jueves, 24 de marzo de 2016

marzo 24, 2016
LA HAYA / BARCELONA, 24 de marzo.- En el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), el juicio contra de Karadžić está por terminar. Según el líder de la parte acusadora, Serge Brammertz, el veredicto promete ser histórico. Por fin se sabrá si el propio Karadžić ordenó consumar la masacre de Srebrenica.

Radovan Karadzic (Savnik, 1945), exlíder político de los serbobosnios y arquitecto de la política de limpieza étnica en Bosnia, nació en el seno de una familia campesina de Montenegro. Pese a sus orígenes humildes -cuentan que vio la luz en un establo- su ambición le llevó a hacer carrera como psiquiatra y poeta, con desiguales resultados, y en adelante, se convirtió en un ferviente nacionalista serbio que cofundó el Partido Democrático Serbio (SDS), en respuesta al ascenso de los partidos musulmanes y croatas en Bosnia, dedicado al objetivo de impulsar la Gran Serbia tras la desintegración de Yugoslavia.

Su padre, Vuk, había sido miembro de los ‘chetniks’ –las guerrillas nacionalistas serbias que combatieron tanto a los nazis como a los partisanos comunistas de Tito durante la segunda guerra mundial- y pasó en la cárcel gran parte de la infancia de Radovan. Su madre, Jovanka, le describió como un hijo leal y trabajador, que ayudaba en casa y en el campo. Le consideraba un chico serio y respetuoso con los mayores, y amigo de sus compañeros, a quienes ayudaba en los deberes de clase.

Karadžić (al natural y disfrazado) también está siendo procesado bajo los cargos de tortura y violación, de desplazar de sus hogares a miles de personas y de violar el derecho de guerra en el sitio de Sarajevo. En torno a este último punto no caben dudas, sostiene el experto en asuntos balcánicos Franz-Lothar Altmann en entrevista con DW. “A la población civil se la bombardeó y se le disparó a mansalva”, subraya el especialista, trayendo a la memoria a otros hombres de gran sensibilidad estética que terminaron siendo autores de las más cruentas masacres.

En 1960 Karadzic se trasladó a Sarajevo, donde años después conoció a su mujer, Ljiljana, y se graduó en la Facultad de Medicina. En los 70 siguió cursos de especialización en psiquiatría en la Columbia University (EEUU), trabajó en varias clínicas de la capital bosnia y fue psicólogo del club de fútbol local. Atraído por la poesía, cayó en la influencia del escritor nacionalista serbio Dobrica Cosic, quien le animó a entrar en política.

Tras un breve paso por el Partido Verde, Karadzic contribuyó en 1990 a fundar el SDS, que al principio colaboró en el Parlamento bosnio con los musulmanes del Partido de Acción Democrática (SDA) de Alija Izetbegovic -posterior presidente bosnio- y los croatas. En 1992, sin embargo, abandonó el Parlamento después de que Bosnia se independizara a través de un referéndum y fuera reconocida por EEUU y la entonces Comunidad Europea. Karadzic proclamó en respuesta la República Serbia de Bosnia-Herzegovina (más tarde Republika Srpska), con capital en Pale, un plácido y minúsculo pueblo montañoso a pocos kilómetros de la cosmopolita Sarajevo.

Guerra despiadada

Con el apoyo del líder serbio Slobodan Milosevic, el partido de Karadzic organizó una guerra despiadada contra los ‘bosniaks’ y los croatas. Durante los tres años que duró el conflicto, las fuerzas serbobosnias –asistidas por unidades paramilitares de la vecina Serbia- sembraron el terror a su paso y expulsaron de sus hogares a cientos de miles de civiles, en una brutal campaña de limpieza étnica para ganar territorio en la que se documentaron innumerables atrocidades, incluyendo violaciones sistemáticas de mujeres y niñas musulmanas.

La guerra también descubrió el horror de los campos de castigo serbobosnios, en los que los prisioneros de guerra eran torturados y morían de inanición. La barbarie alcanzó entre otros el infame asedio de 43 meses sobre Sarajevo y la masacre de Srebrenica, considerada la peor matanza en Europa desde la segunda guerra mundial, en la que los serbobosnios expulsaron a 30.000 mujeres y niños y asesinaron a más de 8.000 varones musulmanes.

Oculto durante 12 años

En 1995, tras el fin del conflicto, Karadzic fue procesado por el tribunal de La Haya junto con el líder militar serbobosnio, Ratko Mladic, acusados de crímenes de guerra y genocidio. Perseguido por la justicia y obligado a dimitir en 1996 para evitar las sanciones de Occidente contra la Republika Srpska, desapareció sin dejar rastro, en una larga huida de 12 años en que, aún estando prófugo, se las ingenió para publicar varios libros de poesía. En uno de ellos, bajo el título ‘Crónicas milagrosas de la noche’, ambientado en la Yugoslavia de los años 80, contaba la historia de un hombre encarcelado por error tras la muerte de Tito.

Nadie sabe a ciencia cierta cómo vivió aquellos años de huida. Las sospechas de que estaba protegido por los servicios secretos serbios en feudos del este de Bosnia o en remotos monasterios ortodoxos nunca fueron confirmadas. En mayo del 2005, los investigadores revelaron que había sido visto con su mujer Ljiljana en el sudeste bosnio y luego con su hermano Luka en Belgrado, mientras su madre se estaba muriendo de cáncer en Niksic (Montenegro).

Falsa identidad

En julio del 2008, cuando fue finalmente detenido en un autobús de Belgrado, Karadzic llevaba tiempo oculto bajo la identidad falsa de Dragan Dabic, un hombre de profusa barba blanca, pelo canoso y gafas, con aspecto bonachón, que ejercía en un consultorio de medicina alternativa en la capital serbia. De inmediato salieron otros detalles. Residía en el suburbio de Nuevo Belgrado, era agente comercial de una firma de componentes vitamínicos, se movía por lugares céntricos, participaba en conferencias e incluso varias de sus intervenciones, que atraían a mucho público, fueron filmadas por televisiones locales.

Los esfuerzos y el interés de Serbia por capturarle, igual que con Mladic, habían ido de menos a más a lo largo de los años, conforme sus gobiernos iban evolucionando hacia posturas más europeístas. Con todo, Karadzic contó y cuenta aún con el apoyo de parte de la sociedad serbia. El actual primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, un ultranacionalista reconvertido en europeísta, le defendió abiertamente hasta el 2008, aunque luego renegó de esas posturas y en el 2010 declaró sentir “vergüenza” sobre lo que sucedió en Srebrenica.

Héroe serbiobosnio

En Pale, que hace tiempo perdió la capitalidad serbobosnia en favor de Banja Luka, no hay duda de que Karadzic sigue siendo un héroe. El pasado domingo pusieron allí su nombre a una nueva residencia universitaria. La solemne ceremonia, junto a la esposa y la hija de Karadzic, estuvo presidida por Milorad Dodik, el hombre fuerte de la RS, que no dudó en rendir tributo al acusado en un momento “altamente simbólico” y escogido intencionadamente ante la previsible resolución de un proceso judicial que ha sido, dijo, “humillante para la República Serbia”.(El Periódico / Deutsche Welle)