jueves, 26 de noviembre de 2015

noviembre 26, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

Acuerdos ilícitos. El padre Arsilio les preguntó a las señoras de la clase de Biblia: "¿Cuál es la diferencia entre adulterio y fornicación?". Una de las asistentes se inclinó sobre su compañera y le dijo al oído: "Pienso que no hay ninguna diferencia. Yo he hecho las dos cosas, y se siente exactamente lo mismo". Himenia Camafría, madura señorita soltera, llegó a la tienda de departamentos y preguntó: "¿Hoy es la venta de empleados?". "Sí" -le respondió el gerente. Pidió la señorita Himenia: "Quiero aquel alto, moreno, de bigotito". Una actriz de Hollywood produjo una película y actuó en el film. A fin de obtener el papel tuvo que acostarse con ella misma. Hace unos días regresé a la Facultad de Derecho, mi casa de estudios en la UNAM. La talentosa doctora Leoba Castañeda Rivas, primera directora en la centenaria historia del plantel, me invitó a hablar ante los maestros y alumnos de la prestigiosa institución. Mi charla se tituló "México derecho". En ella hablé de la necesidad de que todos, gobernantes y gobernados por igual, ajustemos nuestros actos a los dictados de la ley. Sólo así, dije, México será un estado de derecho, no de desecho. Los numerosos asistentes me perdonaron ese infame juego de palabras, y al terminar me aplaudieron de pie. Mi profesión original es la del abogado, y eso nunca se quita. Recuerdo todavía algunos aforismos pertenecientes al antiguo derecho romano, en los cuales se basan los principios de la legalidad y la justicia. Quienes se apartan de tales prescripciones corren el riesgo de que sus actos sean anulados. He aquí tres de esos apotegmas. Los cito de memoria con riesgo de incurrir en equivocación. Escribió Papiniano: "Ius publicum privatorum pactis mutari non potest". El derecho público no puede ser modificado por convenciones de particulares. Dice el Codex: "Ea quae contra leges fiunt, pro infectis habenda sunt". Los actos que se hacen en contra de las leyes se tienen por no realizados. Ulpiano decretó: "Quis lucrum capit ex persona, eius factum prestare debet". Quien obtiene provecho del acto (ilegal) de una persona, debe responder junto con ella de esa acción".

Dos compadres del ahora exgobernador Rodrigo Medina hicieron un negocio redondo aprovechando la llegada de la armadora coreana Kia Motors. En 2013, la empresa Inmobiliaria Galord adquirió un terreno en Pesquería en 55.3 mdp. Sólo 15 meses después, lo vendió al Gobierno de Medina en 186.4 mdp, y que el Estado concedió como incentivo a Kia. La inmobiliaria fue creada un mes antes de la compra del terreno por los dos compadres de Medina: Bernardo Castillón Gómez y Juan Manuel García Cañamar, que también son sus compañeros de golf. (Reforma)

Las tres sentencias anteriores son aplicables a la controversia que ha surgido entre la empresa coreana Kia Motors y el nuevo Gobierno estatal de Nuevo León. Sucede que Rodrigo Medina, el anterior ejecutivo, otorgó a esa empresa ventajas exorbitantes con tal de que se estableciera en su estado. El convenio hecho por él con esa empresa es más que leonino en perjuicio de Nuevo León. El entonces gobernador lo firmó excediéndose notoriamente en sus facultades. Con sobra de razón el nuevo gobierno ha impugnado esos ilícitos acuerdos. Ahora la empresa coreana exige certidumbre jurídica a la administración, y pide que se respeten las cláusulas de confidencialidad establecidas. Ningún acuerdo de confidencialidad es válido cuando está de por medio el interés público. Se trata aquí de bienes del estado, de dinero de los contribuyentes. En tratándose de ellos ninguna autoridad puede poner límites a las leyes sobre transparencia y convenir cláusulas confidenciales -vale decir secretas- con un particular. Entiendo que por su parte las empresas coreanas están sujetas a estrictos códigos de ética que castigan con severidad cualquier acción que tenga visos de ilegalidad. En este caso hay muchas ilegalidades que se pueden echar abajo. Por su propio interés la empresa coreana debe dialogar con el nuevo gobierno en vez de litigar con él, pues desde el punto de vista del derecho lleva las de perder. Los empleos que ofrece crear no son dádiva graciosa que concede: la misma empresa necesita esos trabajadores. Reciba pues la Kia esta asesoría jurídica gratuita que le ofrece -sin lucro indebido ni cláusulas de confidencialidad- un abogado huizachero que no ha olvidado los conocimientos adquiridos en su Facultad. Una curvilínea rubia se presentó en la mueblería y le dijo al empleado que la atendió: "La semana pasada compré aquí una cama individual. Quiero cambiarla por una matrimonial". "La felicito, señorita -le dijo el empleado-. ¿Va usted a casarse?". Respondió la rubia: "No. Voy a ampliar el negocio". FIN.