jueves, 10 de marzo de 2016

marzo 10, 2016
WASHINGTON D.C., 10 de marzo.- Hillary Clinton generó algunas risas al decir que Donald Trump desea construir “un muro bello y alto” que será pagado “mágicamente” por el gobierno mexicano.

Hizo esos comentarios en respuesta a una pregunta en el debate presidencial demócrata del miércoles en Miami sobre si su voto como Senadora por Nueva York para construir un muro en la frontera sur difiere del plan de Trump, que ella ha dicho es ridículo.

Clinton dice que los legisladores responsables eligieron mejorar la seguridad fronteriza con más agentes y algunas vallas donde era necesario, y como resultado el país tiene tasas menores de inmigración no autorizada.

¿Próxima "deportadora en jefe"?

Clinton se comprometió el miércoles en el debate demócrata a que no deportará a niños ni a inmigrantes que carezcan de antecedentes penales. Dijo que dará prioridad a la deportación de delincuentes violentos, terroristas y aquellas personas que amenacen la seguridad de la nación.

Sanders y Clinton. (Reuters)

Se le preguntó si seguiría el enfoque del Presidente Barack Obama, que el moderador Jorge Ramos dijo sería equivalente a convertirse en la “próxima deportadora en jefe”.

Clinton dice que ella no tiene las mismas políticas del “actual gobierno” y que se movilizaría para “detener las redadas”.

Se niega a hablar sobre investigación por mails

Hillary Clinton rechazó las preguntas sobre si abandonaría la contienda presidencial si el hecho de que utilizó un servidor privado cuando era secretaria de Estado diera como resultado que reciba una acusación formal federal.

“No va a ocurrir”, dijo en respuesta a una pregunta del moderador Jorge Ramos. “Ni siquiera voy a responder esa pregunta”.

Clinton insiste en que ella no violó ninguna regla al manejar su cuenta del Departamento de Estado desde un servidor privado en su casa de Nueva York, aunque ahora dice que esa decisión fue “un error”. Las agencias gubernamentales declararon que los mensajes eran secretos años después de que ella los envió. (Sin Embargo / AP)

Más detallado Alfonso Chardy de El Nuevo Herald

MIAMI, Florida, 10 de marzo.- La ex secretaria de Estado Hillary Clinton y el senador por Vermont Bernie Sanders, en su debate presidencial del miércoles en Miami, expresaron apoyo a la política hacia Cuba del presidente Barack Obama, pero ambos coincidieron en que se debería hacer más por promover la democracia en la isla.

“Yo apoyé las acciones del Presidente sobre Cuba y le dije que debería moverse a abrir relaciones diplomáticas”, declaró Clinton. “Yo espero seguir el viaje del Presidente y pienso que reunirse con los disidentes, reunirse con personas que han sido las voces, tribunos de libertad y oportunidad es importante porque el pueblo cubano amerita que sus derechos humanos sean respetados. Merecen poder moverse hacia la democracia”. Luego agregó: “Los Castro deben ser considerados autoritarios y dictatoriales porque no fueron escogidos libremente por el pueblo de Cuba”.

Sanders, por su parte, pidió que se levantara el embargo económico contra Cuba porque esto “sería bueno para el pueblo de Cuba y lo movería más en una dirección democrática”.

Los puntos de vista de Clinton y Sanders sobre Cuba son relevantes en momentos en que el presidente Barack Obama prepara su histórico viaje a la isla entre el 21 y 22 de marzo, donde se espera se reúna con opositores y activistas.

Sus puntos de vista sobre inmigración, sin embargo, dominaron la mayor parte del debate. Ambos prometieron cambiar la política de deportación si llegaran a ganar la presidencia y pararían las expulsiones de niños y de inmigrantes indocumentados que no tienen antecedentes penales.

Los precandidatos demócratas respondieron preguntar e intercambiaron argumentos durante el debate que se llevó a cabo el miércoles por la noche en un auditorio del Kendall Campus del Miami Dade College.

“No voy a deportar ni a niños, ni a familiares”, dijo Clinton en respuesta a una pregunta. “No voy a deportar a inmigrantes que no tienen antecedentes penales, sino ponerlos en camino a la ciudadanía”.

Por su parte Sanders también hizo la misma promesa, en respuesta a preguntas de los moderadores. “Lo prometo”, dijo Sanders. “No deportaré a niños ni a inmigrantes indocumentados que no tengan antecedentes penales”.

El octavo debate democrático tuvo lugar en el recinto de Kendall del Miami-Dade College y estuvo centrado en este tema migratorio, que interesa a los votantes hispanos.

El enfrentamiento vino en momentos en que se ha reanudado la competencia en la contienda demócrata tras la sorpresiva victoria el martes de Sanders en la primaria de Michigan, donde derrotó a Clinton.

El triunfo de Sanders trastornó la marcha de la ex secretaria de Estado hacia la nominación presidencial, que parecía indetenible tras su serie de triunfos en primarias en el sur del país – a pesar de tener un número mayor de delegados a su favor.

