lunes, 22 de febrero de 2016

febrero 22, 2016
MILÁN, Italia, 22 de febrero.- "Desde que leí sobre el sufrimiento de los animales que van al matadero, y por lo tanto hacia la muerte, el deseo de comer carne se me pasó. Puedo hacerla a un lado, la carne. Y lo haré ". Y luego. "Estamos hablando de criaturas maravillosas. ¿Cómo se puede matarlas? ¿Cómo puede uno comérselas?".

Mientras analistas y observadores debaton sobre la situación del partido Forza Italia, su líder elige una opción que probablemente cambiará su futuro personal. Silvio Berlusconi, de hecho, quiere dejar de comer carne. En los albores de sus ochenta años de presencia en esta tierra, el ex primer ministro se convirtió en vegetariano.

Silvio Berlusconi. (lapresse)

Si decidir convertirse en vegetariano significa embarcarse en un camino, este camino, Berlusconi, lo emprende en su final. El primer paso fue la presentación de la candidatura en Milán de Stefano Parisi, cuando infiltró entre los "siete puntos angulares de Forza Italia" "la defensa de los animales y el medio ambiente". El segundo paso fue el jueves pasado, cuando en medio de la reunión con los coordinadores regionales del partido se le escapó la frase "ya no tengo ganas de comer carne." Y el tercero en los últimos días, cuando dio una indicación a sus cocineros de Arcore: "Con el ragú nada de carne", dejándolos con las dudas de cómo preparar esa salsa sin usar el ingrediente principal.

Es difícil, al menos por ahora, encontrar el impulso que llevó a Berlusconi a elegir ser vegetariano. Eurispes (instituto de investigación italiano) presenta datos de 2016: un 8 por ciento de los italianos se declara vegetariano (de éstos, el 7.1 por ciento es vegetariano mientras que sólo el 0.9 es vegano y por lo tanto rechaza los alimentos que contienen derivados de origen animal). En el año anterior, los vegetarianos en Italia eran 5.7 por ciento. Señal de que, en sólo trescientos sesenta y cinco días hubo un aumento de 2.3 por ciento de personas que hicieron la misma elección que el líder de Forza Italia. ¿Por qué? Algunos hacen esta elección por respeto a los animales (43.3 de los italianos viven con al menos una mascota), debido a problemas de salud (sobre todo después de las advertencias de la Organización Mundial de la Salud sobre las carnes rojas) o para proteger al medio ambiente.

Berlusconi, si tomamos en serio sus palabras, habría sido motivado por la primera razón: "por respeto a los animales." y hay una anécdota que rastrea el origen del cambio de los hábitos alimentarios del ex primer ministro -en el vasto mar de las legendarias historias sobre el personaje-, la cual se atribuye a "mamma Rosa". La fábula es que cuendo "el Silvio" era un niño, tenía tanto miedo de matar a una hormiga sin saberlo, que llevaba una campanita colgada del cinturón. Un truco, por lo menos era lo que él pensaba, que informaría a todos los insectos ocultos en el suelo que iban a pasar dos pies que podrían "causar la muerte de un inocente."

Cualesquiera que sean las razones de este nuevo estilo de vida, la decisión de renunciar a la carne llevará al hombre que se atreve a compararse con De Gasperi, y Mandela, y el Papa Bergoglio, a ocupar su sitio en el mismo panteón que Gandhi y Tolstoi, Voltaire y Pitágoras, Leonardo da Vinci. Todos ellos vegetarianos. Como Erasmo de Rótterdam, autor del "Elogio a la locura", que siempre ha sido el libro favorito de Berlusconi. (Tommaso Labate / Corriere della Sera)