domingo, 6 de marzo de 2016

marzo 06, 2016
BUENOS AIRES, Argentina, 6 de marzo.- Encargado de la investigación por los desvíos millonarios de Petrobras, el juez Sergio Moro debió salir ayer a explicar que su decisión de respaldar el traslado compulsivo del expresidente Lula da Silva para que declarase solo «busca esclarecer la verdad» y «no significa anticipación de culpa». La aclaración, en un breve comunicado, responde a una ola de críticas por parte de jueces y juristas que se levantó tras el polémico operativo del viernes en el que la policía registró la vivienda del exmandatario y se lo llevó a declarar.

Si bien es pronto para conocer el impacto político de la ofensiva judicial, el virtual arresto durante tres horas para que declarase en una causa de corrupción podría ser una lápida para el patriarca del Partido de los Trabajadores (PT), pero también podría constituirse en el prólogo de un relato épico que coloque otra vez en el cuadrilátero al líder de 70 años, devenido ahora a víctima de una presunta persecución.

Ayer la presidenta Dilma Rousseff llegó en coche, con la ventana bajada y entró en el garaje del edificio donde vive Lula sin parar en la calle, tras lo cual salió, junto al ex Mandatario y su esposa, Marisa Leticia, para saludar a los correligionarios desde el balcón del apartamento.

Para el PT, la detención fue un «intento de golpe» por anticipado. El presidente del partido, Rui Falcão, anunció ayer que este episodio marca el inicio de un proceso electoral de cara a las elecciones del 2018 y convocó a los militantes a apoyar al candidato Lula. El expresidente anticipó que recorrerá el país para conseguirlo. Y algunos analistas creen que podría lograrlo. Datafolha lo da como favorito con un 20 % de apoyos cuando aún quedan dos años para los comicios.

Estrategia con Dilma

En segundo plano, Dilma Rousseff viajó ayer a São Paulo y se reunió con Lula en su casa de São Bernardo do Campo para diseñar una estrategia. En el entorno de Rousseff temen que el arresto del expresidente contribuya a acelerar el proceso de destitución en contra de la jefa de Gobierno. Entretanto, cientos de simpatizantes del PT se agolparon frente a la casa del exmandatario para vitorearlo. Lula salió a saludarlos junto a Dilma, que, aquejada por una crisis política y económica que apenas le ha dado tregua durante este segundo mandato, había manifestado el viernes su disconformidad con el operativo de Moro y ayer viajó para expresar apoyo a su padrino político.

No obstante, los mayores cuestionamientos a la decisión del juez no fueron esta vez del Gobierno, sino de los propios colegas. «Solo se conduce coercitivamente a un ciudadano que se resiste», alertó el juez del Supremo Tribunal Federal Marco Aurelio Mello. «Lula no fue intimado [no se le notificó]» previamente, señaló el magistrado, y advirtió al juez Moro de que «no se avanza atropellando reglas básicas».

La juez del Tribunal de Justicia de São Paulo Ivana David coincidió con Mello en que Moro se saltó el requisito de la intimación y otros magistrados y expertos fueron más allá al calificar el traslado como «un abuso» o algo peor.

¿De qué es sospechoso?

Vivienda en Guarujá. Según la fiscalía, Lula es dueño de un apartamento tríplex en Guarujá, en el litoral de São Paulo, que habría sido reformado por la constructora OAS, unas obras valoradas en al menos un millón de reales (236.114 euros), y equipado con muebles de lujo por un valor de 250.000 reales (68.560 euros). Aunque Lula afirma que el apartamento no le pertenece, sino que es de OAS, existen prueban que indican que sí es el dueño, como los testimonios del vigilante, la portera y dos ingenieros de la constructora.

Finca en Atibaja. La sospecha es que Lula compró la quinta en el 2010 por 1,5 millones de reales (354.170 dólares) mediante testaferros. Las reformas de la residencia y los muebles habrían sido pagados por el empresario y amigo José Carlos Bumlai y las constructoras OAS y Odebrecht, por un valor de 917.378 reales (833.098 euros). Además, los propietarios formales de la quinta son Jonas Suassuna y Fernando Bittar, socios del primogénito de Lula, Fábio, quien también fue llevado a declarar. El Instituto Lula rebate que la quinta pertenezca directa o de forma velada al ex presidente.

Conferencias. La Fiscalía investiga «pagos voluminosos» realizados por constructoras beneficiadas por la trama de Petrobras en favor del Instituto Lula, a través de donaciones y del pago de honorarios por conferencias impartidas por Lula.

Almacén de regalos. La Fiscalía tiene «fuertes indicios» de pagos disimulados de unos 1,3 millones de reales (310.580 euros) realizados por OAS en favor de Lula, entre enero del 2011 a enero del 2016, para contratar un almacén donde guardar los regalos que recibió cuando era presidente. Figura en un documento como almacén de materiales de oficina y muebles de escritorio de OAS. (Marcela Valente / Colpisa Agencia De Prensa Independiente)