jueves, 15 de octubre de 2015

octubre 15, 2015
NUEVA YORK, 15 de octubre.- La retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán es un quiero y no puedo. El presidente Barack Obama no quiere "una guerra sin fin", pero ha vuelto a cambiar el paso del calendario previsto para abandonar el país. Con el anuncio de que los 9.800 efectivos que están desplegados permanecerán en el terreno "durante la mayor parte de 2016", el Comandante en Jefe estadounidense retrasa por segunda vez el repliegue.

El anuncio de que no se reducirán las tropas a 5,500 efectivos como había acordado el pasado mes de marzo tras la visita del presidente afgano Ashraf Ghani (o los 1.000 que se preveían hace un año) persigue el "progreso duradero" en Afganistán y es vital para la seguridad de Estados Unidos. Esta decisión es fruto de una revisión de la situación en Afganistán que sigue siendo "muy frágil y en algunos lugares corre el riesgo de deteriorarse". Los talibán han expandido su influencia a más zonas del país; entre ellas, Kunduz.

En su comparecencia ante los medios, Obama ha asegurado que la misión de los soldados desplegados "no cambiará. Nuestras tropas seguirán persiguiendo dos objetivos: entrenar a las fuerzas afganas e ir detrás de Al Qaeda".

Flanqueado por el vicepresidente Joe Biden y el secretario de Defensa, Ashton Carter, en la sala Roosevelt, el presidente añadió que esta 'marcha atrás' sobre la retirada de las tropas permitirá a EEUU mantener los esfuerzos que harán "más fuertes" a las fuerzas afganas. La misión de combate "está acabada, pero nuestro compromiso con Afganistán y su gente continúa".

El mantenimiento de la tropas, ha añadido, beneficiará a la propia seguridad de EEUU; fortaleciendo a los oficiales locales. "Como comandante en jefe, no permitiré que Afganistán sea usado como un paraíso de terroristas" que atacaron a la nación una vez.

El presidente también ha anunciado que el repliegue de casi la mitad de las tropas comenzará hacia finales de 2016 -o principios de 2017-. También ha detallado que en vez de una embajada regular en Kabul, Estados Unidos mantendrá los 5.500 efectivos en "un pequeño número de bases". Entre ellas, se refirió a la base de Bragram -al norte de la capital- y otras en Kandahar y en Jalalabad.

En su primera visita oficial a Washington, el presidente afgano pidió a Obama "flexibilidad" en el calendario del repliegue, que inicialmente preveía iniciar 2017 con poco más de un millar de militares estadounidenses. El presidente estadounidense parece seguir dispuesto a ser flexible con las fechar en favor de mayor seguridad.

Esta decisión se produce dos semanas después del trágico ataque aéreo de las fuerzas estadounidenses sobre un hospital de Kunduz en el que murieron 22 personas y por el que Obama pidió disculpas recientemente.

En su declaración, el presidente ha destacado que Estados Unidos seguirá trabajando con los aliados que están presentes en Afganistán así como con el presidente Ghani y el Gobierno de unidad.

Previamente a la comparecencia del presidente de EEUU, hoy se daba a conocer en el diario 'The New York Times' el aplazamiento de la retirada de tropas y el cambio de estrategia, según habían informado varios funcionarios de la Administración estadounidense.

Más de 2,300 soldados americanos han perdido la vida en Afganistán desde que EEUU intervino en el país tras los atentados del 11 de septiembre. Más de 22,000 han resultado heridos.

Cambio de política

En un principio, Obama había previsto retirar al grueso de sus tropas del país, salvo por un pequeño destacamento que se mantendría en la embajada, a finales del próximo año, coincidiendo con el final de sus ocho años en la Casa Blanca.

Obama abandona así su promesa de retirar a las tropas de Afganistán antes de terminar la legislatura. La presión ha sido máxima. Líderes militares argumentaron durante meses que los afganos necesitan ayuda adicional y apoyo de Estados Unidos para derrotar a los talibanes, que han resurgido en el país, y mantener los avances logrados en los últimos 14 años.

Los insurgentes se propagan por muchas más zonas que en el año 2001, según datos de la ONU, y el mes pasado los talibán obtuvieron una de sus victorias más importantes en todos estos años, al tomar la ciudad norteña de Kunduz donde ha mantenido el control hasta hace dos días.

Sin embargo, incluso antes de la toma de Kunduz, el Gobierno estadounidense se encontraba bajo una fuerte presión del Ejército y otros sectores para rechazar la idea de reducir a la mitad los efectivos destinados en Afganistán.

Reacciones

Rusia ha asegurado hoy, según ha informado Efe, que la decisión de EEUU no cambiará en ninguna medida el rumbo de la guerra entre el Ejército afgano y los talibanes.

"No sé qué va a cambiar. Lo he dicho muchas veces: si cien mil soldados no cumplieron con su misión, no digamos ya cinco o seis mil", ha dicho Zamir Kabúlov, emisario del Kremlin para Afganistán, a la agencia oficial RIA Nóvosti.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha dicho que el nuevo plan de EEUU allana el camino para una "presencia sostenida" de la Alianza y sus socios en Afganistán. (Carolina Martín Adalid / El Mundo/ BBC)