miércoles, 11 de noviembre de 2015

noviembre 11, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 11 de noviembre.- Dice hoy Por Esto!, piadoso medio peninsular: "Presbiterio cierra filas" y "Presbiterio yucateco respalda a su pastor" (Monseñor Gustavo Rodríguez Vega, arzobispo de Yucatán), en su decisión respecto al Instituto Patria. Si lee usted bien todo lo publicado, los únicos que han apoyado a Monseñor Gustavo son Monseñor Berlie y "una fuente eclesiástica"*. Y Berlie rápido, en el aropuerto, y no apoyó realmente. Dijo "respeto".

El aviso parroquial (enlace) se leyó el domingo en María Inmaculada y Nuestra Señora del Líbano.

Inventa Por Esto!: Los sacerdotes de Yucatán cierran filas en torno a la decisión de Monseñor Gustavo de deslindarse del Instituto Patria ante la negativa de los socios de ceder esa institución a la Arquidiócesis de Yucatán. Recurrentes intentos de ésta concluyeron en abrupta y grosera negativa de los directivos del centro escolar, que “han abusado y utilizado el nombre de la Iglesia para enriquecerse”.

El Arzobispo Emérito, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, dijo: "Respeto lo que decida y haga el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega; por eso les pido que me disculpen, pero no puedo opinar más sobre ese tema".

Por su parte, directivos del Instituto Patria responden a la Arquidiócesis de Yucatán mediante un comunicado difundido en varios medios (enlace a nota aparte).

Captura de pantalla del aviso parroquial.

La ex gobernadora Dulce María Sauri Riancho, en cuya administración se vendieron los terrenos para la construcción del Instituto Patria, lamentó los problemas administrativos y legales que se han generado en ese centro educativo y que ha llevado incluso a la ruptura con la Arquidiócesis de Yucatán, pero señaló que existe una cláusula en el contrato original que impide que se desvirtúe el origen del proyecto.
Dijo no recordar el monto por el que su administración vendió los terrenos a la asociación civil que se conformó en aquel tiempo, a través de la entonces Comisión Ordenadora del Uso del Suelo del Estado de Yucatán (Cousey), pero aseguró que los documentos deberían estar en los archivos del ahora Instituto de Vivienda de Yucatán (IVEY), sucesora de la Cousey.

Sauri Riancho comentó que en su administración recuerda que se vendieron también superficies de terrenos a otras instituciones educativas y asociaciones civiles, como las comercializadas para levantar la primera etapa de la Universidad Marista; también para el Piaget; para la construcción de la Asociación Dental Mexicana y el Centro Deportivo y Social del Frente Único de Trabajadores del Volante, entre otros.

Sostuvo que fueron varias asociaciones civiles a las que la Cousey les vendió terrenos en esa zona y observó que siempre se estableció una cláusula que garantizara que esas superficies no se destinarán para otro fin que no fuera el que estaba establecido en el proyecto original.

La ex mandataria resaltó que esa especie de “candado” se estableció precisamente para evitar la especulación de las tierras y otros usos que pudieran ser ajenos al contenido del proyecto original.

Antecedentes

El Instituto Patria es operado desde hace varios años por David Abraham Achach y su esposa Susana Aguilar Covarrubias, quienes encabezan la directiva de la escuela en la que el presbítero Álvaro GarcíaAguilar fungía como rector.

El inmueble, los bienes muebles y demás activos están a nombre de la asociación civil que está conformada también por el Ing. Mario Erosa Burgos y su esposa Effy Farah Martín, así como por María Elena Sosa Roche.

David y su esposa Susana administraban los donativos que en nombre de la Iglesia Católica se solicitaban y eran proporcionados por distintas personas, empresarios y/o asociación a través del padre Álvaro García Aguilar.

Desde hace algunos años el Arzobispo, hoy Emérito, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, pidió al padre García Aguilar que la propiedad de la escuela pasara de la asociación civil a la asociación religiosa de la Arquidiócesis. El padre García le fue dando largas al asunto hasta que finalmente accedió. Entonces trabajó para concretar la cesión. Varios socios, como Erosa Burgos y Farah Martín estuvieron de acuerdo, pero no sucedió lo mismo con David Abraham y su esposa Susana Aguilar.

Durante este proceso el padre García condicionó y/o pidió que se pusiera como vicerrector al padre Jorge Herrera .El Arzobispo Berlie Belaunzarán accedió, no obstante que se sabía que ese sacerdote había tenido problemas serios en el Instituto Patria; sin embargo, esta situación duró poco porque García y Herrera entraron en conflicto por asuntos administrativos de la parroquia María Inmaculada y el segundo fue transferido durante 3 meses a la ciudad de Guadalajara, donde vivió en una casa de recuperación especializada en sacerdotes denominada “Casa Alberione”, espacio donde los curas son internados para luchar contra sus adicciones, alteraciones emocionales y psicológicas.

