martes, 15 de marzo de 2016

marzo 15, 2016
MIAMI, Florida, 15 de marzo.- El senador estadounidense Marco Rubio se retira de la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos tras reconocer la "gran victoria" del magnate Donald Trump en Florida en un acto ante sus seguidores.

Luego de enterarse que con más del 85 % de los votos escrutados Trump lograba el 45,6 % de los votos frente al 27,1 % que logró él, Rubio dijo que hay que "respetar" las decisiones de los votantes republicanos.

"Estamos en el lado correcto, pero este año no vamos a estar en el lado ganador", dijo el senador acompañado por su mujer y sus cuatro hijos y opinó que Estados Unidos necesita un Partido Republicano "fuerte" porque si no, las "cosas que van mal en el país se van a hacer permanentes".

"No cedamos al miedo. No cedamos a la frustración", dijo Rubio ante el auditorio que se congregó en el atrio de la Universidad Internacional de Florida (FIU).

El joven político de origen cubano señaló que, si bien este año puede que no sea el apropiado para un "mensaje esperanzador" sobre el futuro, sigue siendo "optimista".

El senador hispano Marco Rubio abandonó este martes las elecciones primarias republicanas tras sufrir una dolorosa derrota en Florida, el estado que impulsó su fulgurante carrera y donde hace un año desafió a los que le pedían esperar su turno para competir por la Casa Blanca. (AP)

Además destacó que el país vive un "tsunami político", como reflejan los resultados en las primarias, por lo que pidió una refundación del Partido Republicano.

Rubio dedicó parte de su discurso para hablar de sus padres, de los problemas económicos que sufrieron al llegar a EE.UU., y que incluso se tuvieron que plantear el regresar a Cuba, y destacó que su anciana madre (85 años) tuvo la oportunidad de votar hoy por su hijo.

"Trabajamos lo más duro que pudimos. Pero estamos en medio de un tsunami político que nació con el malestar de la gente en 2007 y 2008. Esta nación necesita un Partido Republicano más fuerte, que haga cambiar el rumbo de este país y haga ir las frustraciones de la gente", dijo.

El momento más emotivo dio paso a la noticia más triste para sus seguidores. Los reunidos en la Universidad Internacional de Florida (FIU) no cesaban de corear a Marco Rubio. Había perdido en casa, pero esperaban que continuara en la pelea para disputarle a Donald Trump la nominación durante la convención del próximo julio.

Rubio ha abandonado la carrera por la nominación republicana a la presidencia de Estados Unidos después de perder las elecciones primarias en su estado natal de Florida ante Trump que obtuvo una holgada victoria con más del 45% de los votos frente al 27,2 de Rubio. El magnate se apunta así los 99 delegados en liza.

“Esta mañana he llevado a mi madre de 85 años a las urnas y ha votado para que su hijo fuera presidente de Estados Unidos”, ha dicho Rubio. Exaltación en la sala. Nadie se esperaba lo que ha dicho en la siguiente frase: “Suspendo mi campaña”. La inapelable victoria del magnate inmobiliario, hoteles y casino, en su propio estado, le ha hecho ver la luz. Después de una treintena de primarias y caucús, el senador cubano americano suma dos victorias y, como dicen los analistas, “huele a derrota”.

Felicitó al ganador – “ha sido la decisión de los votantes”- y ofreció sus oraciones por el nominado, pero no indicó que fuera a ser Trump. No deja de ser una evidencia más de que en el establishment del partido existe una fuerte corriente para que el magnate sea el nominado. Cada vez toma más fuerza el factor de que si Trump no llega con mayoría, habrá disputa en la decisión sobre el candidato.

Rubio felicitó a sus seguidores y les exoneró de cualquier responsabilidad. Han luchado por él, mientras que Rubio no ha sido capaz de defenderse a si mismo en la pugna, primero con Jeb Bush y luego con Donald Trump. Cayó en el navajeo verbal.

Pero si que calmó a sus desolados seguidores. Ante tantas lágrimas, les aseguró que se mantendrá en la lucha, en la contienda contra “el clima de odio de los unos contra los otros que se han instalado en la política de Estados Unidos”.

Reconoció, sin decirlo, que le ha costado captar el mensaje de que la gente está enfada y frustrada después de siete años del gobierno Obama, Para contrarrestar esta situación, abogó por un partido republicano fuerte. De lo contrario, insistió, “las cosas que van mal en el país se van a hacer permanentes”.

Cargado de emotividad, matizó que un partido fuerte “ha de ser vibrante por sus ideas y no por cultivar el miedo y el malestar”. Apeló a los valores cristianos y a la necesidad de hacer “una campaña optimista”, en la que se apele a los problemas pero “desde un punto de vista positivo en el que todos tengan cabida”.

“Creo en el optimismo de este país”, subrayó. Entonces llegó el anuncio de la retirada y los gritos de ánimo se convirtieron en lágrimas. “No, no, no”, coreaban los más tenaces. No había marcha atrás.

“Es muy joven, seguirá como senador y dentro de cuatro años lo conseguirá”, afirma Esteban, un veterano, de lo que marchó de Cuba de adolescente. (EFE  / La Vanguardia)