El debate también se produce a menos de una semana de las cruciales primarias demócratas en estados con grandes números de delegados, como la Florida, Ohio, Illinois y Carolina del Norte. Allegados a Clinton dicen que tienen la esperanza de ganar decisivamente en esos estados para así poner una distancia inalcanzable entre ella y Sanders.

Una nueva encuesta, cuyos resultados fueron publicados el jueves, muestra que Clinton derrotaría fácilmente a Sanders en la primaria de la Florida el martes.

El sondeo realizado por Bendixen & Amandi International/Tarrance Group/Univisión/Washington Post muestra que el 64 por ciento de los 450 electores demócratas encuestados respaldarían a Clinton contra 26 por ciento a favor de Sanders.

Las declaraciones en el debate del miércoles sobre las deportaciones vinieron a raíz de preguntas del panel de moderadores sobre si Clinton o Sanders seguirían las misma políticas del presidente Barack Obama durante cuya admininistración se ha deportado a más de dos millones de indocumentados.

Ambos candidatos dijeron que no segurían las mismas políticas que puso en práctica Obama.

“El presidente Obama está equivocado sobre este asunto”, dijo Sanders.

Quizás uno de los momentos más dramáticos del debate ocurrió cuando una mujer entre el público, Lucía Quiej, de Guatemala les pidió a ambos candidatos parar las deportaciones luego de citar el caso de su esposo, Andrés Jiménez, quien fuera deportado en el 2011, cuando la policía de Homestead lo arrestó por manejar con licencia vencida. Dejó atrás a su esposa y cinco hijos.

“Por favor sepa que usted es valiente por haber detallado su historia sobre sus hijos”, Clinton le dijo a Quiej cuando esta terminó su pregunta, que la hizo en español. “Quiero que usted sepa que he oído otras historias similares a la suya y ya es tiempo de reunificar a las familias. Debemos hacer más para prevenir que otras familias queden divididas, y voy a tratar de reunir a su familia de nuevo”.

Por otras parte, Sanders señaló que Clinton no es confiable sobre sus promesas de que apoya la reforma migratoria porque en el pasado ha expresado oposición a los inmigrantes indocumentados y ha rehusado otorgar licencias de conducir a los extranjeros que no tienen papeles. También dijo Sanders que Clinton previamente ha dicho que no estaba de acuerdo con dar asilo a menores centroamericanos que habían huido de Honduras.

Clinton no contestó específicamente por qué se opuso a las licencias para los sin papeles y por qué en algún momento expresó oposición a los indocumentados, pero dijo que aunque se daba la bienvenida a los menores que buscaban asilo, no se podía garantizar que todos lo recibirían, porque las leyes de asilo son complejas y podrían llevar al rechazo de ciertos casos.

La confusión sobre la posición de Clinton sobre los menores se debe a declaraciones que dio a CNN en el verano del 2014, cuando llegó a la frontera con México una ola de menores sin sus padres. En esa ocasión, Clinton expresó que muchos de estos niños debían ser devueltos a donde empezaron su viaje.

“Deberían ser regresados tan pronto como se pueda determinar quiénes son los adultos responsables en sus familias, porque estas son preocupaciones sobre si todos deberían ser devueltos. Pero pienso que todos deberían ser reunificados con sus familias”.

Los analistas dicen que Sanders ha ganado terreno entre votantes demócratas jóvenes con sus ataques contra Clinton por sus vínculos con los acaudalados financistas de Wall Street y su apoyo previo a acuerdos impopulares a favor del libre comercio y la globalización.

Clinton gozaba de una ventaja de 2 - 1 sobre Sanders en una encuesta del Washington Post/Univision del mes pasado entre votantes hispanos. En la primaria de Texas, el 71 por ciento de los votantes latinos respaldaron a Clinton, quien se ha comprometido a impulsar agresivamente la reforma migratoria si llega a ser presidente y prolongar las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama que protegen a algunos inmigrantes indocumentados contra la deportación.

En la víspera del debate, seguidores de ambos candidatos sostuvieron conferencia de prensa por teléfono donde intentaron mostrar los puntos débiles del bando opuesto.

Por ejemplo, los seguidores de Clinton dijeron que para los votantes hispanos Sanders no es una buena opción porque se había opuesto en el 2007 a proyectos de ley de reforma migratoria.

Por su parte, los que apoyan a Sanders dijeron que Clinton es la no confiable para los hispanos, porque en el 2006 se había opuesto a otorgar licencias de conducir a inmigrantes indocumentados – un objetivo importante para activistas proinmigrantes en la Florida.

“En momentos en que los inmigrantes estaban siendo demonizados, Sanders estaba jugando con el equipo equivocado”, dijo el representante Luis Gutiérrez, demócrata por Illinois.

En cuanto a las licencias de conducir, los seguidores de Clinton no comentaron sobre la posición de la candidata sobre el tema, pero dijeron que ella apoya la reforma migratoria y que ya legalizados los indocumentados podrán recibir licencia de conducir.

El debate organizado por la cadena Univisión y el diario The Washington Post, fue retransmitido simultáneamente por televisora CNN.