lunes, 1 de febrero de 2016

febrero 01, 2016
DES MOINES, Iowa, 1 de febrero.- Tras una batalla muy cerrada el senador Ted Cruz se impuso en el caucus republicano de Iowa con al menos cuatro puntos de diferencia frente a su más cercano rival, el magnate inmobiliario Donald Trump.

"Dios bendiga al gran estado de Iowa", dijo Cruz al agradecer el triunfo, principalmente tras el apoyo clave que obtuvo de los evangélicos, grupo importante en esa región.

"Nuestros derechos provienen de nuestro creador", agregó Cruz apelando al discurso religioso que surtió efecto.

Dijo que el próximo presidente no será escogido ni por los medios ni por el establishment en Washington, sino "por el pueblo de Estados Unidos".

Trump reconoce derrota

"Me siento honrado" de haber llegado segundo en el caucus de Iowa, dijo Trump reconociendo su derrota.


Muy reforzado de la batalla de Iowa salió Marco Rubio, que terminó de tercero luego de Trump por apenas un punto de diferencia.

"Dimos el primer paso, uno muy importante para ganar la nominación", afirmó Rubio desde su centro de campaña en Des Moines tras felicitar a Cruz al asegurar que "se mereció su victoria".

Con el 99% de los votos escrutados, Cruz obtuvo el 27.7%, Trump el 24.4% y Rubio el 23% de las preferencias de las asambleas partidarias de ese estado del medio oeste de EEUU.

Del lado demócrata, los resultados parciales dados por distintos medios de comunicación le dan una estrecha ventaja a Hillary Clinton sobre Bernie Sanders.

La exsecretaria de Estado aventaja apenas por menos de un punto a Sanders 50.1% a 49.2%, por lo que ningún aspirante se ha atrevido a declarar su victoria.

Clinton, sin declararse ganadora, dio un discurso ante sus seguidores. "Estoy muy excitada por debatir con Bernie Sanders sobre los temas relevantes" que nos importan, dijo.

"Tenemos muchas diferencias de opinión", pero estoy de acuerdo que el Partido Demócrata tiene la agenda que merecen los estadounidense y que por eso debe "permanecer unido", aseveró.

Decenas de escuelas, iglesias y otros centros públicos acogen por unas tres horas a los electores que comenzaron, a pesar de los pronósticos de ventisca en el estado agrícola, a definir un proceso que terminará el próximo 8 de noviembre.

Iowa deja de momento las dos primeras víctimas de la carrera presidencial. Del lado demócrata, Martin O'Malley anunció su retirada tras alcanzar menos de 1% en las asambleas. Del lado de los republicanos, Mike Huckabee también dio un paso atrás al quedar rezagado en los últimos lugares y con apenas 1.8%.

Todos los candidatos necesitaban movilizar electores que por primera vez participaban en los caucus para asegurarse la victoria, que si bien no garantiza que finalmente logren la nominación de los partidos, sí les permite iniciar las primarias con pie firme.

A pesar de toda la expectativa en torno a las asambleas, tradicionalmente, los asistentes no superan el 10% del padrón electoral del estado. Y miles de personas siguen su vida normal en medio de los candidatos y sus campañas, y de la avalancha de medios de comunicación que establecen tienda en Iowa.

Rick Santorum, por ejemplo, ganó el caucus republicano en Iowa en 2012 y no obtuvo la nominación del partido para las presidenciales. Lo mismo le sucedió a Mike Huckabee en el 2008. Sin embargo, no se le puede quitar a Iowa el sello de estado "monitor" que ayuda a revelar las opciones de los aspirantes a la Casa Blanca.

Todos a Iowa

Los precandidatos lo saben. Es por ello que se volcaron a las calles del estado rural visitando casa por casa y haciendo lo imposible para que los electores acudan a las asambleas. Los republicanos instalaron más de 800 lugares para sus caucus, los demócratas cerca de 1,100, según datos de Reuters.

En el pasado ciclo de primarias -el del 2012- 121,503 electores participaron de las asambleas ciudadanas republicanas en Iowa. Ese año no hubo primarias demócratas, pero en 2008, 239,872 partidarios se presentaron a votar en los caucus de ese estado.

Los resultados salieron por separado, principalmente porque las normas de votación de los dos partidos son diferentes. Los republicanos escriben en un papel su candidato, mientras que los demócratas se reúnen en los lugares asignados, donde uno de los aspirantes debe lograr un respaldo de al menos un 15%. Si ninguno lo logra, las personas allí reunidas pueden ir entonces a otro caucus para apoyar a su favorito.

Después de Iowa, muchos esperan saber quién ganó el beneplácito de los evangélicos, lo que servirá como un barómetro del voto conservador que es clave para aspirantes como Donald Trump y Ted Cruz.

Para los hispanos, la principal interrogante que esperan dilucidar es cuán fuerte es la rabia generalizada en la comunidad hispana frente a la retórica antiinmigrante de candidatos como Trump y promesas migratorias como las de Cruz.

Hasta esta campaña, los votantes hispanos de Iowa habían pasado desapercibidos, pero analistas y activistas han dicho que el rápido crecimiento demográfico y el llamado "Efecto Trump" evidenciarán cuán firme es el nuevo poder electoral de este grupo.

El 5.6% de la población de Iowa es hispana, un porcentaje menor al de otros estados, pero que ha hecho que los latinos sean la minoría más importante allí. De los 50,000 hispanos registrados en Iowa, unos 10,000 participarían en los caucus, muy por encima de los 1,000 que lo hicieron en 2008, de acuerdo a estimaciones de la organización activista Liga de Ciudadanos de Latinoamérica Unidos (Lulac por su acrónimo en inglés). (Univision)