jueves, 14 de abril de 2016

abril 14, 2016
Pedro Echeverría V.

1. Llama Cristina Fernández de Kirchner a crear un frente contra el gobierno argentino del ultraderechista Mauricio Macri que asumió la Presidencia en diciembre de 2015. “Nunca vi tantas calamidades en 120 días”, dijo. En México, 10 años antes, habiendo sido “gobernante electo” el ultraderechista Felipe Calderón (antes de tomar la Presidencia) López Obrador hizo llamados para evitar la toma de posesión y ocupó el Zócalo, las avenidas Madero, Juárez y Reforma con miles de simpatizantes y seguidores. Me tocó dormir algunas semanas en el zócalo, escuchar los mítines diarios, así como estar en varias charlas, pero nada pudimos hacer para evitar que el gobierno de Calderón –con el pretexto del combate al narcotráfico- reprimiera y asesinara a unos 100 mil mexicanos.

2. Argentina cuenta con unos 45 millones de habitantes mientras México con unos 120 millones; pero el país suramericano tuvo la experiencia movilizadora de masas peronista desde 1943 y luego 30 años después que caló fuerte dentro de las clases medias; aunque a partir de 1976 sufrió siete años de golpe de Estado militar. México tuvo una fase movilizadora de cuatro años (1935-38) durante el cardenismo que fue frenada después de la expropiación petrolera y luego con la institucionalización del partido oficial y el corporativismo. Así que es un poco difícil saber si la creación de un frente anti Macri logre una mejor respuesta que la que convocó López Obrador en 2006. Los argentinos gozan de mayor experiencia en las luchas sociales sobre todo de los Montoneros y Piqueteros.

3. Sin embargo, escuchando algunos análisis críticos del uruguayo Raúl Zibechi he coincidido plenamente con él en que no solo hay que echarle la culpa de nuestros fracasos a la gran burguesía de cada país y a la intervención imperialista –que es obvio su fuerte papel determinante- sino que también a nuestros gobierno progresistas –Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador- que cometen enormes errores y muchas indecisiones por miedo a enfrentar conflictos fuertes con las clases dominantes. Aunque debe reconocérseles muchas mejores y cambios jamás van a la profundidad porque tienen miedo de enojar a las clases dominantes y, al mismo tiempo, a ser rebasados por las masas de trabajadores. Por ello los movimientos, ante cualquier poder: sea burgués o progresista, no puede desarmarse.

4. Espero que Cristina Kirchner y los argentinos no se echen para atrás y nos pongan un ejemplo de cómo debe lucharse contra los gobiernos de la ultraderecha. En México el derechista Calderón y sus asesores lanzaron al ejército, la marina, a la policía federal a las calles con el pretexto de la lucha contra el narcotráfico; sin embargo la realidad fue para acabar con las protestas sociales del lópezobradorismo que fue derrotado. En 2012 López Obrador fue igual de defraudado en lo electoral por el PRI y prefirió el silencio a la protesta. No se sabe lo que sucederá en los comicios de 2018 en los que AMLO ha dicho que será candidato. Después de crear su Partido Morena y recorrer por tercera o cuarta vez el país, ha dicho –con el enorme optimismo que le da vida- que “la tercera es la vencida”.

5. Los mexicanos hace 100 años era un pueblo analfabeto en un 80 por ciento; los argentinos sólo tenían hace un siglo alrededor de un 10 por ciento de analfabetos. Esa ventaja fue fundamental para que éstos entiendan más el sistema der explotación capitalista y adquieran mayor conciencia para luchar contra él. Sin embargo, a pesar de ello parecen tan atrasados y dominados como los mexicanos que nunca han podido acabar con sus gobiernos de ultraderecha como la absoluta mayoría de países del mundo. Esto demuestra que no es un problema de países sino de todo un poderosos sistema capitalista que suele entrar en crisis –incluso muy fuertes- pero que luego sale de ellas y recupera todo su poder. Si Argentina sigue votando por gobierno de ultraderecha, ¿qué puede esperarse de otros países de América?

6. En Brasil es el colmo: un gobierno fuerte de centro-izquierda de Dilma Rousseff, está a punto de desplomarse por grandes movilizaciones encabezadas por la derecha empresarial. Digo el colmo porque se supone que la derecha no puede movilizar a los trabajadores porque son sus enemigos, y porque su antecesor Lula (del mismo partido PT) tuvo ocho años para preparar los suficientes cuadros políticos (100 mil dirigentes, un millón de cuadros por lo menos) para dar continuidad al gobierno. (Por cierto me pregunto: ¿tendrá López Obrador a unos 10 mil jóvenes en sus escuelas de cuadros políticos de Morena que lo ayuden a hacer campaña, ganar y gobernar?) Las izquierdas han creído que lo importante es resolver los problemas como van surgiendo y muestra una gran incapacidad para el estudio de los problemas de mediano y largo plazo.

7. Espero que en Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, no cometan más errores que hagan que se repitan más esos gobiernos de ultraderecha como en Argentina. Las batallas de la izquierda y centro-izquierda están por los por los suelos haciendo una coyuntura de lucha social muy baja. En México la esperanza de las luchas estudiantiles en apoyo a los 43 desaparecidos tienen que continuar a pesar de que el gobierno de Peña Nieto haya decidido expulsar a los investigadores independientes, al mismo tiempo que amenaza a las organizaciones de derechos humanos. El paro indefinido de maestros de la CNTE anunciado para el 15 de mayo en todo el país, es una gran esperanza para todos los trabajadores de México. En tanto todos tenemos la obligación de seguir luchando contra el capitalismo que recupera poder contra los trabajadores. (14/IV/16)