lunes, 28 de septiembre de 2015

septiembre 28, 2015
MÉXICO, 28 de septiembre.- En 2015, en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado la incidencia es de cero casos por el virus de la rabia, cuyo último registro se dio en 2006, informó María Guadalupe López Huerta, infectóloga en adultos adscrita al área de Epidemiología del Hospital Regional “1° de Octubre”.


En el marco del Día Mundial contra la Rabia, que se conmemora este 28 de septiembre, la especialista destacó que gracias a las acciones de vigilancia y control permanentes emprendidas por el sector Salud, que abarca la vacunación canina en todo el país, es como se ha contribuido a erradicarla. 


Detalló que el perro es responsable de la transmisión del virus hasta en un 99 por ciento de los casos, por medio de mordeduras o arañazos, y el resto proviene de animales salvajes como el zorrillo, coyote, zorro o murciélagos hematófagos (que se alimentan de la sangre). La enfermedad puede desarrollarse en un periodo que va de una semana a tres meses; o bien, hasta un año.

Entre los primeros síntomas que se desarrollan, se encuentra fiebre y dolor de cabeza, acompañados por sensación de hormigueo o quemazón en el sitio de la mordedura o arañazo, señaló López Huerta.

Si el cuadro de rabia progresa, el paciente puede sufrir ansiedad, irritabilidad, hidrofobia (espasmos musculares dolorosos en la faringe tras escuchar el ruido del agua), aerofobia (contracciones en la cara o muecas producidas por el roce del aire), parálisis muscular que inicia en el sitio de la herida, saliva abundante y deshidratación.

Cuando el virus ha invadido el sistema nervioso central, puede haber delirios, convulsiones, coma, paro cardiorrespiratorio, hasta llegar a la muerte; por ello es considerada una patología de alto riesgo, indicó.

La especialista detalló que el tratamiento disponible en el Instituto, para este padecimiento, consiste en un lavado con agua, jabón y algún antiséptico, practicado por el personal de salud para eliminar mecánicamente la presencia de virus en la zona afectada.

Posteriormente, se realiza una valoración de la herida, ya que dependiendo del lugar donde sucedió puede representar un mayor riesgo en el rápido desarrollo de un cuadro de rabia. Esto puede ser principalmente cuando el paciente fue atacado en la cabeza, los brazos o la cara.

Además, en el tratamiento se utiliza inmunoglobulina antirrábica humana (anticuerpos contra el virus). La mitad de esta se aplica en la herida y el resto vía intramuscular; finalmente se lleva a cabo la vacunación contra la rabia, que consiste en cinco dosis dentro de un periodo de 28 días.

En el tratamiento también se utilizan antibióticos y, de considerarse necesario, se suministra inmunización contra el tétanos. Este protocolo también se debe aplicar a aquellos derechohabientes que acudan, incluso, meses después del incidente.

Asimismo, y como medida de prevención, la doctora López recomendó la vacunación preventiva de tres dosis en un lapso de 28 días, a personal de laboratorio, veterinarios, manipuladores de animales o investigadores que, por su profesión, se exponen a agentes que pueden ser transmisores de la rabia.

En caso de ser mordido o arañado por un perro o animal salvaje, se sospeche o no que sea portador del virus, el Instituto recomienda a sus afiliados acudir lo más pronto posible a cualquier unidad médica de los tres niveles de atención del ISSSTE o al servicio de urgencias para recibir tratamiento. Y de encontrarse en un sitio alejado, se sugiere lavar el área involucrada con agua y jabón durante al menos 15 minutos, en tanto acude al médico.

El organismo invita a la derechohabiencia y a la población en general a participar de manera activa en el cuidado de sus mascotas, por medio de la vacunación antirrábica, para mantener la incidencia en cero por ciento de este padecimiento. (Boletín)