viernes, 18 de marzo de 2016

marzo 18, 2016
pentagrama

En un ambiente campirano, con ese sabor mexicano se presentó la noche de ayer en el Polifórum Zamná el cuentacuentos Mario Iván Martínez presentando una fábula tlaxcalteca "Animalitos de México" en la cual intervienen un campesino, una serpiente, un conejo, un burro y un coyote, en el cual el campesino libera de su prisión a una malvada serpiente y él, sintiéndose bien por el hecho realizado, se ve sorprendido al querer ser comido por el maléfico animal.

El campesino, no saliendo de su asombro, le preguntó: "¿Por qué me quieres comer si te salvé?" y se establece un diálogo en el cual van interviniendo diversos animales como el burro, el conejo y un coyote, un coyote que año con año se comía a las gallinas y a los carneros de la zona, y el campesino le plantea la duda, diciéndole que él salvó a la serpiente y no comprende por qué lo quiere comer y le pide su opinión como juez.

Mario Iván Martínez en escena.

El coyote, como es su naturaleza, astutamente le dice que no puede opinar porque en realidad no estuvo en el lugar de los hechos y para poder dar su opinión tendrían que reconstruir todo en el lugar donde ocurrió, de tal manera que los tres regresan a esa zona del campo y el coyote pregunta cómo estuvo, cómo ocurrió.

La serpiente dijo: "Yo salí sola de debajo de ese tronco que me tenía apresada" y el campesino aduce "Sí, ahí fue, ahí fue, de allí la liberé".

Pero el coyote, aun con más malicia, les dice: "Sí, pero cómo fue, me lo tienen que representar".

Entonces el campesino levanta el tronco y el coyote insiste en que debe entrar a ese agujero otra vez para emitir su opinión y ver si en verdad era el campesino quien la liberó o si no fue la serpiente que se liberó sola,
De tal manera que la serpiente inocentemente se mete otra vez en ese agujero y el coyote empuja el tronco, de tal manera que la vuelve a apresar.

20160318 Animalitos de México


Público disfrutando del cuento.

El campesinito, agradecido, le dice: ¿Cómo te puedo pagar por lo que has hecho por mí?
Y el coyote sinvergüenza dice: "Fácil, entrégame a dos de tus carneros y con eso queda saldada la acción de haberte salvado".

El campesino, humilde, noble, se enfila hacia su casita, a su jacal, y le dice a su mujer: "Que tenemos que entregarle dos de nuestros carneros ya bien criados al coyote por haberme salvado".

La mujer, indignada, le rezonga al campesino: "Pero si nos ha costado mucho engordar a estos animales y es lo único que tenemos, ¿cómo le vamos a dar a ese malvado coyote lo nuestro? Ese malvado coyote todo el tiempo se está comiendo a nuestras gallinas y conejos. Te propongo una idea".

Entonces llama a dos de sus perros y los mete en un costal y entrega al coyote el costal con los supuestos carneros.

Al coyote, al alejarse, se le ve el gozo de haber obtenido alimento sin luchar por él por un tiempo.
Pensó: "Total, cuando me los coma, volveré por otros".

Y así llega el coyote a su destino y saboreando lo que se va a comer abre el costal y cuán grande es su sorpresa al ver que salen de él dos perros y lo persiguen a través de la llanura y el coyote se siente burlado y triste porque fueron más inteligentes que él la esposa y el campesino.

Esta fábula demuestra que nunca debes cobrar una buena acción con una mala acción.

En el lugar se encontraban muchas familias con sus hijos pequeños que en su gran mayoría disfrutaron de este cuento y el cuentacuentos Mario Iván Martínez invita a todos a leerle cuentos a sus niños, cuentos que existen a lo largo y ancho de México, fábulas del campo, leyendas que de alguna manera demuestran la idiosincrasia de la gente campesina pero que además con estas acciones se fomenta la lectura en los niños para que en el futuro no sólo lean sino también escriban.

El evento en sí estuvo muy bien. Sólo dos observaciones: los encargados del sonido deben siempre tener en cuenta el lugar en donde van a instalar sus equipos, de tal manera que lo ecualicen acorde al recinto donde van a estar y el volumen lo manejen de una manera moderada. No sólo mi juicio, al parecer de muchos presentes, el volumen estaba muy elevado, sobre todo teniendo en cuenta que era el Polifórum Zamná en donde se llevó a cabo el evento. Muchos piensan que a mayor volumen se aprecia mejor, cuando es una gran mentira. Quizá de haberse llenado todo el Polifórum se habría podido sostener tal volumen, puesto que absorberían gran parte de él los presentes, pero no fue el caso.

Por otro lado, observé que no existía ningún agente de seguridad vial, por lo que la salida del estacionamiento fue un caos.

Por lo demás, felicidades a la FILEY por el evento.