sábado, 27 de febrero de 2016

febrero 27, 2016
CIUDAD DEL VATICANO, 20 de febrero de 2016.- Uno de los funcionarios de mayor nivel del Vaticano fue citado para testificar en una audiencia pública relacionada con abusos sexuales del clérigo.

El Cardenal George Pell, el principal asesor financiero del Papa Francisco, testificará mediante un enlace de video en una sala de un hotel de Roma para la Comisión Real de Australia, en presencia de sus acusadores.

El arreglo incluye un periodo para testificar de las 10 de la noche a las 2 de la mañana durante tres noches consecutivas para acomodarse al horario de Australia.

Éste se logró luego de que Pell solicitara ser disculpado de testificar en persona por problemas cardiacos que no se habían dado a conocer -un ataque cardiaco, cardiopatía e hipertensión- y que harían muy riesgoso el vuelo.

El Cardinal George Pell en Sydney en 2012. Ahora está en el Vaticano, y por problemas médicos no puede viajar.(Foto de archivo de The Daily Telegraph).

El acuerdo ha tenido la consecuencia imprevista de magnificar el hecho, que de otro modo se hubiera reducido a unos pocos ciclos noticiosos en Australia.

Pero ahora, la prensa global cubrirá una historia de curas pedófilos, niños violados y encubrimiento por la jerarquía eclesiástica, algo con lo que la Santa Sede no quiere tener nada que ver.

Pell empezará a declarar pocas horas antes de la ceremonia de los Óscar, en la que "Spotlight", la historia de cómo el diario Boston Globe investigó el encubrimiento de pedófilos por la Iglesia católica durante años, está nominada a seis estatuillas.

El prelado ha comparecido dos veces ante la Comisión Real sobre Respuestas Institucionales a los Abusos Sexuales de Menores.

La comisión real, el organismo investigador de mayor jerarquía en Australia, indaga cómo la Iglesia católica y otras instituciones abordaron los abusos que tuvieron lugar durante décadas en el país.

No puede presentar cargos penales, pero sí recomendar que se remitan los casos individuales a la Policía y los fiscales.

Pell, que nació y creció en el baluarte católico de BalAarat, ha sido acosado durante años por denuncias de que manejó mal los casos de curas abusivos cuando era arzobispo de Melbourne y luego de Sydney.

Desde allí gobernó la Iglesia australiana hasta que el Papa Francisco lo designó para manejar las finanzas de la Santa Sede.

El prelado ha negado reiteradamente haber cometido delito alguno y ha ofrecido disculpas a las víctimas por los actos profundamente malignos de sacerdotes que violaron o abusaron de menores.

Sus defensores dicen que se lo ha convertido en chivo expiatorio de un problema muy anterior a él.

"Es un hombre íntegro, comprometido con la verdad y con ayudar a los demás, sobre todo por los que han sufrido o están en dificultades", escribieron siete Arzobispos australianos el año pasado. (AP)