martes, 24 de noviembre de 2015

noviembre 24, 2015
MOSCÚ, Rusia, 24 de noviembre.- Putin envía a Siria al buque insignia de su flota del Mar Negro. Rusia protegerá sus aviones de guerra en Siria con el acorazado 'Moskvá' y escuadrones de cazas que los acompañarán en las misiones contra las milicias insurgentes y el Estado Islámico. "Primero: todas las misiones de la aviación de asalto se efectuarán solo bajo la protección de cazas", declaró el general Serguéi Rudskói, portavoz del Estado Mayor del Ejército, a medios locales. Agregó: "En segundo lugar: se adoptarán medidas para reforzar la defensa antiaérea" de los cazabombarderos rusos que operan en Siria.

"Con ese fin, el acorazado 'Moskvá', equipado con baterías antiaéreas Fort, similares a las S-300, ocupará la zona costera cercana a Latakia. Advertimos de que todos los objetivos que representen para nosotros una amenaza potencial serán destruidos", advirtió. Además, aseguró que "los contactos con Turquía por canales militares han sido suspendidos" tras derribar la Fuerza Aérea turca un cazabombardero ruso SU-24 que, según Ankara, había violado su espacio aéreo en la frontera con Siria, extremo que Moscú niega.

El presidente ruso, Vladimir Putin, habla con soldados rusos durante unas maniobras en la región de Orenburg, Rusia, el 19 de septiembre de 2015. (Reuters)

Pese a la contundente respuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, por el derribo de uno de sus aviones de combate por parte de Turquía, una ruptura de relaciones con Ankara es algo que parece poco probable.

"Si bien lo sucedido es un tremendo dolor de cabeza para Rusia, al punto de que se puede transformar en una verdadera pesadilla, ambos países tienen mucho que perder si se llegasen a plantear una ruptura de relaciones", indicó Famil Ismailov, editor del servicio ruso de la BBC.

Y es que de acuerdo con el periodista, no solo se trata de dos países con un dinámico intercambio comercial, que en 2014 ascendió a US$30.000 millones, sino de dos naciones líderes en sus regiones.

La OTAN "mantendrá el apoyo a Turquía"

La ONU pide "medidas urgentes", Barack Obama afirma que Turquía "tiene derecho a defender su espacio aéreo" y Vladimir Putin acusa a Ankara de "complicidad con los terroristas". El derribo por parte de las Fuerzas Aéreas turcas de un cazabombardero ruso que supuestamente habría violado su espacio aéreo cerca de la frontera turco-siria ha recrudecido el pulso entre Moscú y la OTAN. Tras una reunión de urgencia del Consejo del Atlántico Norte, máximo órgano decisorio de la Alianza, compuesto por los embajadores de los 28 aliados, la OTAN ha pedido "calma y una disminución [de la tensión]", pero asegura que "los aliados se mantendrán junto a Turquía". "Insto a la calma y a la desescalada de tensiones. Esto es una situación seria", ha declarado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien añadió que los aliados confirman la versión de Ankara.

Después de que Moscú haya negado haber violado el espacio aéreo turco, y preguntado por esta divergencia, Stoltenberg ha dejado claro que "varios aliados" confirman la versión del Gobierno turco, pero ha insistido en que "la diplomacia y la rebaja de la tensión son importantes para resolver esta situación".

Ayer por la mañana, las Fuerzas Aéreas turcas derribaron un cazabombardero ruso que terminó estrellándose en Siria, en la localidad turcomana de Bayirbucak, cercana a la frontera. De momento se desconoce la suerte de los pilotos, que según la cúpula militar turca lograron catapultarse del avión. Aunque algunas versiones apuntan a que uno de ellos habría sido capturado por fuerzas rebeldes que combaten al régimen sirio, un mando militar turcomano asegura que mataron a los dos pilotos cuando descendían en paracaídas. "Disparamos contra los dos pilotos cuando bajaban en paracaídas", ha declarado el subcomandante Alpaslan Celik, citado por la cadena CNNTürk. Rusia, por su parte, ha confirmado la muerte de uno de los dos pilotos del bombardero y de un segundo soldado ruso, tras ser abatido por los rebeldes sirios un helicóptero de rescate Mi-8.

Putin: Turquía es "cómplice de terroristas"
Vladimir Putin se ha sumado al cruce de recriminaciones al acusar a las autoridades turcas de ser "cómplices del terrorismo". "Este suceso se sale de los marcos de la lucha contra el terrorismo. Pero la pérdida de hoy está vinculada con un golpe que nos han dado a traición cómplices del terrorismo", ha afirmado el presidente ruso al reunirse con el rey Abdalá II de Jordania, según medios locales. Rusia, al igual que Damasco, define a todas las milicias opositoras que luchan contra Asad como "terroristas", pese a que muchas de ellas combaten también contra el Estado Islámico. Putin también ha asegurado que su país "no va a tolerar crímenes como el ocurrido" este martes.

Mientras, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lamentó el derribo, pero aseguró que su país tiene derecho a defender sus fronteras. "Lamentamos estos hechos, que tuvieron lugar como consecuencia de unas normas de intervención que habíamos declarado antes", dijo Erdogan durante un discurso en el palacio presidencial. "Lo hicimos todo para evitar este último incidente, todo el mundo debe estar seguro de eso", agregó.

