jueves, 17 de septiembre de 2015

septiembre 17, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

Consideración. Tedeo, piadoso muchacho, se casó, y le preguntó al padre Arsilio si hacer el sexo es placer o es trabajo. En el caso de que fuera trabajo no le haría el amor a su mujer en domingo, pues no se debe laborar el día del Señor. El sacerdote le dijo que en su opinión hacer el sexo constituye un trabajo, motivo por el cual no debería practicarlo en día domingo. Al muchacho le quedó cierta duda, y fue con su padre en busca de una segunda opinión. Le preguntó: "Papá: el sexo ¿es placer o es trabajo? Don Arsilio dice que es trabajo". "Está completamente equivocado -manifestó el señor-. El sexo es placer. Si fuera trabajo tu mamá se lo dejaría a la criada". Don Algón, próspero ejecutivo, se molestó bastante cuando un pordiosero le pidió 100 pesos para un café. Le dijo con disgusto: "En ningún restorán un café cuesta 100 pesos". "Es cierto -reconoció el pedigüeño-. Pero es que me gusta dejar buenas propinas". Yejudo Sterno, violinista callejero, realmente es un romántico. Cuando ve que dos perros están follando en la vía pública inmediatamente suspende la melodía que en ese momento interpreta y empieza a tocar para ellos "Bella Notte", el tema musical de "La dama y el vagabundo", de Walt Disney.


En verdad no me explico la pertinacia de los indignados que levantaron firmas para solicitar que Carmen Salinas, primerísima actriz del teatro, el cine y la televisión de México, sea expulsada de la Cámara de Diputados. Ciertamente la señora no fue electa en las urnas: llegó a su curul por una de esas sapientes decisiones -algunos las llaman "dádivas"- de su partido, el PRI. Sin embargo doña Carmen merece el respeto de las redes sociales, siquiera sea en consideración a su edad. No fueron lejos por la respuesta los solicitantes. Con lenguaje de auténtica diputada la artista les dijo a sus malquerientes que se metieran sus firmas por vaso no idóneo ("por el trasero", dijo ella), y además les hizo la seña que en lenguaje castizo se llama pintar la peineta o mostrar el dedo vulgar. Esa señal consiste en cerrar el puño al tiempo que se levanta el dedo medio o cordial, y sirve para indicar desprecio. Digo que no me explico el enojo de los abajo firmantes, pues fuentes bien informadas me aseguran que Carmen Salinas es lo más serio -por no decir lo único serio- que hay actualmente en la Cámara de Diputados. Moderen su irritación los indignados, y reconozcan que la diputación que detenta esa señora es el resultado del vicioso sistema de partidos que existe en el país, y el espejo fiel de la calidad de la casta política bajo la cual vivimos los mexicanos. Tres individuos estaban en un bar. Dijo uno: "Deberíamos ir a la cantina de mi barrio. Ahí la hora feliz es de 5 de la tarde a 9 de la noche". Dijo el segundo: "Deberíamos ir al bar de mi colonia. Ahí las bebidas son al dos por uno a cualquier hora". Dijo el tercero: "Deberíamos ir a un bar del cual oí hablar. Ahí las bebidas son gratis, y a la hora del cierre siempre hay alguien con quien puedes hacer el amor en el estacionamiento". Los otros se quedaron estupefactos al escuchar aquello. Preguntó uno: "¿Quién te habló de ese bar?". Respondió el tipo: "Mi señora". El obsequioso mesero le preguntó al cliente: "¿Cómo encontró su filete el caballero?". Contestó el señor: "Me puse los anteojos". Alguien le preguntó a Babalucas: "¿Por qué tu iPad tiene pegadas esas estampillas?". Respondió el badulaque: "Es que hoy en la mañana envié un correo". Los tripulantes del submarino se inquietaron al sentir en la nave extrañas sacudidas cuyo origen no se pudo determinar. Pasaron unos meses, y cierto día el submarino disparó un torpedo. De inmediato una ballena macho empezó a repartir puros entre sus amigos. Un encuestador le preguntó a Afrodisio Pitongo: "¿Le habla usted a su mujer en el momento del amor?". "No -respondió el salaz sujeto-. Es de mala educación usar el teléfono en ese momento". ¿En qué se parecen una cámara fotográfica y un preservativo? Los dos capturan ese momento mágico. El marido le propuso a su mujer: "¿Qué te parece si esta noche cambiamos de posición?". "¡Fantástico! -se alegró ella-. ¡Tú lavas los platos de la cena y yo veo el futbol en la tele!". FIN.