sábado, 19 de marzo de 2016

marzo 19, 2016
PARÍS / BRUSELAS, 19 de marzo.- Salah Abdeslam, el octavo terrorista de los atentados del 13-N en París, detenido este viernes en el barrio bruseliense de Molenbeek, quería inmolarse en el Estadio de Francia, pero "dio marcha atrás", según declaraciones del fiscal de París, François Molins.

Su descripción escribió de Abdeslam es la de "un actor clave" en los ataques yihadistas de esa noche porque "tuvo un papel central en la conformación de los comandos", en los preparativos logísticos y, además, era uno de los miembros de esos comandos, informa Efe.

Evoca Moulins, "en particular", la presencia del yihadista en el 18ème arrondissement, donde se produjeron la mayoría de las muertes. "La investigación deberá por tanto determinar si realmente debía haberse producido una acción kamikaze de Abdeslam", ha afirmado, según Afp.

Al ser capturado el 18 de marzo en Moleenbek, al terrorista se le cayó algo de los bajos del pantalón, lo que parecen ser papeles. (AP)
La detención es, para él, un "gran avance" en la investigación de los atentados del pasado noviembre en la capital gala.

Se opondrá a su extradición a Francia

El autor material de los ataques de París, que dejaron 130 muertos, ha manifestado este sábado que se opondrá a su extradición a Francia, aunque sí ha accedido a colaborar con las autoridades belgas. Abdeslam ha sido formalmente acusado con los cargos de "asesinatos terroristas y participación en las actividades de un grupo terrorista".

El representante del Ministerio Público galo, sin embargo, ha asegurado que el detenido será entregado por Bélgica a Francia, y que eso ocurrirá en un plazo de dos meses, que pueden prolongarse hasta tres si se recurriera a la jurisdicción suprema. Añadió que, aunque su abogado ha dicho que va a oponerse a la entrega, eso sólo retrasará el procedimiento, pero no lo impedirá, según Efe.

Al menos tres explosiones sacudieron las inmediaciones del estadio, aquel 13 de noviembre, mientras se jugaba el partido que enfrentaba a las selecciones de Francia y Alemania. Las detonaciones se pudieron escuchar desde el campo, en el que se encontraba el presidente francés, François Hollande.

El del partido de fútbol fue el escenario frustrado de la noche para los terroristas, que no consiguieron entrar en el campo de Saint Denis con sus cinturones explosivos, y tuvieron que hacerlos explotar en los alrededores del recinto, provocando únicamente una víctima mortal (además de los tres suicidas), que se encontraba en un restaurante cercano.

80,000 aficionados se encontraban, en el momento del atentado, dentro del recinto. A las 21.20 dio comienzo el primero de los siete ataques simultáneos que asolaron París. Al menos 11 personas resultaron heridas de gravedad y otras 39 fueron trasladadas al hospital con un pronóstico de "relativa gravedad". (El Mundo)