miércoles, 23 de septiembre de 2015

septiembre 23, 2015
WASHINGTON D.C., 23 de septiembre.- Ante el presidente de la mayor potencia mundial, en el país al que llegan a través de su frontera sur tantos migrantes hispanos, el primer Papa latinoamericano se presenta como uno de ellos. «Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias». La primera etapa del viaje a Estados Unidos de Papa Francisco es una visita a la Casa Blanca.

Obama, que ayer fue a recibirlo a la base aérea de St. Andrew con toda su familia, lo acoge en la Casa Blanca diciendo: «normalmente nuestro patio trasero no está tan concurrido; la medida y el espíritu de esta reunión es solo un pequeño reflejo de la profunda devoción de 70 millones de católicos estadounidenses, y la manera en la que su mensaje de amor y esperanza ha inspirado a tantas personas en todo el mundo».

«Usted nos recuerda -continua Obama- que el mensaje más potente de Dios es la misericordia. Y esto significa acoger al extranjero con empatía y con el corazón verdaderamente abierto, ya sean refugiados que huyen de tierras laceradas por la guerra o migrantes que dejan su casa buscando una vida mejor» 


Papa Bergoglio, en su discurso, dice que vino a «escuchar y compartir muchas de las esperanzas y sueños del pueblo norteamericano», y recuerda que mañana hablará ante el Congreso, en donde espera, «como un hermano de este País, transmitir palabras de aliento a los encargados de dirigir el futuro político de la Nación en fidelidad a sus principios fundacionales». Cita también el encuentro de las familias en Filadelfia, cuyo objetivo es «celebrar y apoyar a la institución del matrimonio y de la familia en este momento crítico de la historia de nuestra civilización».

Francisco recuerda que los católicos estadounidenses, junto con los demás ciudadanos, «están comprometidos con la construcción de una sociedad verdaderamente tolerante e incluyente, en la que se salvaguarden los derechos de las personas y las comunidades, y se rechace toda forma de discriminación injusta». Ellos esperan «que los esfuerzos por construir una sociedad justa y sabiamente ordenada respeten sus más profundas inquietudes y su derecho a la libertad religiosa», una «de las riquezas más preciadas de este País». «Todos -añade Bergoglio citando a los obispos estadounidenses- estamos llamados a estar vigilantes, como buenos ciudadanos, para preservar y defender esa libertad de todo lo que pudiera ponerla en peligro o comprometerla». Una referencia al problema del «Obamacare». La reforma sanitaria obliga incluso a las estructuras católicas a garantizar seguros a sus empleadas que pretendan abortar.

El Papa dice que es prometedora la iniciativa de Obama «para reducir la contaminación atmosférica. Reconociendo la urgencia, también a mí me parece evidente que el cambio climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación. Con respecto al cuidado de nuestra ‘casa común’». Los amibos que hay que afrontar «exigen que tomemos conciencia seria y responsablemente, no sólo del tipo de mundo que podríamos estar dejando a nuestros hijos, sino también de los millones de personas que viven bajo un sistema que les ha ignorado».

Nuestra casa común, añade, «ha formado parte de este grupo de excluidos, que clama al cielo y afecta fuertemente a nuestros hogares, nuestras ciudades y nuestras sociedades. Usando una frase significativa del reverendo Martin Luther King, podríamos decir que hemos incumplido un pagaré y ahora es el momento de saldarlo».

No falta una alusión al «deshielo» con Cuba: «Los esfuerzos realizados recientemente para reparar relaciones rotas y abrir nuevas puertas a la cooperación dentro de nuestra familia humana constituyen pasos positivos en el camino de la reconciliación, la justicia y la libertad». Francisco espera que «todos los hombres y mujeres de buena voluntad de esta gran Nación apoyaran las iniciativas de la comunidad internacional para proteger a los más vulnerables de nuestro mundo y para suscitar modelos integrales e inclusivos de desarrollo».

Después de la ceremonia en el jardín de la Casa Blanca, Francisco entró al complejo para un encuentro privado con Obama. El Papa le regaló al presidente estadounidense un bajorrelieve con la imagen del Encuentro de las familias. (Andrea Tornielli / Vatican Insider / aciprensa.com / Clarín)