sábado, 6 de febrero de 2016

febrero 06, 2016
MÉRIDA, Yucatán, 5 de febrero.- “Somos reciclados. Los elementos químicos que nos conforman provienen de estrellas que explotaron”, fueron las palabras con las que el premio Nobel de Física 2006, el doctor John C. Mather, inició su charla en la Sala Mayamax del Gran Museo del Mundo Maya, repleta de estudiantes interesados en conocer más acerca del origen y la expansión del universo, en palabras de una de las mentes más brillantes de este siglo.

En el marco de las actividades de la clausura del Año Internacional de la Luz, que se celebran en Yucatán del 4 al 6 de febrero, y en las que Mather presentará una ponencia, la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior (Siies) organizó un encuentro con jóvenes talentos destacados en distintas áreas del conocimiento, que forman parte de programas como Raíces Científicas, Savia, Impulso Científico Universitario y Alfa, dedicados al fomento de vocaciones en este sector.

John C. Mather presentó a los jóvenes yucatecos el proyecto en el que trabaja actualmente, nada menos que el Telescopio Espacial James Webb, que se lanzará al espacio en 2018 desde la Guyana Francesa y llegará “a donde nunca ha llegado el hombre”.

Con gran claridad, el especialista expuso a los asistentes sus estudios sobre la radiación de fondo de las microondas cósmicas que, con la instrumentación del satélite COBE lanzado al espacio por la NASA, han sido claves para confirmar la hipótesis de que todo comenzó con una gran explosión: la famosa teoría del Big Bang.

“¿Qué pasó con el calor residual del Big Bang? De ahí surgimos nosotros. El mapa de calor en la galaxia, obtenido a partir de la medición de las variaciones mínimas en las temperaturas de la radiación a medida que el universo se expande, y que dio origen a la vida sobre la Tierra, fue catalogado por el físico Stephen Hawking como el descubrimiento científico más importante de todos los tiempos”, contó con orgullo el experto.

Con generosidad, el recipiendario del Nobel presentó a los jóvenes yucatecos el proyecto en el que trabaja actualmente, nada menos que el Telescopio Espacial James Webb (JWST, por sus siglas en inglés), que se lanzará al espacio en 2018 desde la Guyana Francesa y llegará “a donde nunca ha llegado el hombre”.

El JWST mide 6.5 metros de diámetro y tiene por objetivos el estudio de la evolución de las primeras galaxias del universo, la formación de las estrellas y las ondas espaciales que no pasan por la atmósfera, así como la medición de calor, entre otros.

El Telescopio, resultado de un proyecto que involucra a la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, cuenta con celdas solares para cargarse de energía, pero también contiene sombrillas y una estructura de plástico como blindaje, del tamaño de una cancha de tenis profesional, para que pueda mantenerse frío a pesar del Sol.

Durante el encuentro, los participantes tuvieron la oportunidad de interactuar con el reconocido astrofísico. Uno de ellos preguntó cómo llegar a ser un premio Nobel, a lo que el laureado respondió: “Todo empieza por tener el deseo de hacer algo por el mundo y hacerlo, buscar a otras personas que sean buenas en eso y apoyarse. No tengan miedo de pedir ayuda. La curiosidad es la base de la ciencia”.

Al hablar sobre el modelo educativo actual y de cómo lograr que más personas se interesen por estas disciplinas, explicó que “tenemos que cambiar la forma en que enseñamos en las escuelas, esmerarnos en satisfacer la curiosidad de los niños, pero cuando llegan a la escuela y les dicen que tienen que aprenderse de memoria las cosas, ya no es divertido; debemos concentrarnos más en la aventura de descubrir las cosas y menos en cómo aprobar un examen”.

Ante el cuestionamiento sobre la posibilidad de que exista otro planeta con características similares al nuestro, el físico expuso que resulta improbable que no haya un cuerpo celeste similar, ya que existen tantos como estrellas, y eso solamente en nuestra Vía Láctea. Sin embargo, considera que la Tierra es un lugar especial, por su combinación de placas tectónicas y océanos, así como por sus formas de vida.

Al finalizar su intervención, el doctor Mather recibió un reconocimiento de manos del titular de la Siies, Raúl Godoy Montañez, quien le agradeció su tiempo e interés para reunirse con los jóvenes de Yucatán, y brindarles la oportunidad de interactuar con él.

El Año Internacional de la Luz, convocado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por iniciativa de Rusia, Ghana, Nueva Zelanda y México, inició en París, Francia en 2015 y se han llevado a cabo un gran número de actividades en distintas partes del mundo, con el fin de destacar la importancia de este elemento para la ciencia, el bienestar y el progreso de la humanidad.

Yucatán es sede de los trabajos de clausura de este evento global, en los que han tomado parte dos premios Nobel de Física, Mather y ShujiNakamura, acompañados de otros científicos destacados, y que cerrarán con broche de oro, con el espectáculo multimedia “Noches de Kukulkán”, en la zona arqueológica de Chichén Itzá.