Mientras el Kremlin defiende que "durante el vuelo, el avión permaneció todo el tiempo sobre el territorio de Siria, como quedó registrado en los radares", Ankara replica que el aparato fue derribado por dos cazas F-16 turcos porque violó su espacio aéreo y no hizo caso de 10 advertencias enviadas durante un lapso de cinco minutos. "Siguiendo las reglas de combate, a las 09:24 hora local (07:24 GMT), intervinieron dos cazas F-16 nuestros que se hallaban de patrulla en la zona", señala un comunicado de las autoridades turcas, que han anunciado que llevarán el caso a la OTAN y la ONU.

Horas después del suceso, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos -grupo opositor con sede en Londres- difundió que un helicóptero ruso había sido alcanzado por grupos armados sirios y había realizado un aterrizaje forzoso en un área controlada por efectivos del régimen de Asad en el norte de la provincia de Latakia (noroeste del país), una zona escenario de enfrentamientos entre los efectivos gubernamentales y distintas facciones de tendencia islamista, entre las que figura el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en el país. Una milicia rebelde que recibe del exterior misiles TOW estadounidenses ha difundido que sus combatientes han alcanzado el helicóptero.

Desde que Moscú lanzara en septiembre una operación en apoyo del régimen de Bashar al Asad, Turquía -que suministra apoyo financiero y armamentístico a las milicias opositoras suníes- ha denunciado en repetidas ocasiones violaciones de su espacio aéreo por parte de naves rusas y advertido a Rusia de que derribaría los aviones que volvieran a entrar sin autorización en su territorio. Ankara ya ha comenzado a presentar imágenes del rastro que dejó en los radares el Su-24 ruso para demostrar la supuesta violación de su espacio aéreo.

Un ataque "desde tierra"

El avión cayó en territorio sirio, en el norte de la provincia de Latakia, bastión del régimen de Asad y donde se encuentra la base rusa de Tartús, de gran importancia estratégica para Moscú. Se trata del primer aparato que pierde la agrupación de las Fuerzas Aeroespaciales rusas desde que comenzaron a bombardear territorio sirio bajo el paraguas de una supuesta operación contra el autodenominado Estado Islámico, aunque el 80% de sus ataques ha tenido como objetivo a los grupos opositores que combaten al régimen de Asad (según un análisis de la agencia Reuters basado datos del Ministerio de Defensa ruso).

"El avión volaba a 6.000 metros de altitud. Se está precisando la suerte que corrieron los pilotos, que según datos preliminares, lograron abandonar el aparato", ha declarado el Ministerio de Defensa ruso, que también asegura que el aparato fue derribado desde territorio sirio y por un ataque "desde tierra".

Otro escalón en la 'proxy war'

El derribo se produce después de que Turquía haya solicitado esta semana una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU por los ataques contra fuerzas rebeldes turcomanas en la vecina Siria y de que la semana pasada Ankara convocara al embajador ruso para protestar por el bombardeo de sus localidades. En los últimos tres días, unas 1.700 personas han huido de la zona montañosa en la frontera con Turquía por los combates, según reveló este lunes un responsable turco. Los aviones rusos han bombardeado el área en apoyo a las operaciones terrestres emprendidas por las fuerzas de Asad.

De nuevo, la guerra de Siria se erige como el ejemplo perfecto de una 'proxy war', una guerra donde las potencias combaten mediante terceros actores. Turquía apoya a los rebeldes turcomanos, al igual que Arabia Saudí, Qatar, Estados Unidos o Jordania han suministrado asistencia financiera y armamento a las milicias opositoras. En el bando opuesto, Rusia e Irán (que mantiene una 'guerra fría' con Arabia Saudí por el control de Oriente Medio) apoyan al régimen de Bashar al Asad.

El suceso también supone subir un escalón en la tensión entre Moscú y Ankara. El 3 de octubre, un avión ruso de misión en Siria violó el espacio aéreo turco y fue interceptado por la aviación, que le obligó a retirarse. El día 4, otro avión ruso penetró en el espacio aéreo turco en un suceso similar, por lo que el secretario de Estado de Exteriores turco volvió a citar al embajador ruso para pedirle explicaciones. Un día después, la OTAN convocó una reunión para evaluar la incursión, un hecho que la Alianza considera "inaceptable". Rusia reconoció entonces que uno de sus aviones violó el espacio aéreo turco y lo achacó a las malas condiciones meteorológicas, aunque garantizó que ya se habían tomado las medidas oportunas para que incidentes como ese no se repitieran en el futuro. El día 6, Turquía denunció la segunda violación en tres días de su espacio aéreo por parte de aviones militares rusos, lo que motivó una nueva queja diplomática. Finalmente, el 16, Ankara derribó un dron (avión no tripulado) cerca de la frontera con Siria. Funcionarios estadounidenses creen que el aparato era de origen ruso, según informaron fuentes del Gobierno de EEUU al diario 'The Washington Post' y la cadena CNN.

En marzo de 2014, Turquía derribó un caza de combate sirio después de que entrase en su espacio aéreo, según reconoció el entonces primer ministro, Recep Tayyip Erdogan. "Nuestro F-16 emprendió el vuelo y derribó ese avión. ¿Por qué? Porque si violas mi espacio aéreo, de ahora en adelante te golpearemos con fuerza", dijo el ahora presidente durante un mitin electoral. (Ángel Martínez / El Confidencial / BBC)