miércoles, 13 de abril de 2016

abril 13, 2016
WASHINGTON D.C., 13 de abril.- El Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos ha confirmado este miércoles el vínculo entre el virus del Zika y defectos de nacimiento como la microcefalia.

“Hemos confirmado ahora lo que las crecientes pruebas sugerían. Ahora está claro que el virus causa microcefalia”, dijo el director del CDC, Tom Frieden, respecto del estudio realizado por su equipo y publicado en el New England Journal of Medicine.

En este, los expertos del CDC concluyen que “existe una relación causal entre la infección prenatal del virus del Zika y la microcefalia y otros graves defectos cerebrales fetales”.


Según subrayó el CDC en un comunicado, la confirmación del vínculo entre el virus y defectos como la microcefalia no se debe a una evidencia única que proporcione una prueba concluyente. Pero se ha llegado a esta conclusión —tan segura que los expertos estadounidenses han decidido ser los primeros en anunciarla— tras revisar los cada vez más numerosos estudios sobre el tema, evaluándolos mediante “criterios científicos establecidos que apoyan las conclusiones de los autores".

“Este estudio marca un punto de inflexión en el brote del Zika”, aseguró Frieden. Según el experto, el próximo paso será lanzar nuevos estudios para determinar si los niños nacidos con microcefalia de madres infectadas de Zika “es la punta del iceberg de lo que podríamos ver sobre efectos dañinos en el cerebro y otros problemas de desarrollo”, advirtió.

Hace días que el CDC viene avisando de que el Zika es un virus al que hay que tomar más en serio aún de lo que se hace en la actualidad. En una mesa redonda con varios medios, incluido EL PAÍS, celebrada por la Casa Blanca esta semana, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), Anthony Fauci, dijo que el virus tiene una “tendencia extraordinaria a atacar tejido neural”. Algo que se ha comprobado en los fetos, pero también en algunos casos de adultos que han presentado “complicaciones más allá del síndrome Guillain-Barré” ya reportado.

Además, señaló Fauci, algunos estudios han demostrado que el virus se queda más tiempo circulando en mujeres embarazadas que en las que no están gestando, aunque por el momento no hay conclusiones sobre qué efectos puede tener esto. “Muchas preguntas siguen abiertas, incluido el espectro de defectos causados por la infección prenatal del virus del Zika, el grado de riesgos relativos y absolutos entre los fetos cuyas madres se infectaron en momentos diferentes del embarazo y factores que podrían afectar el riesgo de la mujer a tener un resultado adverso de la gestación o del parto”, coincide el estudio ahora publicado.

Los autores defienden además la “cautela” mantenida hasta la fecha por la comunidad científica pese a las crecientes evidencias de la relación entre el Zika y las malformaciones congénitas como la microcefalia. No es sorprendente, escriben los expertos del CDC, en vista de que “la última vez que un patógeno infeccioso (el virus de la rubeola) causó una epidemia de defectos congénitos fue hace más de 50 años”. Además, hasta ahora “no se había podido demostrar de forma definitiva que ningún flavivirus (como el Zika) causaba defectos de nacimientos en humanos” y hasta el nuevo brote, detectado por primera vez hace un año en Brasil, no se había reportado casos de defectos congénitos relacionados con el Zika.

La confirmación de este vínculo no significa, puntualizó también el CDC, que toda mujer embarazada e infectada con Zika vaya a tener un bebé con problemas de malformación, tal como muestran los muchos casos de nacimientos de bebés sanos. Pero para lo que sí sirve es para reforzar las medidas de prevención, dijo Frieden.

“Establecer esta relación causal entre el Zika y defectos cerebrales en el feto es un paso importante para dirigir nuevos esfuerzos de prevención, centrar las actividades de investigación y reforzar la necesidad de una comunicación directa sobre los riesgos del Zika”, señaló la institución.

Por el momento sin embargo, EE UU no va a modificar las recomendaciones ya emitidas para las embarazadas, a las que aconsejan evitar en la medida de lo posible viajar a zonas donde hay virus del Zika y protegerse de las picaduras si no pueden evitar ese viaje o viven en zonas de riesgo. Si la pareja de la embarazada ha viajado a una zona con el virus, se le recomienda que se abstenga de mantener relaciones sexuales durante la gestación o que lo haga con preservativo.

Hasta el momento, EE UU no ha registrado en su territorio continental ninguna transmisión local del virus del Zika. Todos los casos han sido o bien importados (personas que se infectaron al viajar a un país donde está presente el virus) o por transmisión sexual. Esta situación ha facilitado el estudio de las posibles implicaciones de la infección del virus, puesto que permitió descartar en las mujeres embarazadas afectadas otros factores que sí se dan en zonas de Zika, donde generalmente también hay otras enfermedades como dengue o chikungunya que pueden complicar el diagnóstico.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), brazo regional de la OMS, dijo que el estudio del CDC “adelanta significativamente nuestra comprensión del vínculo causal entre el virus del Zika y las malformaciones fetales que se han observado”.

La revisión científica de las pruebas “nos ayudará a redefinir más aún nuestras recomendaciones a los países para que mejoren su respuesta pública de salud”, agregó la OPS en un comunicado.

De la rubeola al zika

El virus del zika fue identificado por primera vez en 1947 en Uganda, pero la enfermedad no fue analizada a fondo y sus síntomas mostraban ser leves: sarpullido, dolor en las articulaciones y fiebre. La mayoría de los infectados ni siquiera registraban síntomas.

En Brasil, el virus fue diagnosticado por primera vez a principios de 2015. En septiembre, nueve meses después, se registró un aumento inusual de bebés nacidos con microcefalia.

Brasil confirmó 907 casos de microcefalia y 198 bebés fallecidos con esta malformación genética desde que se propagó el virus del zika, informaron autoridades el mes pasado.

El ministerio de Salud brasileño indicó que aún investiga 4 mil 293 casos sospechosos.

“La microcefalia severa y otras anormalidades que se han observado en muchos niños son consistentes con una infección que ocurre en el primer o segundo trimestre del embarazo”, señaló el informe del New England Journal of Medicine.

Hasta donde se sabía, ningún virus transmitido por un mosquito había causado defectos de nacimiento. El último patógeno infeccioso conocido que causó una epidemia de defectos de nacimiento fue el virus de la rubeola hace más de 50 años.

Los expertos que analizaron la evidencia de microcefalia en Brasil hallaron un aumento similar de defectos de nacimiento en la Polinesia Francesa, que padeció un brote de zika en 2013 y 2014. No obstante, fueron muchos menos los bebés nacidos con microcefalia: ocho.

La microcefalia es un defecto inusual que, por ejemplo en Estados Unidos, ocurre en seis de cada 10 mil nacimientos.

Las autoridades recomiendan a las mujeres embarazadas o a las que crean estarlo que eviten viajar a más de 30 países de Latinoamérica y el Caribe en los que circula el zika. (El País / apro)