En el proceso de convencer a los directivos para que el Instituto Patria fuera transferido a la asociación religiosa de la Arquidiócesis, el padre Álvaro García firmó una carta en la que estaba de acuerdo de que así sucediera; como testigo fungió el Arzobispo Emilio Carlos y como abogado en estas gestiones estuvo Javier Acevedo Macari; sin embargo, cuando se presentó el compromiso al Sr. David Abraham Achach se negó a firmarlo.

En un sábado de mayo último se llevó a cabo una reunión en casa del Arzobispo Emilio Carlos en la que participaron el párroco Joaquín Vázquez Avila, como Vicario General del Arquidiócesis: el padre Oscar Cetina, Ecónomo de la Arquidiócesis, Álvaro García, como rector del Instituto Patria; Jorge Carlos Estrada Avilés, como abogado, y el propio Emilio Carlos. En esa reunión, el Arzobispo pidió al Sr. David Abraham y a su esposa Susana Aguilar Covarrubias que había que cederle el Instituto Patria a la asociación religiosa de la Arquidiócesis de Yucatán.

Sin embargo, el matrimonio fue contundente en su negativa. Quienes participaron en esa reunión reportaron que el tono de la respuesta rayó en la grosería, al grado que Estrada Avilés le recordó a la Sra. Susana Aguilar que estaba hablando con un sacerdote, el Arzobispo de Yucatán. Ese fue el último intento antes de los hechos públicos registrado el pasado domingo.

A su llegada, el nuevo Arzobispo Gustavo Rodríguez Vega, se reunió con los abogados Javier Acevedo Macari, Mauricio Tappan Repetto y Jorge Vega Carrillo, quienes lo pusieron al tanto del caso.

El nuevo Arzobispo, en un intento más por resolver el caso, recurrió al empresario libanés José Chapur Zahoul, quien durante la plática le dio a entender que David Abraham Achach no iba a ceder a las pretensiones de la Arquidiócesis.

Finalmente, en el mes de agosto, los asesores jurídicos de la Arquidiócesis le presentaron al Arzobispo dos opciones:
Demandar penalmente a los socios que detenta el Instituto Patria y/o deslindarse del asunto.

Monseñor Berlie

—En su momento hice lo que tenía que hacer; hoy, respeto lo que decida y haga el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega; por eso les pido que me disculpen, pero no puedo opinar más sobre ese tema, manifestó ayer el Arzobispo Emérito, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, sobre el escándalo que rodea al Instituto Patria.

Como se informó ayer, en una carta leída el pasado domingo en dos iglesias, se detallan las gestiones que llevaron a cabo tanto Mons. Álvaro García Aguilar, su fundador y rector, como Mons. Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, a fin de que la asociación civil que administra esa institución educativa sea transferida a la Arquidiócesis.

Monseñor Berlie Belaunzarán fue entrevistado cuando caminaba rumbo a la sala de última espera y abordar el vuelo 421 de Aeroméxico a la capital del país, con el fin de asistir al encuentro de obispos en el que se hará una revisión de la agenda de la próxima visita del Papa Francisco a nuestro país el año entrante.

El Arzobispo Emérito planeaba viajar a las 12:40 horas en el vuelo 2526-2527 de Interjet, que estaba retrasado, pero decidió cambiar su vuelo aprovechando que uno estaba a punto de despegar.

Dr. Mario J. Dondé Castro

"Ha sido vox populi por mucho tiempo en nuestra sociedad las patéticas condiciones laborales en que han tenido que sobrevivir los trabajadores del Instituto Patria. Para nadie son desconocidos los bajísimos sueldos, los pagos de nómina eternamente atrasados, el pago de salarios en forma de becas para los hijos, el despotismo de la administración, etc. Nadie se ocupó nunca del problema de todos sabido, desde luego ni siquiera el Sr. Rector ni el ex Arzobispo, que jamás movieron un dedo al respecto.

"¡Qué bueno que ahora se pretenda poner orden en esa mala administración! Lo lamentable, que llama la atención, es que nuevamente las condiciones de los trabajadores no están en la mesa de discusiones: es el terreno, son los problemas económicos, es la tenencia de la propiedad, situaciones legales, etc. y nada más.

"Y yo me pregunto: ¿sigue vigente en esta época de neoliberalismo, aquella Doctrina Social de la Iglesia? Cuando la estudiamos en secundaria recuerdo que se mencionaba a un Papa León XIII. ¿Sigue siendo importante la persona humana, o todo se reduce a números y pesos?

Deprimente es el espectáculo que estamos presenciando", concluye el Dr. Dondé.

*Una fuente eclesiástica dijo a POR ESTO! que ven con tristeza la conducta tomada por quienes encabezan la directiva, pues “han abusado y utilizado el nombre de la Iglesia para enriquecerse”. Reiteró que la Arquidiócesis de Yucatán no busca ganar dinero, sino garantizar y perpetuar esa institución educativa.
(MTMM)