domingo, 21 de febrero de 2016

febrero 21, 2016
LA PAZ, Bolivia, 21 de febrero.- Los sondeos en boca de urna pronosticaban anoche una situación inédita para Evo Morales: la derrota electoral. Mientras avanzaba con lentitud el recuento, dos consultoras privadas otorgaban un ajustado triunfo del no en el referéndum celebrado ayer en Bolivia para determinar si el presidente podía aspirar a una nueva reelección.

Según un sondeo de la consultora Ipsos, el no a la reforma constitucional se impuso por un 53,2% frente al 47,7% del sí. Por su parte, la consultora Equipos Mori reflejaba una mínima ventaja de los votos en contra de extender a tres mandatos consecutivos la reelección presidencial (51% frente al 49%).

Los resultados preliminares del referendo a favor de una nueva postulación del presidente Evo Morales dejaban en la incertidumbre a Bolivia tras una ligera ventaja a favor del “NO” a la reelección del mandatario en los comicios de 2019, al cerrar una jornada electoral tranquila este domingo 21 de febrero. (AFP)

Los primeros datos oficiales ofrecidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) otorgaban 63% al no, con menos del 5% de los votos escrutados. Los datos eran insuficientes para declarar un resultado oficial.

El vicepresidente Álvaro García Linera afirmó, sin embargo, que hubo un "empate técnico" e indicó que las cifras oficiales podrían variar con respecto a las encuestas.

Evo votó en la región cocalera del Chapare, en el centro del país, desde donde saltó a la política, con llamados a "batir el récord" de participación en las urnas.

"Mi gran deseo es que podamos batir el récord de 2009 en el que ha participado un 96% [de los electores]. Quisiéramos ahora pasar esa cifra, sería un día histórico que por primera vez con el voto del pueblo se modifique la Constitución y saber si me quieren o no", dijo el líder aymara.

Según el presidente, Bolivia "está en la mira de los medios internacionales porque es otra forma de gobernar con el pueblo, y eso es lo importante. Cualquier consulta donde el pueblo participa es lo mejor".

En una consulta en la que el voto era obligatorio, unos 6,5 millones de bolivianos debían pronunciarse sobre la reforma del artículo 168 de la Carta Magna, que autorizaría a Morales a postularse a un nuevo mandato de cinco años en 2019. De ganar esas elecciones, podría gobernar hasta 2025.

El gobernante socialista, que inició su primer mandato en 2006 y ha sido reelegido dos veces, tiene el récord de permanencia en el poder desde la independencia de Bolivia en 1825, y es el presidente que más tiempo lleva en el poder en la región.

De confirmarse la derrota en el referéndum, se sumaría a una serie de reveses que sufrieron los gobiernos afines al "socialismo del siglo XXI" en los últimos meses, luego de las derrotas electorales del chavismo en Venezuela y del kirchnerismo en la Argentina, y la cada vez más complicada situación del ecuatoriano Rafael Correa.

Campaña

Hasta la semana pasada, los partidarios y detractores de la reforma constitucional estaban empatados en las encuestas, pero la campaña electoral se le complicó al mandatario boliviano por unas acusaciones de corrupción.

Evo, de 56 años, se vio afectado por un escándalo por supuesto tráfico de influencias en favor de la empresa china CAMC, en la que su ex pareja, Gabriela Zapata, trabaja como gerente comercial. La compañía logró contratos públicos por unos 560 millones de dólares, lo que ha llevado a la Contraloría (Tribunal de Cuentas) y al Congreso a investigar el asunto.

Evo Morales negó cualquier delito de tráfico de influencias a favor de su ex pareja, con quien tuvo en 2007 un hijo que luego falleció. Unos hechos que hasta hace unos días eran desconocidos en Bolivia.

El mandatario, primer indígena en llegar a la presidencia de Bolivia, también se vio afectado en la campaña electoral por las consecuencias de un ataque el miércoles pasado a la alcaldía de El Alto, ciudad vecina de La Paz en poder de la oposición. En el ataque y posterior incendio murieron seis personas.

Los opositores atribuyeron el ataque a miembros del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), pero los oficialistas acusan a la alcaldesa Soledad Chapetón por no responder a las demandas de los vecinos y por querer victimizarse para cobrar protagonismo político.

Bolivia vivió una jornada electoral pacífica, salvo un incidente aislado de quema de urnas, para definir si el presidente Evo Morales, en el poder desde 2006, podía presentarse a una nueva reelección, que le permitiría gobernar hasta 2025.

La presidenta del TSE, Katia Uriona, dijo que la jornada de votación "se desarrolló con absoluta normalidad", a excepción de ese "caso aislado" en Santa Cruz (en el este del país), donde unos electores molestos por los retrasos quemaron urnas electorales vacías. El TSE anunció que la votación en los dos colegios electorales afectados se realizará el próximo 6 de marzo.

A pesar de esos hechos aislados, la misión electoral de Unasur dijo en un comunicado que la votación se desarrolló "en un clima de absoluta tranquilidad". En los mismos términos se pronunció la misión de observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En La Paz hubo un forcejeo entre ciudadanos de bandos contrarios cuando votaba en un colegio el vicepresidente García Linera. Un grupo de ciudadanos expresó a gritos su oposición a la reforma constitucional. (La Nación con AP, AFP, EFE y Reuters)