miércoles, 23 de septiembre de 2015

septiembre 23, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre


Exigir justicia. Rosilita le contó a su papá: “Pepito le dijo a Juanilito ‘hijo de puta’, y la maestra lo amonestó. ¿Qué significa esa palabra?”. El señor tosió, carraspeó y expectoró, y luego procedió a dar a la pequeña una explicación completa acerca del oficio más antiguo el mundo, y del expresivo nombre que reciben quienes lo profesan. Al final de la profusa explanación dijo Rosilita: “Todo eso ya lo sé, papi. Lo que te preguntaba es qué significa la palabra ‘amonestar'”. Babalucas declaró: “Antes yo jugaba voleibol, pero ahora soy tenista”. Inquirió alguien: “¿Por qué ese cambio?”. Contestó el badulaque: “En el tenis es más fácil saltar la red”. Un hombre de la ciudad fue al campo y llevó consigo a su perro, un fiero mastín de amenazante aspecto. El animal vio a un leñador que estaba partiendo un tronco, y al punto lo atacó. ¡Imprudente can! El hombre lo recibió dándole un hachazo en la cabeza que lo despachó expeditamente al reino ultramundano de los perros. “¡Ira de Dios, rústico villano! -profirió con iracundia el citadino, que en su juventud había leído novelas de Salgari-. ¿Por qué mataste a mi perro? ¡Con el pedigrí que tenía!”. Dijo el leñador: “Si andaba borracho me explico que se me haya echado encima”. “¡Bergante, truhán, tunante, perillán! -clamó el sujeto, que también había leído “Ciencia del lenguaje y arte del estilo”, de Martín Alonso-. ¿Por qué no le pegaste con el mango del hacha en vez de darle con el filo?”. Explicó, calmoso, el hombre: “El perro no me iba a morder con el fundillo”. Pregunta: ¿Qué hace el hombre en la cama después de hacer el amor? Respuesta: Estorbar. A esa chica le dicen “La tierra”. Es de quien la trabaja. Uno de azúcar por los que van de sal. Aplaudo con la derecha y saludo con la izquierda la actuación del Presidente Peña y de la secretaria Ruiz Massieu en el trágico caso de los turistas mexicanos masacrados en Egipto. Los sobrevivientes fueron atendidos en forma rápida y eficaz, y las familias de las víctimas han recibido apoyo permanente. Toca ahora a nuestro gobierno exigir al de Egipto la justa indemnización a quienes sufrieron la pérdida de un ser querido, y la reparación de los daños físicos y morales que resintieron nuestros connacionales. Personas inocentes fueron muertas, y otras sufrieron lesiones de consideración a causa de un estúpido error. Eso no puede quedar sin castigo, sea quien haya sido el responsable del ataque. El gobierno mexicano debe intervenir ante el gobierno egipcio para que en esta tragedia el gobierno egipcio no actúe como el gobierno mexicano. ¡Columnista mentecato! Leí la última frase de tu peroración y confieso que no la pude descifrar. A veces usas medias palabras, pudiendo usar tres cuartos de palabras, o siete octavos, todavía mejor. Eso haría que tus cuatro lectores te entendiéramos cabalmente. También -no creas que no me he dado cuenta- empleas en tu expresión vocablos raros, como “cónquibus”, “póculo” y “hénide”, lo cual dificulta aún más la tarea de captar la significación de lo que dices. Pero, ahora que lo pienso, no tiene caso esforzase en tratar de comprenderte, pues todo lo que dices carece de importancia, y no altera un ápice el curso de la historia humana o el rumbo que toman las galaxias en la infinitud del universo. Lo mejor que puedes hacer entonces, vista la inanidad de tus esfuerzos, es narrar un chascarrillo final y luego callar, callar, callar. Recuerda el proloquio latino: “Verba non implent marsupium”. Las palabras no llenan la bolsa. Don Senilio, señor de 80 años, se presentó en la demarcación de policía y le contó al oficial de guardia: “Anoche le hice el amor tres veces a una muchacha”. Preguntó el encargado: “¿La violó, forzó o estupró?”. “No -dijo el octogenario-. La joven es mayor de edad, célibe, en posesión de todas sus facultades y aun de algunas más, y consintió libremente en el acto (en los tres)”. “Entonces -manifestó el policía-, no tiene usted por qué venir aquí a contarnos eso”. Replicó muy orgulloso don Senilio: “A todo el mundo se lo estoy contando”. (Nota: entiendo que venía de la sesión del cabildo municipal, de la reunión del Consejo de la Banca, de la sesión mensual de la Sociedad de Numismáticos y de la junta de Cofrades de la Reverberación). FIN.