saltarse las normas presupuestarias, lo que le convertiría en la primera en ser apartada del cargo en más de dos décadas.

Cuando se han cumplido las primeras 18 horas de debate en la Cámara alta, más de la mitad de los senadores, 41 de los 81, se declararon en sus discursos a favor de someter a un juicio político a la presidenta. La apertura del juicio político se decidirá por mayoría simple, por lo que, si los senadores confirman con su voto la opinión que han proferido desde la tribuna de oradores, Rousseff será separada del cargo hoy mismo durante los 180 días que puede durar el proceso y asumirá el poder su vicepresidente, Michel Temer. Del resto de senadores, 16 se manifestaron en contra y sólo uno no aclaró sus intenciones.

Enlace a la sesión en vivo.

La decisión pondría fin a 13 años del izquierdista Partido de los Trabajadores al mando de la mayor economía de América Latina.

Los senadores iniciaron la discusión de la moción a las 9:00 hora local (14:00 hora española). Está previsto que el resultado final de la votación se conozca a lo largo de la mañana de este jueves.

En paralelo, y según cálculos de la Policía, cerca de 5.000 personas se concentraron en el centro de la capital, 4.000 de ellos favorables a la destitución de Rousseff y cerca de mil partidarios de la mandataria, que estaban separados por una valla. Una persona fue detenida tras los altercados entre la Policía y los manifestantes.

Rousseff, quien denuncia que el juicio político es ilegal y un "golpe de Estado", ha prometido dar batalla hasta el último minuto. Su Gobierno apeló al Supremo Tribunal Federal este martes. "No renunciaré, eso nunca ha pasado por mi mente", sostuvo la presidenta este martes en un discurso, recibiendo vítores de sus partidarios. Ahora, la presidenta espera en el Palacio de Alvorada la decisión del Senado.

La votación se produce tras una semana de caos que se inició cuando el recién nombrado presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Maranhao, anunció el lunes que anulaba la votación del pleno de la sala del 17 de abril a favor del juicio político a Rousseff, argumentando errores de procedimiento.

El presidente del Senado, Renan Calheiros, rechazó la iniciativa en cuestión de horas y dijo que la Cámara Alta seguiría adelante con el procedimiento para impugnar a Rousseff. Maranhao dio entonces marcha atrás a su sorpresiva decisión, tras las quejas de que era ilegal, allanando el camino para la votación de este miércoles en el Senado.

Si el caso va a juicio en el Senado, presidido por el jefe del Supremo Tribunal Federal, los opositores de Rousseff confían en que pueden reunir los 53 votos necesarios, o dos tercios de los 81 senadores, para destituir a la presidenta. En tal escenario, Temer completaría el resto del mandato hasta las elecciones de 2018.

Minutos después de asumir el cargo en 2011, Rousseff prometió ante el Congreso terminar con los acuerdos secretos y los esquemas de sobornos en el corazón de la política brasileña. En su primer año destituyó a siete ministros salpicados por acusaciones de delitos y registró el mayor nivel de aprobación de un presidente desde el regreso de la democracia en 1985.

Sin embargo, cinco años después y en medio de la peor recesión desde la década de 1930, Rousseff está a punto de ser suspendida. Pese a que no enfrenta ningún cargo de enriquecimiento personal, el fiscal acusó a la mandataria de obstruir una investigación de corrupción en la estatal Petrobras, el mayor escándalo de la historia de Brasil. Rousseff encabezó el directorio de la compañía petrolera entre 2003 y 2010.

Rousseff niega haber cometido delitos y afirma que es víctima de un "golpe". (Europa Press)