viernes, 12 de febrero de 2016

febrero 12, 2016
LA HABANA, Cuba, 12 de febrero.- Francisco y Kirill  (Cirilo) se abrazaron y besaron. El primer encuentro fue a la entrada de una salita revestida de madera oscura en el aeropuerto internacional de La Habana, en un día soleado. Se llevó a cabo lejos de Europa y sus divisiones, en una isla que es una encrucijada y un símbolo.

«Hermano, hermano, somos hermanos - dijo el Papa al ver a Kirill-, ¡finalmente». El Pontífice y el Patriarca se sentaron en dos grandes sillones revestidos de tela blanca. Había en la salita también un gran crucifijo de madera. «Ahora las cosas son más fáciles», dijo Kirill. «Está más claro que es la voluntad de Dios», añadió Francisco.

El papa Francisco, jefe de la Iglesia católica romana, se reunió este viernes con el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill (Cirilo), en el que constituye el primer y único encuentro entre los líderes de dos de las principales ramas del cristianismo desde que ambas se separaron en el año 1054.

Así comenzó el encuentro: además de ambos líderes y sus respectivos intérpretes, en el coloquio también participan el cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, y el metropolita Hilarion, «ministro del Exterior» del Patriarcado de Moscú.

El presidente cubano Raúl Castro acogió a Papa Francisco en la pista del aeropuerto internacional José Martí de La Habana, tal y como había hecho horas antes con el patriarca ortodoxo de Moscú, Kirill. Es la segunda vez en dos meses que Jorge Mario Bergoglio visita la isla caribeña, después de su visita de septiembre del año pasado.


Estaban esperando en la pista del aeropuerto también dos cardenales: el arzobispo local Jaime Ortega y Alamino y el Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, Kurt Koch. Con grande reserva, el purpurado suizo tejió durante los últimos dos meses la trama que permitió el histórico encuentro de hoy en La Habana con el Patriarca Kirill, a quien el Papa llamó hoy durante el vuelo desde Roma «mi querido hermano».

Acompaña en el séquito papal al Pontífice otro de los protagonistas de la negociación: el «número dos» de la Secretaría de Estado, el arzobispo Angelo Giovanni Becciu, quien fue nuncio apostólico en Cuba y siempre ha mantenido relaciones cordiales y discretas con el presidente Raúl Castro.

Los regalos
El Papa Francisco le regaló al Patriarca Kirill de Moscú un relicario que contiene reliquias de San Cirilo, que estaban en la parroquia de San Clemente en Roma.

También le dio un cáliz y una patena hechos de plata. Estos obsequios llevan grabado “Regalo del Papa Francisco a Su Santidad el Patriarca Kirill”.

El último presente fue la encíclica Laudato Si´ autografiada y encuadernada en cuero blanco.

Por su parte el Patriarca Kirill le regaló al Papa una réplica de la imagen de la Virgen de Kazán.
(Andrea Tornielli / La Stampa / BBC/aciprensa)