domingo, 28 de febrero de 2016

febrero 28, 2016
Paolo Conti / Repubblica

Vamos a empezar con dichos populares contradictorios: "Año bisiesto, año funesto", "Año bisiesto, ni pesca, ni esposa ni injerto", absolutamente al revés de "En año bisiesto / se llena la bolsa y el barril". Además, según una tradición que se originó en el siglo V, en Irlanda las mujeres pueden declarársele a los hombres el 29 de febrero. En 2016 hay 29 de febrero, así que estamos en el centro de un año bisiesto, una anomalía que se da cada cuatro años.

Sosígenes y el nuevo calendario

Todo comenzó en el 46 a. C. (el 708 de la fundación de Roma), cuando Julio César, en su calidad de pontífice máximo, siguiendo las explicaciones científicas de Sosígenes, astrónomo de Alejandría, presentó el nuevo calendario, que por su nombre se  llamó "juliano", año que consta de 365 días y, cada cuatro años, un año de 366 días. La necesidad es técnica, para recuperar las horas con respecto al año solar, que tiene una duración de 365 días y 6 horas. La adición de un día para los años bisiestos es sólo para volver a alinear el calendario -vamos a llamarlo "humano"- con el año natural.

Otras curiosidades históricas

Ilustración del 29 de febrero en Irlanda, cuando las mujeres pueden declararse a los hombres, por eso éstos se ponen letreros para ahuyentarlas.

De acuerdo con el actual calendario gregoriano, después del nacimiento de Cristo son años bisiestos aquellos cuyo número es divisible por 4. Pero los números divisibles entre cien (1800, 1900) son bisiestos, pese a que no sean divisibles por cuatrocientos (2000 fue un año bisiesto al cumplirse las dos reglas). Antes de que hubiera ninguna regla fija, la norma fue reglamentada por  decisiones políticas. Octavio Augusto, en el oaño 8 d. C. impuso la decisión del salto anual, para esclarecimiento de la situación. El primer año bisiesto fue el 45 a.C. Y ese principio complicó las cuentas para que el equinoccio de primavera cayera en el 25 de marzo. Después de los muchos errores acumulados en el pasado, era necesario alargar el año 85 días. Por lo que se inventaron dos nuevos meses entre noviembre y diciembre del año anterior, uno de 33 días y el otro de 34. De hecho, al 46 a.C. duró 445 días, y fue llamado con razón "annus confusionis" (es decir, "el año de la confusión"). (Enlace a años con 30 de febrero)

¿Qué significa la palabra "bisiesto"?

Siempre hay que volver a Roma y la reforma puesta en marcha por Julio César. El término proviene del latín "bisextus", "dos veces sexto". El uso romano preveía el recuento en dos ocasiones en los años bisiestos del sexto día antes de las calendas de marzo, es decir, el 24 de febrero. "Doble el sexto día", de aquí "bisiesto". En épocas posteriores, cuando comenzó a contarse los días del mes a partir del día primero, el día "dos veces sexto" en febrero se convirtió en el 29. Y así quedó.

La anomalía genera personajes extraordinarios

Los nacidos el 29 de febrero tienen su verdadero cumpleaños sólo cada cuatro años. Pertenecen a esta lista el Papa Pablo III (nacido en ese día en 1468), Gioacchino Rossini (1792), el gran pintor Balthus (1904), el actual Patriarca de Constantinopla, Bartolomé II (1940), el cantante argelino Khaled (1960), el rapero Ja Rule (1976). Todos protagonistas en su campo, unidos por la rareza del registro.

Supersticiones y predicciones catastrofistas

Por supuesto, los años bisiestos son grandes imanes para la superstición y las predicciones catastróficas. Muchos recordarán que en el año bisiesto anterior algunos pseudo-astrólogos hablaron largo y tendido de una profecía maya según la cual el 21 de diciembre del año siguiente pasaría un evento radical de proporciones mundiales. Algunos sostenían la tesis "definitiva" del fin del mundo. Otros, de una profunda transformación espiritual de la humanidad, algunos evocaron escenarios apocalípticos, paralelos a la desaparición de la mítica Atlántida. En 2012, esta era la única verdad, conectada de una inferencia errónea a partir de uno de los ciclos (B'ak'tun) del calendario maya. Por supuesto, no sucedió nada, de hecho estamos hablando aquí acerca de este nuevo año bisiesto 2016, cuatro años más tarde. Todos sanos y salvos.

Materia poética

Por último, hay una pista literaria hermosa. El gran poeta brasileño Pedro Nava, que murió en 1984, situó en medio de su "Poema Bisiesto" la angustia de los que nacieron el 29 de febrero y esperan un  cumpleaños que nunca llega. Una metáfora de las expectativas de reforma en su país. Y, en conjunto, la historia de los que se sienten "nacidos" cada cuatro años. Pero Pedro Nava nació un día trivial, el 5 de junio de 1903. La suya fue una invención del artista, le fascinaba la anomalía del 29 de febrero.