viernes, 8 de abril de 2016

abril 08, 2016
VATICANO, 8 de abril.- La exhortación apostólica post sinodal Amoris Laetitia del Papa Francisco solo puede leerse en “continuidad doctrinal” y, de haber “dudas o algún párrafo resulta poco claro, la correcta interpretación debe darse de acuerdo a la constante enseñanza de la Iglesia”, explicó a ACI Prensa un experto teólogo en el Vaticano luego de la publicación del documento este viernes.

“El Papa Francisco ha dicho repetidamente que no quiere cambiar ningún tema doctrinal y esta debe ser la clave para interpretar el documento”, dijo a ACI Prensa el P. José Granados, Vicepresidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios del Matrimonio y la Familia y consultor de la Secretaría del Sínodo de los Obispos.

“El Papa –prosiguió– muestra que quiere volver a proponer lo que el Sínodo ha dicho, a veces con temas nuevos como la educación y el amor. Al final creo que el documento tiene que leerse en continuidad doctrinal, como debe entenderse la hermenéutica católica”.


El teólogo explicó luego que “la exhortación debe interpretarse en continuidad con la Veritatis Splendor de San Juan Pablo II, que tenía como objetivo presentar las enseñanzas morales de la Iglesia”.

De hecho, “el mismo Papa Francisco reconoce que hay normas absolutas, por ejemplo en el numeral 245 de la exhortación reitera que ‘Jamás, jamás, jamás tomar el hijo como rehén’”.

El P. Granados resaltó que la exhortación pastoral “no puede cambiar normas del Derecho Natural recibido por Cristo, normas que la Iglesia no puede cambiar”. La Amoris Laetitia no es la excepción.

De hecho la exhortación cita en una nota a pie de página de la declaración del año 2000 del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos sobre “la admisión a la Santa Comunión de los fieles divorciados en nueva unión”.

“Esa cita significa que el Papa aprueba ese documento”, resalta el P. Granados.

El sacerdote indicó que existen además algunas normas disciplinarias sobre los sacramentos que pueden cambiar, como “por ejemplo el hecho de que un divorciado en nueva unión pueda ser padrino”. La exhortación “se refiere explícitamente a estas normas” señalando que “es necesario un discernimiento” al respecto.

En la exhortación, una de las señales de la continuidad con la enseñanza de la Iglesia es la perspectiva positiva de la encíclica Humanae Vitae del Beato Papa Pablo VI.

“Amoris Laetitia quiere reafirmar la enseñanza de la Humanae Vitae. Hay una referencia a la consciencia, pero la consciencia debe estar siempre correctamente formada. Nunca hay oposición entre la consciencia moral y la ley moral”.

La exhortación “enfatiza la necesidad de seguir formando las consciencias, para que la gente vea en la Humanae Vitae la única forma verdadera de vivir la sexualidad en la unión conyugal”.

El sacerdote recordó que “el 50 aniversario de la Humanae Vitae se celebrará pronto pero pese a eso es una encíclica con una visión concreta del futuro: responde al asunto de la pérdida del sentido de la sexualidad que se inició con la revolución sexual”.

El documento del Papa Francisco también contiene un rechazo al aborto, la ideología de género, la eutanasia, y alaba a las familias numerosas.

“Estos asuntos –continuó el P. Granados– son esenciales para expresar una cultura de la familia, la única forma cultural a través de la cual se anuncia el Evangelio de Cristo”.

“La fe cristiana no puede vivirse en privado, en la intimidad de una consciencia aislada y subjetiva. Se sitúa en el mundo y en la comunión entre los hombres, donde Dios se manifiesta y abre un camino de plenitud hacia Él”, indicó el P. Granados.

El experto teólogo en temas de matrimonio y familia dijo luego que la exhortación del Papa Francisco “presenta algunas contribuciones originales. En el documento podemos avizorar los grandes esfuerzos pastorales del Papa Francisco y su deseo de llevar a Cristo y su proyecto de amor a todas las familias para que puedan vivir la gran vida del Evangelio”.

“El texto presenta una renovada propuesta para una educación dirigida a las familias y a una educación sexual-afectiva para el amor, muy necesaria en el camino de preparación para el matrimonio”.

Finalmente, dijo el P. Granados, “la exhortación resalta la necesidad de que la Iglesia acompañe a las familias para integrar a todos –incluso a los más alejados– en la gran vocación que Cristo nos enseñó”. (aciprensa)