miércoles, 11 de noviembre de 2015

noviembre 11, 2015
CABO CAÑAVERAL, Florida / NATIONAL HARBOR, Maryland, 11 de noviembre.- La AP informa: Un equipo científico reveló el miércoles la presencia de un planeta rocoso en nuestra galaxia.

Los astrofísicos dieron al nuevo mundo el nombre GJ 1132b por la estrella pequeña que orbita.

Aunque la temperatura puede alcanzar los 230 grados centígrados (450 Fahrenheit) en ese planeta, tiene una atmósfera espesa tipo venusina.

El planeta GJ 1132b está apenas a 39 años luz de distancia, dentro del alcance del Telescopio Espacial Hubble.

Un equipo dirigido por Zachory Berta-Thompson, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, descubrió el planeta en mayo utilizando telescopios en Chile. Él y sus colegas reportan su descubrimiento en la edición online del 11 de noviembre de la revista Nature.


Los científicos dicen que el exoplaneta —como se denomina a los planetas fuera de nuestro sistema solar— es demasiado caluroso como para soportar la vida.

"Si descubrimos que este lindo planeta caliente ha logrado mantener su atmósfera durante miles de millones de años, es buen presagio para el objetivo a largo plazo de estudiar planetas más frescos que pudieran albergar vida", dijo Berta-Thompson en una declaración.

Berta-Thompson y sus colegas calculan que GJ 1132b tiene un diámetro de 14.700 kilómetros (9.200 millas), poco más que la Tierra. Pero se cree que su masa es 60% mayor.

La estrella a la que circunda —GJ 1132— es una enana roja de una quinta parte del tamaño del Sol. El planeta la orbita a poco más de 2 kilómetros y por eso es tan caluroso.

"Nuestro objetivo es hallar una melliza de la Tierra", comentó el astrónomo David Charbonneau, del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica, uno de los autores, "pero de paso hallamos una melliza de Venus".

En otro artículo en Nature, Dake Deming, de la Universidad de Maryland, que no participó en el estudio, dijo que los astrónomos podrán estudiar el nuevo planeta con "una fidelidad sin precedente" dada su proximidad y el tamaño reducido de su estrella. Por eso lo considera "posiblemente el planeta más importante hallado fuera del sistema solar".

V774104

José Manuel Nieves, en abc.es, informa: A muchos les parecerá increíble, pero lo cierto es que nuestro Sistema Solar, el rincón que ocupamos en el Universo, guarda aún un buen número de sorpresas. Y una de ellas, un nuevo planeta, acaba de ser revelada por un grupo de astrónomos de la Institución Carnegie en Washington. Se trata de un objeto de entre 500 y 1.000 km de diámetro y que se encuentra tres veces más lejos del Sol que Plutón. De hecho, es el cuerpo más lejano descubierto hasta ahora dentro de nuestro propio sistema planetario. A la espera de un nombre, el nuevo miembro de nuestra familia planetaria ha sido designado como V774104 (Science).

Hará falta otro año completo de investigación para determinar con exactitud la órbita del nuevo mundo y sus demás características, aunque según sus descubridores, el objeto podría llegar a incluirse dentro de una clase emergente de «objetos extremos» del Sistema Solar, con extrañas órbitas que hacen pensar en la influencia oculta de planetas ocultos aún mayores o, incluso, de otras estrellas cercanas.

«No podemos explicar las órbitas de esta clase de cuerpos a partir de lo que sabemos del Sistema Solar -explica Scott Sheppard, astrónomo de la Institución Carnegie, que anunció hoy el hallazgo durante una reunión de la Sociedad Astronómica Americana-. Actualmente, V774104 está a 15.400 millones de km. del Sol. O lo que es lo mismo, a 103 Unidades Astronómicas (UA)». Una UA es la distancia que separa la Tierra del Sol, y equivale a 150 millones de km. V774104, pues, está mucho más lejos del Sol que cualquier otro mundo conocido. Sheppard hizo su descubrimiento utilizando el telescopio japonés de 8 metros Subaru, en Hawaii.

Mundo helado u objeto interno de Oort

Según cuál sea su órbita, el nuevo planeta enano podría ser incluído en dos «clubs planetarios» diferentes. Si su recorrido le llevara, en algún momento, a estar más cerca del Sol, podría ser incluído en el grupo relativamente común de mundos helados cuyas órbitas están determinadas por la influencia gravitatoria de Neptuno. Pero si por el contrario su órbita nunca le llevara a acercarse al Sol, entonces entraría a formar parte directamente del exclusivo club al que, por ahora, solo pertenecen otros dos miembros: Sedna y 2012 VP113.

De hecho, estos dos planetas enanos nunca se acercan al astro rey a menos de 50 Unidades Astronómicas, y sus alargadas órbitas les llevan incluso a distancias superiores a las 1.000 UA. Sheppard los llama «Objetos internos de la nube de Oort», para distinguirlos de los cuerpos helados del Cinturón de Kuiper, más cercanos, a distancias de entre 30 y 50 UA. La nube de Oort es una enorme región esférica densamente poblada de objetos y que rodea por completo al Sistema Solar, a miles de UA de distancia, marcando sus fronteras externas y el límite de la influencia gravitatoria del Sol.

Una fuerza de origen desconocido

Uno de los aspectos más interesantes de los objetos del interior de la nube de Oort es, precisamente, que la excentricidad de sus órbitas no puede ser explicada a partir de la estructura conocida del Sistema Solar. De hecho, los astrónomos están convencidos de que debe haber «algo más» que perturbe esas órbitas hasta tal punto. Algo como un planeta gigante aún no descubierto que «duerma» en lo más profundo de la nube, quizá un mundo expulsado hace miles de millones de años del Sistema Solar interno y que aún permanezca en las proximidades, afectando con su enorme masa a las órbitas de los objetos cercanos.

Otras teorías sugieren que, a esas distancias, los posibles planetas (y sus órbitas) podrían verse afectadas por la fuerza gravitatoria de otras estrellas cercanas. Y hay incluso quien afirma que las fuerzas gravitatorias que aún actúan en el Sistema Solar podrían proceder de la lejana época en la que el Sol se formó, cuando el «proto Sol» estaba rodeado de otros «viveros estelares» que podrían haber aportado los «codazos gravitatorios» necesarios para determinar los movimientos que observamos en la actualidad.

En cualquier caso, hasta que Sheppard y su equipo sean capaces de determinar con exactitud su órbita, no sabremos hasta qué punto V774104 es interesante. Lo que ya es indiscutible es que el nuevo mundo ya tiene el mérito de ser, por ahora, el objeto más distante descubierto hasta ahora en el Sistema Solar.