sábado, 1 de agosto de 2015

agosto 01, 2015
MADRID, España, 1 de agosto.- Las autoridades de Zimbabue han solicitado a EEUU la extradición de Walter Palmer James, del que se desconoce su paradero, por la muerte de Cecil, el león más insigne del país.

En una rueda de prensa, el ministro de Medio Ambiente de Zimbabue, Oppah Muchinguri, ha instado a las autoridades "pertinentes a su extradición para que sea juzgado por los crímenes que cometió. Muchinguri, además, ha explicado que no se le detuvo antes porque cuando estalló todo el caso de Cecil ya había huido.

"Lamentablemente, ya era demasiado tarde para detener al cazador furtivo extranjero porque ya se había evaporado a su país de origen", ha afirmado el ministro, que ha añadido que "las investigaciones hasta el momento realizadas señalan que la muerte de Cecil es un caso de caza furtiva bien organizado y bien financiado para que fuera un éxito. Una situación que ha empañado la imagen de Zimbabue y ha aumentado todavía más la tensión entre Zimbabue y los EE.UU".

Oppah Muchinguri, ministra de Medio Ambiente, Agua y Clima, dijo en una conferencia de prensa el viernes: "Queremos juzgarlo en Zimbabue porque violó nuestras leyes (...) La policía debe dar el primer paso y contactar con el fiscal general, quien contactará con los americanos. Los procesos ya han comenzado''. En la imagen Cecil, y en el recuadro el dentista.

Según ha confirmado el ministro el proceso para su extradición ya ha comenzado: "Ya he consultado con Policía, que son responsables de la detención del criminal. Tenemos ciertos procesos que tenemos que seguir. La Policía debe dar el primer paso para comunicar la petición al Fiscal General que será quien se lo solicite a EEUU. Estos procesos ya han comenzado".

Walter James Palmer, un dentista afincado en Minnesota, acudió el 1 de julio a una cacería en la que contrató por 50.000 euros los servicios del cazador y guía profesional, Theo Bronkhorst, acusado de no impedir la muerte de Cecil. Palmer disparó, tras atraer con un cebo muerto al león fuera del Parque Natural de Hwange, con su arco y flecha, dejándole malherido.

Tras seguirle dos días le hallaron moribundo y Palmer le remató. Después le cortaron la cabeza y le desollaron.

En un comunicado remitido por Palmer este miércoles, el dentista aseguró que toda su cacería fue legal y que confió en los guías contratados creyendo que tenía todas las licencias necesarias para la caza.

Los dos cazadores intentaron arrancar el chip con GPS que la universidad de Oxford había colocado en la piel de león para su estudio. Bronkhorst ha asegurado en una entrevista que no supo hasta que Cecil estaba ya muerto que era un león protegido y que Palmer "pagó por los trofeos y disparó al león que quería disparar".

Trofeos que en un principio los responsables del Parque Natural de Hwange y las autoridades de Zimbabue pesaban habían sido sacados ilegalmente del país, pero que finalmente fueron encontrados en la localidad de Bulawayo, donde Bronkhorst los llevó días después para que un taxidermista los preparara para trasladarlos a EEUU.

Muchinguri ha confirmado que ya se encuentran en poder de las autoridades y que el temor a que las crías de Cecil fueran asesinadas por el macho que ha ocupado el lugar del león, Jericho, ha desaparecido ya que se encuentran vivas y no hay señal de que su vida corra peligro.

Desde que se conociera su identidad, no se ha vuelto a ver a Palmer que reside en la localidad de Bloomington donde regenta una clínica dental. De hecho, el primer problema con el que se han encontrado los agentes del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU es que no han podido localizar a Palmer, a quien los medios tampoco han podido encontrar desde que emitió un comunicado reconociendo la autoría de la cacería.

En su única explicación sobre los hechos, lamentó "profundamente" la muerte de Cecil afirmando que desconocía por completo su identidad, y que colaboraría en todo lo que las autoridades le solicitaran.

La portavoz de la policía de Zimbabue, Charity Charamba advertía esta semana de que Palmer podría ser acusado de practicar la caza furtiva, un delito que en el país africano está penado con hasta 21 años de prisión.

En el año 2001 el juez Mudzongachiso condenó a 21 años de cárcel, en lo que se convirtió en una sentencia histórica, a dos cazadores furtivos por matar a dos rinocerontes en la zona protegida de Save Valley.

Problemas con la Justicia

El expediente de Palmer demuestra que no es la primera vez que lleva a cabo una caza sin permisos. Además de la muerte en 2008 de un oso negro por la que fue condenado, dos años antes, Palmer mató a un oso cerca de Phillips, en el Condado de Price, en una zona donde la caza de los osos está prohibida.

El dentista y otros cazadores transportaron el cadáver del osos hasta un lugar donde la caza sí estaba permitida. Palmer fue condenado a una multa de cerca de 4.000 euros y a un año en libertad condicional. En 2003, fue declarado culpable por pescar sin licencia en el Condado de Otter Tail, al oeste de Minnesota.

Las autoridades estadounidenses también se han pronunciado al respecto. Aunque el animal no estaba protegido por la ley de EEU., ya que la cacería tuvo lugar en África, las autoridades estadounidenses "comparten" el interés de Zimbabue en la protección de las especies amenazadas, y además investigan si la muerte del león pudo estar conectada con una red ilegal de tráfico de animales. (Esther Mucientes / El Mundo / Repubblica)