viernes, 30 de octubre de 2015

octubre 30, 2015
ROMA, 30 de octubre.- ¿Tendrá Papa Francisco algo que ver con la renuncia de Marino? A la pregunta de Corrado Formigli, conductor de Piazza Pulita, Roberto D'Agostino no tiene dudas: "Desde que Marino consiguió el número de Bergoglio, lo llamaba todos los días, cada cinco minutos, para preguntarle cómo estaba, con un propósito: quería ser el médico del Papa, que estaba furioso". D'Agostino dice que él hubiera cambiado de número.

(Ver también El alcalde de Roma, Ignazio Marino, se coló al viaje del Papa y lo hizo enojar)

Y es que el alcalde de Roma, Ignazio Marino, es cada vez más noticia: retiró su renuncia al cargo presentada el 12 de octubre, una decisión que sumió a la capital de Italia en el caos político.

El anuncio fue hecho sin contar con el apoyo de su formación política, el Partido Democrático, que le exige su renuncia.

El alcalde Marino firmó la carta en la que retira su renuncia dentro del plazo que la ley italiana admite de tres semanas.
Marino (corbata azul) rodeado de reporteros tras retirar su dimisión a tres días de que se hiciera efectiva. Sus partidarios corean: ¡Marino, resiste! (Repubblica)
Marino, uno de los políticos más impopulares de Italia, sufrió fuertes presiones para que dimitiera, acusado de haber usado fondos municipales para cenas privadas, pese a ser considerado una persona honesta, víctima de un conspiración.

Electo en 2013 por un periodo de cinco años, acosado por una campaña de desprestigio inédita, abandonado por su partido, la mayor formación del país de centro izquierda, la permanencia de Marino en su cargo genera reacciones encontradas.
"Una payasada", comentó la oposición de derecha, que aspira a que se convoquen elecciones anticipadas para mayo próximo.
La salida de Marino del ayuntamiento era considerada indispensable para sacar a Roma del caos en que se encuentra debido a la incuria, las deudas y los escándalos por corrupción en los que están involucrados exponentes de todos los partidos.

Con su decisión, Marino desafía al PD, formación que deberá votar una moción en contra de su alcalde y retirar en masa a sus miembros de la junta municipal.

La crisis política en el ayuntamiento de la mayor ciudad italiana, a poco más de un mes del Jubileo convocado por el papa Francisco y que atraerá a millones de peregrinos de todo el mundo, preocupa a las autoridades nacionales.

El alcalde perdió el apoyo del jefe de gobierno, Matteo Renzi, líder también del PD, quien antes de partir para una gira por varios países de América Latina, que se concluye este jueves, lo había invitado a evitar reconsiderar su renuncia y no lo quiso recibir, un gesto de desprecio que irritó a Marino.

Antes de la eventual disolución del ayuntamiento, para lo cual es necesario que dimitan la mitad más uno de sus 48 miembros, lo que no está garantizado, Marino quiere ilustrar los logros obtenidos, justificar sus errores y rehabilitar su imagen.

Durante los últimos días, grupos de ciudadanos han realizado manifestaciones espontáneas de apoyo a Marino y más de 30 mil personas firmaron un pedido on-line para que permanezca en la alcaldía al considerar que se atrevió a desafiar los llamados "poderes fuertes": política, mafia y curia.

La voluntad de alcalde de hacer "limpieza", de combatir la ilegalidad y la corrupción, le valió muchos enemigos: desde los grandes constructores, pasando por los dueños de restaurantes y taxistas, hasta los ausentistas y burócratas.  

Médico especializado en trasplantes, exsenador del PD, Marino ha sido atacado por todos los frentes, personal, político, administrativo y judicial, aunque la fiscalía de Roma precisó la semana pasada que no está siendo investigado por ningún delito. (Repubblica / AFP)