viernes, 12 de febrero de 2016

febrero 12, 2016
VUELO ROMA-LA HABANA, 12 de febrero.- De repente, un periodista mexicano, Noel Díaz, se inclinó para limpiarle los zapatos al Papa. Y le explicó que cuando era niño su familia era pobre y no podía comprarse el traje para hacer la primera comunión, entonces, relató: «Yo me dije: ‘Tengo que trabajar para conseguir un cajón para lustrar botas’; y así trabajé para conseguir dinero y comprarme un pantalón y una camisa para hacer la primera comunión». Hoy, limpiarle los zapatos al Pontífice como uno de los enviados en el vuelo papal fue motivo de orgullo. Sucedió en el avión en el que está viajando Papa Francisco hacia Cuba.

El histórico viaje que llevará a Papa Francisco a La Habana (para el encuentro con el Patriarca ortodoxo Kirill) y después a México comenzó con un «tuit» y una oración: «En México miraré a los ojos de María y le suplicaré que no deje de mirarnos con misericordia. A Nuestra Madre confío desde ahora mi viaje».

Si se firma la paz en Colombia, indicó, la visitará en 2017; el "sombrero papal", regalo de Valentina Alazraki; la oración a la Virgen; la despedida de Gasbarri; la victoria del San Lorenzo de Almagro. (ansa)

Papa Francisco despegó hoy por la mañana, con media hora de retraso, del aeropuerto internacional romano de Fiumicino en el vuelo AZ4000 de Alitalia, y al abordar se encomendó a la Virgen de Bonaria, que acompaña siempre al Pontífice durante sus vuelos internacionales.

El Papa agradeció a los periodistas por el trabajo que harán durante este difícil y apretado viaje, pero, subrayó, «tan deseado: tan deseado por mi hermano Kirill, por mí y también por los mexicanos. El otro día, al empezar la audiencia de los miércoles, su decana mexicana me esperaba como para hacer que entrara en el túnel del tiempo con todas las películas de Cantinflas. Y así entré a México por la puerta de Cantinflas, que hace reír bien. Mi deseo más íntimo es detenerme ante la Virgen de Guadalupe, ese misterio que se estudia, se estudia y no hay explicaciones humanas. Incluso el estudio más científico dice: ‘Pero esta es una cosa de Dios’. Y esto es lo que hace que los mexicanos digan: ‘Soy ateo, pero guadalupano’. Algunos mexicanos, ¡no todos son ateos!».

«También les quisiera decir otra cosa», continuó Francisco. «Este es el último viaje papal en el que nos acompaña el doctor Gasbarri. Desde hace 47 años él trabaja en el Vaticano. Y desde hace 37 años se ocupa de los viajes. Lo digo para que podamos, durante estos días, expresarle nuestra gratitud y también pensar en una pequeña fiestecita aquí, cuando regresemos… Y luego, mons. Mauricio Rueda será el encargado de los viajes. ¡Bienvenido!»

Antes de que el Papa saludara a los periodistas personalmente, dijo el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, la «decana» de los periodistas que cubren los viajes papales, la mexicana Valentina Alazraki, «además de haberle dado unas películas al Papa, ahora le dará algo para que se proteja del sol de México. ¡Este es el tercer Papa al que Valentina le regala un sombrero!». Muy curiosa, además, es la historia de este sombrero, según explicó la misma Alazraki a Francisco: «Este sombrero vino de Cuba. Una familia mexicana se lo había llevado a Cuba, pero no pudo entregárselo a usted, y me lo dejaron. Yo prometí, si usted hubiera mantenido la promesa de ir a México, que se lo habría dado. Lo que no me imaginaba es que el sombrero regresara a Cuba».

El Papa saludó uno por uno a los periodistas que lo acompañan en el séquito, 75 en total de diferentes medios internacionales, y se entretuvo con ellos para responder algunas preguntas. Una de ellas se la hizo Néstor Pongutá, corresponsal de W Radio, a quien el Papa respondió «Sí, tengo ganas de ir a Colombia; si se firma la paz, viajo en 2017».

Según la periodista del diario argentino «La Nación», Elisabetta Piqué (que regaló unas rosas blancas a Bergoglio), un periodista le preguntó al Papa: «¿Cuándo nos va a llevar a Rusia?», y Francisco contestó sin pelos en la lengua: «Rusia y China están en mi corazón, recen por ello». Otra corresponsal, al pasar, advirtió al Pontífice: «cuidado con los rusos, que son duros»; al principio Francisco no dijo nada, pero luego dijo con humor: «con un poco de vodka allí y un poco de tequila allá», todo se puede solucionar.

Al saludar al corresponsal de Notimex y Vatican Insider, Andrés Beltramo Álvarez, el Papa quiso informarse sobre el resultado de la partida que jugaron ayer los equipos argentinos Boca Juniors y San Lorenzo de Almagro. «Che… ¿por cuánto le ganamos al Boca?», preguntó. «Uh, Santidad, por 4 a 0». El equipo del Papa (los «cuervos azulgrana») se llevó la Supercopa Argentina, por lo que contestó, visiblemente contento: «A los cuervos nos gusta la pizza, pero más el caldo de gallina». (Pablo Lombo / La Stampa)