viernes, 20 de noviembre de 2015

noviembre 20, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

¿Tercera Guerra? El niñito le pidió a su padre: "Dime cómo es la Luna". Al señor le extraño esa petición. Le preguntó: "¿Por qué piensas que yo puedo decirte cómo es la Luna?". Explicó el pequeño: "Porque oí que mi mami le dijo al vecino: 'Que mi marido no te preocupe. No se dará cuenta de nada: siempre está en la Luna'". Don Poseidón recibió la visita del galancete que iba a pedirle la mano de su hija. Dijo el severo genitor: "Mi respuesta, joven, depende de su situación económica". Respondió el solicitante: "Me temo, señor, que hemos entrado en un círculo vicioso: mi situación económica depende de su respuesta". Doña Madana, mujer bastante entrada en kilos, por no decir que gorda, iba por la calle cuando se le acercó un vagabundo y le dijo con lastimera voz: "¡Señora! ¡Tengo tres días sin comer!". Con sincero entusiasmo le dijo la robusta mujer: "¡Lo felicito, buen hombre! ¡Ya quisiera yo tener su fuerza de voluntad!".Un amigo le preguntó a Babalucas: "¿Para qué sirve la grasa animal?". Replicó hecho una furia el badulaque: "¡Pos pa' engrasar, pendejo!". Un sultán le dijo a otro: "Tu favorita me gusta mucho, y quiero que me la vendas. Te pagaré su peso en oro". Pidió el otro: "Dame un mes de plazo". Inquirió el primero: "¿Para pensarlo?". "No -respondió-. Para engordarla". Una madura dama de la noche le preguntó a su compañera: "¿Ya no trabajas en la esquina de la calle 23 con la 14? ¡Es la mejor de la ciudad para hallar clientes!". Explicó la otra: "Mi hija cumplió 21 años de edad, y se la di de regalo". 

Hoy, el asalto yihadista al hotel Radisson de Bamako, Mali,  ha finalizado con al menos 27 personas muertas, según cascos azules de Naciones Unidas en Mali. Dos de los asaltantes han muerto.

Luego del lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki un entrevistador le preguntó a Churchill si podía avizorar con qué armas se combatiría en una eventual Tercera Guerra Mundial. "En la Tercera no sé -dijo sir Winston-. Pero en la Cuarta se combatirá con palos y con piedras". Hay quienes se preguntan si los sucesos que en estos días hemos visto, derivados de los actos de terrorismo habidos en París, desatarán una Tercer Guerra. Yo no lo creo, pero por si las dudas ya he dado instrucciones para que me tengan lista mi recámara en la vieja casona del Potrero de Ábrego, a donde me iré a refugiar en caso de que se acabe el mundo. De una cosa estoy seguro: el placer de viajar será de aquí en adelante menos placentero. Los Estados Unidos y Europa harán más severas sus medidas de seguridad, pues en cada extranjero verán un posible terrorista. Por otra parte quienes viajen lo harán bajo el temor constante de un ataque suicida o un bombazo en el aeropuerto, la calle, el teatro, el metro, la plaza pública, el museo o el restorán. En un reciente viaje que hice a Oriente no pude visitar Tierra Santa, destino previsto en mi itinerario, a causa de los sucesos de violencia registrados por esos días en Jerusalén. Afortunadamente tengo la dicha de vivir en la otra Tierra Santa que conoce el mundo: mi ciudad, Saltillo, y eso me sirve de consuelo. Esperaré el desarrollo de los actuales acontecimientos antes de trasladarme a Ábrego, donde seguiré a sus apreciables órdenes. Doña Panoplia de Altopedo, dama de buena sociedad, se sorprendió al ver que su amiga Gules encendía un puro. Le preguntó asombrada: "¿Desde cuándo fumas puro?". Respondió la amiga: "Desde que mi marido entró en la recámara y vio uno humeando en el cenicero del buró". El cliente llamó por teléfono, indignado, a la tienda que vendía artículos de catálogo. Reclamó con enojo: "Ustedes anunciaban un reloj con calendario. Pedí uno y lo pagué, y el reloj que recibí no tiene calendario". Le informó el encargado: "Por correo le estamos enviando uno de la Virgencita de Guadalupe"... Un hombre fue acusado de bigamia, pero el juez lo absolvió por falta de pruebas. Le dijo al individuo: "Ya puede usted irse a su casa con su esposa". Preguntó el tipo: "¿Con cuál de las dos?". Doña Macalota, la esposa de don Chinguetas, estaba en la ducha cuando de pronto se abrió la puerta del baño y entró Famulina, la joven y linda criadita de la casa. La muchacha iba en estado natural, quiero decir en traje de Eva, nuda, corita, completamente en peletier. Boquiabierta le preguntó doña Macalota: "¿Qué haces?". "¡Ay, perdone usted, señora! -se disculpó llena de confusión la chica-. ¡Pensé que el que se estaba bañando era el señor!". FIN.