lunes, 26 de octubre de 2015

octubre 26, 2015
MADRID, España, 26 de octubre.- Kim Phuc nunca podrá olvidar el terror que protagonizó durante la Guerra de Vietnam, pero está un paso más cerca de ir eliminando poco a poco las secuelas físicas que le dejó el conflicto. Conocida a nivel mundial como 'la niña del napalm', la fotografía de esta mujer vietnamita corriendo desnuda llena de quemaduras hacia la cámara de Nick Ut dio la vuelta al planeta conmocionando a todo aquel que contemplaba la imagen.

Ahora, más de 40 años después de aquel fatídico 1972, Phuc ha empezado a tratarse para suavizar la profundidad y tejido dañado de sus heridas. La responsable de llevar a cabo las sesiones es la doctora Jill Waibel, del Instituto de Dermatología y Láser de Miami, quien ha asegurado que las mejoras no solo se notarán a nivel estético sino que también reducirán los fortísimos dolores que sufre la paciente.


“Durante muchos años he pensado que dejaría de tener dolores cuando estuviera en el cielo. Pero ahora, ¡el cielo está conmigo en la Tierra!”, declaró la mujer a su llegada a Miami para someterse al tratamiento láser, donde estuvo acompañada por su marido Bui Huy Toan y por el fotógrafo que lleva formando parte de su vida desde que la inmortalizó cuando era tan solo una niña.

Ahora, más de 40 años después de aquel fatídico 1972, Phuc ha empezado a tratarse para suavizar la profundidad y tejido dañado de sus heridas. La responsable de llevar a cabo las sesiones es la doctora Jill Waibel, del Instituto de Dermatología y Láser de Miami, quien ha asegurado que las mejoras no solo se notarán a nivel estético sino que también reducirán los fortísimos dolores que sufre la paciente.

“Durante muchos años he pensado que dejaría de tener dolores cuando estuviera en el cielo. Pero ahora, ¡el cielo está conmigo en la Tierra!”, declaró la mujer a su llegada a Miami para someterse al tratamiento láser, donde estuvo acompañada por su marido Bui Huy Toan y por el fotógrafo que lleva formando parte de su vida desde que la inmortalizó cuando era tan solo una niña.

Ut, quien consiguió el premio Pulitzer por la imagen de Phuc, recuerda que la niña no paraba de gritar “¡Está muy caliente, está muy caliente!” cuando fue rociada por el napalm que lanzó Vietnam del Sur sobre la aldea civil de Trang Bang. Las quemaduras de Phuc se extienden desde la mano izquierda hasta toda la espalda, incluyendo el cuello, el resto del brazo y el cuero cabelludo, llegando a encontrarse en más de una tercera parte de su cuerpo.

Desde aquel 8 de junio de 1972, Nick Ut no se ha separado de ella. La llevó a una camioneta y la acurrucó en el suelo para calmar su dolor. La niña tenía la piel quemada y se le caía a trozos. El fotógrafo –que ahora tiene 65 años– recuerda que la joven le decía: “Creo que me estoy muriendo”. La llevó al hospital y nunca se desvinculó de su vida, ayudando a Phuc a mitigar su pesar y sus terribles recuerdos.

Un láser antiarrugas que calienta la piel

Para tratar a Phuc, la doctora Waibel utilizará un láser indicado para eliminar las arrugas: calienta la piel hasta el punto de ebullición y, después, vaporiza el tejido de la cicatriz. De esta manera, las quemaduras de la mujer dejarán de ser visibles con un tratamiento que cuesta entre 1.500 y 2.000 dólares por sesión –ella necesitará siete realizados en los próximos siete u ocho meses–. Sin embargo, a pesar del elevado precio, Waibel se ofreció a desarrollarlo de manera gratuita en cuanto Phuc se puso en contacto con ella.

El napalm es una sustancia inflamable a base de gasolina en estado de gel

Una vez que se aplica una crema anestésica sobre la piel, el láser se dispara y se recoge el vapor producido con una especie de tubo succionador. La paciente, muy contenta con los resultados, afirma que la epidermis se le ha endurecido y le pica mientras se va curando. Radiante de felicidad, espera con nervios la llegada de la siguiente sesión. (elconfidencial.com / Repubblica)