sábado, 12 de septiembre de 2015

septiembre 12, 2015
Eloísa Margarita Cáceres Romero*

Vamos a pensar en un futuro ideal: un día en que en lugar de comprar, vender, imponer, podamos compartir, regalar, dar prestado, amar... ese día llegará cuando...


Los niños norteamericanos disfruten jugar palos y piedras, quimbombas, tinjoroches, y trompos de madera; y los niños mexicanos de pueblos pequeños jueguen transformers, ataris, computadoras...


Los niños de Cepeda, Halachó, Yucatán visiten a niños de Nueva York y viceversa y todos disfruten convivir. Los niños de nueva york descubrirán la vida sencilla y pacífica de cepeda y los niños de cepeda la emocionante y fascinante vida en Nueva York.

Los niños yucatecos podrían invitar a sus amigos norteamericanos a nadar, playear, recoger conchas, bucear en nuestras maravillosas playas y mares o invitarlos a excursiones a luz y sonido de "Chichén Itzá" y "Uxmal", a agua azul, Montebello, Ocozocuautla en Chiapas, al maravilloso reino aventura en el d. f., a las minas de plata en Zimapán, los niños norteamericanos podrían invitar a los nuestros al zoológico de san diego, california, a el gran cañón en colorado, a Yosemite National Park, a las Cataratas del Niágara y a los inolvidables Busch Gardens, Disney World...

Les podríamos invitar a comer muc bil pollos y tomar chocolate caliente en noviembre. Y ustedes invitarnos a saborear el delicioso Kentucky Fried Chicken, barbacoa, pero sobre todo al día de acción de gracias.

Los niños mexicanos estudiarán las guerras méxico-estadounidenses con maestros norteamericanos y los niños norteamericanos podrían aprender la versión mexicana.

Las mujeres mexicanas podríamos conversar la gran oportunidad de compartir cada momento de la vida de nuestros hijos y las mujeres norteamericanas podrían hablar de los beneficios de ser doctoras, abogadas, etc.

Los científicos norteamericanos podrían compartir los avances científicos y tecnológicos y nosotros podríamos mostrarles avances complicados en formas sencillas. también podríamos enseñarles cómo hacer bellas artesanías: alfarería, telares de cintura, bordados, poniendo parte de nuestra esencia en ellas.

Ustedes podrían leer a sor Juana Inés de la Cruz, José Vasconcelos, Justo Sierra, Armando Fuentes A., padre Flores Mateos S. J., Gabriel Paz y nosotros podríamos leer a moralistas, filósofos, poetas e idealistas como Ralph Waldo Emerson, Henry David, Thoreau, Nathaniel Hawthorne y encontrar las raíces intelectuales de norteamérica de hoy; o deleitarnos con los poemas De Robert Frost y las novelas de Taylor Caldwell.

También podríamos hacer lo que Samuel Johnson dice: "si el hombre (la mujer) no hace nuevas relaciones conforme avanza en la vida, pronto se encontrará solo. un hombre (una mujer) deberían mantener la amistad constantemente en reparación". Por lo que podríamos tener amigos por correspondencia en Hawaii y los hawaianos podrían tener amigos en Yucatán.

Ustedes podrían enseñarnos su organización y limpieza. Nosotros compartir nuestra amabilidad, hospitalidad y sentido de humor.

Podríamos también intercambiar presidentes por un día: imagínense al señor Ronald Reagan gobernando una nación con tantas deudas y problemas culturales; y al señor Miguel de la Madrid gobernando tal vez a la nación más poderosa del mundo.

Difícil ¿verdad? pero, parafraseando lo que un presidente dijo una vez, yo diría: "no te preguntes lo que la otra nación puede hacer para mejorar la relación de amistad México-Norteamérica si no, pregúntate lo que tú puedes hacer".

De todas maneras, hay algo que la mayoría podemos hacer simplemente contestando esta pregunta: "¿no es nuestro Dios el mismo Dios que el de ustedes?".

* Escrito presentado en el concurso DELEX de la UADY (tema libre)
Corrección por Lynne Roberts