lunes, 28 de septiembre de 2015

septiembre 28, 2015
Pedro Echeverría V.

1. Dice López Obrador (AMLO) –el creador y máximo dirigente del partido Morena, refiriéndose a su candidatura presidencial, que “la tercera es la vencida” pensando en que en 2018 sí le dejarán “ganar” la Presidencia que le bloquearon en 2006 y 2012. Ahora sí han aparecido más de 10 precandidatos y entre los socialdemócratas hay por lo menos cuatro. Aunque nunca he votado ni pertenezco a partido alguno, mi obligación como activista y articulista, es analizar lo sucedido en los procesos electorales. Muchos tenemos la convicción de que por la vía electoral en México no se pueden lograr cambios importantes, pero sigue votando la mitad de los electores.

2. Después de 17 regímenes de gobierno constitucionales (15 del partido oficial y dos del PAN conservador) está “archi y requete” demostrado que la situación económica de miseria y hambre del 80 por ciento de la población no ha cambiado durante un siglo. No importa que se hayan construido gigantescos edificios, miles y miles de kilómetros de carreteras, expansivas ciudades, así como miles de hospitales y escuelas. Estamos dentro de la civilización capitalista mundial, pero la distribución de la riqueza y los privilegios en México son muy idénticos a los que se vivía a fines del Porfiriato en 1910, cuando estalló la revolución.

3. Por experiencias y lecturas en varias décadas puedo decir que aunque los trabajadores saltemos, brinquemos, nos movamos mucho, sin poder lograr una gigantesca unidad mundial contra el capitalismo, que permita “romper las rejas de nuestro encarcelamiento”, sólo seguiremos a la defensiva ganando una de cada cien batallas que perdemos. Desde 1959 he sido la experiencia cubana y desde 1999 la venezolana y ninguno de los modelos “hacia el socialismo” –absolutamente honestos y voluntariosos- pudieron con las poderosos fuerzas del imperialismo y la formidable estructura económica, política e ideológica del capitalismo.

4. Aunque Fidel y Raúl Castro en Cuba y Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela hayan cometido internamente errores burocráticos o de falta de radicalismo, la realidad es que son casi insignificantes porque los bloqueos de mercancías, financieros, comerciales, campañas de prensa e información y los apoyos a la derecha, han impedido cualquier reforma profunda o pasos hacia el socialismo y la igualdad. Y me parece que la política imperial asesina e intervencionista no ha sido por culpa de Reagan, Bush u Obama, sino de quienes dominan los bancos, el petróleo, las armas, las guerras en EEUU que son los que designan y dan órdenes al presidente.

5. Estuve en Cuba y en Venezuela con una mirada crítica de la situación que se vivía y observando o escuchando las opiniones de la gente; la realidad es que los cambios en ambos países eran distintos y mínimos. Si el imperio yanqui no existiese tampoco existirían multimillonarios imponiendo su voluntad o tejiendo redes para hacer caer al pueblo. Pero con el apoyo imperial a la derecha todos los gobernantes se ven obligados a seguir una línea para no tener dificultades. ¿Pueden imaginarse los mexicanos las gigantescas presiones para un gobierno progresista que quiera hacer reformas de fondo en beneficio de la población?

6. Por ello cuando pienso en López Obrador –el único político mexicano socialdemócrata, electoral, honesto y comprometido- aunque la burguesía mexicana y el imperio lo dejaran obtener la Presidencia, solo podrá gobernar cumpliendo compromisos con los más grandes multimillonarios mexicanos y con el imperio de EEUU. Podrá incluso hacer algunas reformas y tomar algunas medidas secundarias e intrascendentes, pero nunca tocar la estructura que determina la explotación capitalista. En caso de atreverse a cruzar los límites, vendrá cualquier acusación o el golpe de Estado. México el segundo país más poderoso de Latinoamérica.

7. Después de ver que Rusia, China, los llamados países del Éste, Nicaragua y ahora Cuba –países producto de revoluciones armadas y de guerras- fueron obligados por el imperio de EEUU y aliados a retomar la vía abierta al capitalismo y, por otro lado a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Uruguay, que adoptaron la vía electoral como Chile a principios de los setenta, viven “arrastrando mil dificultades” que les impone el mismo imperio, me es difícil, casi imposible, pensar que pudiera algún país liberarse mientras viva el imperialismo. Ante esta realidad evidente sólo tengo esperanzas en un choque mundial o en una rebelión interna en los EEUU. (27/IX/15)